-¿Y esto?- Preguntó mirando los trozo de tela que tenía en sus manos.
-Ayer te enfadaste conmigo porque puse tu gorro a lavar sin avisar y me
di cuenta de que sólo tenías uno, así que sui comprarte otro, para que no
vuelva a pasar, pero no sabía cuál te
gustaría.- Le explicó su madre.
-Oh, gracias… Perdona por haberme enfadado ayer…
-No pasa nada…- Le sonrió.
-Pero no deberías haber comprado tantos…- Dijo mirando los cuatro
gorros, todos de diferentes colores. Escogió uno violeta y se lo puso, se miró
al espejo, era bonito y le quedaba bien.
-Estás muy guapo.- Le dijo su madre.
El chico echó su flequillo hacia atrás, ocultándolo bajo la lana, la
mujer no pasó por alto el gesto, pero no hizo comentario alguno.
-Gracias. Me gusta el pompón este.- Dijo tocando la bolita en la parte
superior del gorro.
-¿Quedaste hoy con Youngbae?- Les interrumpió su padre.
-No, con otro… amigo…- dijo sin estar muy seguro.
-Oh, ¿un amigo nuevo? ¿Quién?- Era la primera vez que su hijo salía con
un amigo que no fuera Youngbae y eso le hacía muy feliz.
-Ah, es solo un chico que conocí ayer… Bueno, me voy ya. ¡Hasta
mañana!- El chico se calzó y cogió su mochila y guitarra.
-Sí, vuelve antes de las 4:30, por favor…-
-Sí~- Dijo cerrando la puerta tras de sí.
El sitio estaba desierto, como todas las noches, Jiyong se sintió algo
desilusionado, en el fondo tenía la esperanza de llegar y encontrárselo ya ahí,
esperándolo. Iluso.
Colocó sus cosas como siempre y esperó por la llegada del chico. Tras
unos 10 minutos que le parecieron interminables, decidió empezar a tocar, aun
guardando la esperanza de que mantuviese su promesa y llegase de un momento a
otro.
Sus manos se movieron ágiles sobre las cuerdas, creando una melodía
agradable y algo melancólica. Cerró los ojos y su voz comenzó a sonar, aguda,
suave, recitando palabras que hablaban de un amor imposible.
Cuando acabó la canción, abrió los ojos. Dio un respingo cuando vio
sentado frente a él al chico que estaba esperando.
-Increíble.- Dijo, impresionado.- Cantas genial, ¿qué canción es?-
Preguntó.
A Jiyong le costaba entender como el joven era tan extrovertido, le
hablaba con total naturalidad, como si lo conociera de toda la vida.
-No le he puesto título aún…-
El moreno abrió los ojos de par en par.
-¿La has hecho tú?- Jiyong asintió.-Wow…- Le miró con admiración,
realmente era una canción preciosa.
El rubio se sintió alagado, sus mejillas se sonrosaron ligeramente,
sonrió, tímido.
-¿Quieres cantar conmigo?- Preguntó, algo inseguro.
Seungri asintió enérgicamente.
-¡Claro! ¿Qué cantamos?-
-¿Eh? No sé… ¿Cuáles te sabes?-
-Mmmh… Dijiste que te gustaba Yui, ¿no? Goodbye Days me la sé.
Jiyong se emocionó, se acordaba de lo que le dijo, con detalles. Ese
chico hacía que el corazón se le desbocara con palabras tan simples…
Comenzaron a cantar. Jiyong descubrió que era verdad que Seungri
cantaba bastante bien. Después tocó algo más animado y se puso a bailar, algo
que tampoco se le daba mal. Estuvieron en la plaza durante horas, hablando,
cantando, bailando… Era increíble la facilidad que el moreno tenía para hacerle
reír, ni siquiera podía dejar de mostrar una sonrisa frente a él.
-Me tengo que ir ya.- Dijo el moreno cuando vio que era más de la una
de la madrugada, Jiyong se sintió algo triste cuando lo vio levantarse.- ¿Mañana
vendrás de nuevo?- El rubio asintió.
-¡Genial! Vendré también mañana, entonces.-
-¿De verdad? Gracias…- Estaba seguro de que los ojos le brillaban en
ese momento.
-Jejeje… Bueno, hasta mañana~- Se despidió, saludando con su mano.
Caminó hasta dar la vuelta a la esquina y Jiyong suspiró, había sido una noche
magnífica. “V” era mucho más agradable de lo que jamás hubiera imaginado,
además de tremendamente divertido. Sus ocurrencias eran imprevisibles y cada
segundo le sorprendía más. Alzó la vista cuando escuchó unos pasos acelerados y
vio al moreno correr hacia él. Se levantó, preocupado por el motivo que le
llevaba a correr tanto, pero no paró, el chico siguió corriendo como si no le
viese ahí en medio y se chocó contra él. Jiyong sintió como su trasero caía
contra el duro suelo, soltó un quejido y miró al moreno, que seguía de pie.
-Lee Seung Hyun. Mis amigos me llaman Seungri. 17 años. Sagitario.
Soltero. Vivo con mis padres y mi hermano pequeño. Me gusta jugar al fútbol. Mi
cantante preferido es Justin Timberlake. Mi fresa preferida es la comida.-
Soltó todo aquello a una velocidad tremenda aun medio jadeante por la
carrera, a Jiyong casi ni le dio tiempo de darse cuenta de por qué decía
aquello. Cuando cayó en la cuenta, se quedó sin habla, perplejo, no sólo por la
acción en sí, sino porque incluso había recordado todo lo que le había dicho en
aquel momento. El rubio soltó una risa casi inaudible, que más bien era aire,
después siguió riéndose, cada vez más alto, hasta estallar a carcajadas,
Seungri recuperó el aire y esbozó una sonrisa, para después seguir riendo
escandalosamente con él.
Seungri llegó a la plaza a la que llevaba yendo ya varios días, pero para su sorpresa no se encontró con el rubio, sino con un hombre tocando el violín.
Se extrañó y buscó a su nuevo amigo por el lugar, hasta encontrarlo sentado en
un banco, tenía los pies sobre el asiento y rodeaba con los brazos sus piernas
pegadas al pecho. Le pareció tierno ver que apoyaba la cabeza sobre sus
rodillas y esbozaba un puchero.
-¡Hey!- Le saludó, haciendo que lo mirase y se sentó a su lado.
-Oh, hola…- Le saludó, bajando los pies del banco.
-¿Y ese?- Preguntó señalando con un movimiento de cabeza al violinista.
-No sé… Me ha quitado mi sitio…-
Seungri sonrió cuando lo vio pucherear de nuevo, aparentemente de
manera inconsciente.
-Bueno, ¿y qué vas a hacer?-
-Esperar a que se vaya…- Suspiró.
-¿En serio?-
-¿Qué otra cosa puedo hacer?- Se encogió de hombros.
El moreno se levantó y agarró el estuche de la guitarra.
-Vamos, te llevaré a otro sitio.-
-¿Eh?- Casi no le dio tiempo a responder, Seungri le cogió de la mano y
tiró de él, arrastrándolo consigo calle arriba.
-¿A dónde vamos?- Preguntó Jiyong andando con dificultad, tratando de
no tropezar.
-Ya lo verás.- Dijo sin mirar a atrás.
Llegaron a un parking de motos, el moreno se acercó a una de ellas y
levantó el asiento, sacó dos sencillos cascos del interior del compartimento y
le entregó uno a Jiyong para que se lo pusiera. El rubio miró el objeto como si
fuera algún artilugio de otro planeta, le dio la vuelta, examinándolo y volvió
a fijar su vista en Seungri, para intentar averiguar cómo colocárselo
correctamente.
-Nunca he ido en moto…- Comentó colocándoselo sobre el mismo gorro
verde que llevaba e intentando abrocharlo.
-¿Nunca?- Lo miró, el chico negó aun peleándose con el cierre, que
apretaba su boca porque se había puesto mal el casco.- ¡¡Jajaja!! Pareces
tonto....- Se rio de él, apartó sus manos con delicadeza y colocó bien el casco
sobre su cabeza. Jiyong se sonrojó al verlo tan cerca, más cerca que nunca,
pensó que a esa distancia era mucho más apuesto. No apartó la vista del moreno
que sólo lo miró cuando terminó abrochando el cierre bajo su barbilla,
agrandando aún más su sonrisa.- Listo.- Dio un pequeño golpecito y se montó en
su scooter.- ¿Nos vamos?- Jiyong se subió torpemente al vehículo.- Agárrate
fuerte.- Le recomendó.
El rubio posó sus manos a los costados del chico tímidamente. Cuando la
moto arrancó se asustó por la repentina velocidad que cogieron y se aferró
fuertemente a él, rodeándolo con los brazos. Seungri soltó una sonora carcajada
que le hizo sentirse más avergonzado de lo que jamás su orgullo le permitiría
admitir.
Tras unos quince minutos de viaje, llegaron al centro de la ciudad, a
una zona comercial. Para sorpresa de Jiyong había muchísimos establecimientos
abiertos. Se adentraron en la avenida principal, repleta de tiendas,
restaurantes y puestos de comida. El rubio miró a su alrededor maravillado y
comenzó a andar a paso ligero, cotilleando todo lo que podía. Seungri lo seguía
preguntándose si nunca habría ido a esa zona de la ciudad o si, simplemente,
llevaría mucho tiempo sin pasarse por allí. Jiyong se quedó mirando un puesto
de comida del que salía un olor muy agradable.
-¿Quieres uno?- Le preguntó.
-Ah, no traje dinero.- Hizo una mueca, disgustado.
El moreno se acercó al puesto y pidió cuatro de aquellos pinchitos de
pollo, pagó y le entregó dos a su acompañante.
-¿Para mí?- El chico asintió.- Pero… no hacía falta…-
-Déjame invitarte, hombre… Y así me perdonas por casi haberte provocado
un infarto en la moto.- Le guiñó un ojo.
Jiyong tomó la comida agradeciéndoselo de corazón, se notaba en el
brillo de sus ojos. Siguieron caminando por el lugar, el rubio corría de un
lado a otro, señalando las cosas que le parecían impresionantes, haciendo al
pobre Seungri correr tras él sin descanso.
-¡Woah!- Señaló un puesto de tiro al blanco y fue corriendo hacia él.
-¡Ah! Otra vez no… ¡Espérame!- Llegó a su lado, estaba mirando a un
chico disparar las latas, no las tiró todas, pero pudo conseguir un pequeño peluche
de regalo para su novia, que le abrazó alegremente. Seungri se acercó para
hablar con el encargado y le pagó por tres disparos.- Toma, dispara tú
primero.- Le ofreció la falsa pistola.
-¿Eh? Pero yo no sé…-
-Yo dispararé las otras dos si fallas.-
Jiyong cogió el arma y apuntó, pero no dio en el blanco y, por
supuesto, el moreno se rio de él. Con los dos disparos sobrantes, Seungri pudo
tirar todas las latas y el encargado le dijo que escogiese entre un grupo de
peluches que había.
-¿Cuál te gusta más?- Le preguntó al rubio.
-Mmmmh… El panda es mono...- Señaló un peluche de dicho animal.
-Deme el panda.- Le pidió al encargado.
-…Pero elige el que más te guste a ti.- Dijo, sintiéndose algo
culpable.
Seungri tomó el peluche que le dio el trabajador y se lo puso delante a
Jiyong, éste le miró sin entender.
-Para ti.- Dijo, sonriente.
-¿Qué?- Sus ojos se agrandaron.
-Es un regalo.-
-¿Por… por qué...?-
-Mmh… No sé… Porque eres mono.- Sonrió, encogiéndose de hombros.
Jiyong se sonrojó y cogió el peluche para intentar disimular.
-Gracias.-
-No es nada, ¿te gustan los pandas?-
-No especialmente… Es que me recordó a
ti.- Comentó mirando el mullidito animal.
Seungri comenzó a reír y pasó un brazo por los hombros de Jiyong,
contagiándole la risa.
Poco después encontraron una pequeñita plaza, Jiyong se sentó frente a
una pared pintada de grafitis y comenzó a tocar. La gente no tardó en aglomerarse
alrededor del cantante, algunos incluso le dejaban algo de propina sobre el
estuche, aunque no era su intención, él incluso intentó impedirlo, pero los
transeúntes insistían. Estuvo tocando durante horas, después Seungri insistió
en llevarlo a otro sitio y el rubio simplemente se dejó llevar, estaba tan a
gusto con aquel chico que no le importaba a dónde fueran, mientras estuviese a
su lado.
Durante el viaje, Jiyong se agarró con fuerza al moreno, pero no tenía
tanto miedo como antes. Lo abrazó, disfrutando de la cercanía y apoyó su cabeza
en la espalda del chico, lo que hizo sonreír al conductor.
Llegaron a una avenida en primera línea de playa, se sentaron en las
escaleras que llevaban a la arena y contemplaron el mar durante un largo rato.
La brisa era agradable y el sonido de las olas creaba un ambiente tranquilo y
relajante. Estuvieron en silencio largo rato, se sentían cómodos allí, con la
compañía del otro. De repente, Seungri se levantó.
-Ya queda poco.- Dijo, estirándose.
-¿Uh?- El rubio lo miró sin entender.
-Para que salga el Sol.- Jiyong abrió los ojos de par en par.- El
amanecer desde aquí es precioso.
El mayor se levantó a duras penas, sintiendo que sus piernas y brazos
temblaban.
-¿Qué..?- Miró al horizonte, el cielo que parecía limitar con el mar
estaba ligeramente más claro, miró su reloj móvil ¿por qué no había sonado la
alarma de las 4? Estaba apagado, se le había acabado la batería.- No… Tengo…
Tengo que irme a casa.- Le dijo con voz trémula.
-¿Eh? Sólo espera 15 minutos, hombre.-
-No… Tengo que irme ya…-
-¿Por qué? A esta hora ya no creo que tengas toque de queda.- Rio.
Jiyong lo miró, aterrorizado, volvió a ver el cielo, podría jurar que
ahora más claro que antes. Tenía que irse, que llegar a casa antes de que fuera
demasiado tarde. No llegaría a tiempo si iba corriendo, pero tampoco podía
seguir perdiendo tiempo, ahí, justo frente al Sol, sin ningún sitio en el que
resguardarse de sus rayos. Por instinto, salió corriendo.
-¿Jiyong…?- El moreno lo vio prácticamente huir, no entendió por qué
reaccionó así, pero por su cara parecía que tenía miedo. No pudo pararlo y ya
corría demasiado lejos cuando quiso darse cuenta.
El rubio estaba quedándose sin aire, su corazón estaba acelerado, más
que por la carrera, por el miedo. De repente una moto paró a su lado.
-¡Sube!- Era Seungri.- Te llevaré.
Jiyong se montó en el vehículo sin ponerse el casco y se agarró al
moreno, cerrando los ojos fuertemente, deseando llegar a tiempo, que el Sol no
saliese, que tardase mucho, mucho. Pero cuando abría los ojos de nuevo lo veía
todo cada vez más claro, una claridad que sólo había podido ver a través de su
ventana con cristales especiales que filtraban los rayos solares.
Por fin la Seungri paró, justo en frente de la casa desde la que Jiyong
le había dicho que le observaba en la parada. El rubio bajó de la moto y corrió
despavorido hasta la puerta, sintió que la luz le daba directamente, sintió el
calor en su piel.
-¡Jiyong! ¡Espera! ¡Tu guitarra!- El moreno intentó seguirlo con el
gran instrumento.
El mayor abrió la puerta y la cerró tras de sí con fuerza, justo frente
a las narices de Seungri, que estaba perplejo, sin entender nada. Se quedó un
momento frente a la puerta, intentando asimilar todo, pensando si habría hecho
algo para enfadarle, sintiéndose terriblemente mal por algo que ni sabía qué
era. Finalmente, dejó la guitarra apoyada en la pared de la entrada y volvió a
su moto.
Alguien pasó corriendo a su lado, pero estaba demasiado ensimismado en
sus pensamientos como para prestarle atención.
-¡Eh, tú!- Le llamó y levantó al vista. Era un chico de su edad, bajito
y moreno, su cara le sonaba, tal vez iba a su instituto. Parecía muy alterado.-
¿Dónde está Jiyong? Saliste con él anoche, ¿no?-
-Eh… Sí… Acabo de dejarle en su casa.- Dijo preguntándose de qué le
conocería, recordó que era el chico que había visto con Jiyong la noche que se
conocieron.
-¡¿ACABAS?!-
Seungri se asustó por el repentino grito, no pudo responder, el joven
vio una pareja al final de la calle y les llamó, gritándoles que Jiyong estaba
en casa. Ambos fueron corriendo a la entrada, el hombre le lanzó un fugaz
vistazo al moreno cuando pasó por su lado. El supuesto amigo de Jiyong fue tras
ellos, no sin antes darle un empujón a Seungri.
-¡EH! ¿Qué coño te pasa a ti?- Le gritó, molesto.
-¡Jiyong está enfermo, imbécil! Tiene Xerodermia Pigmentosa ¡Puede
morir si se expone a la luz del Sol! - Le gritó, siguiendo después su camino.
Seungri se quedó sin habla, paralizado en el sitio, intentando asimilar
lo que le habían dicho. Ahora entendía por qué le urgía tanto volver a su casa,
por qué lo miró con miedo después de que le dijese que quedaba poco para el
amanecer. Había puesto en riesgo la vida de Jiyong.
Después de aquella noche, Kwon Jiyong no volvió a aparecer en la plaza.
Seungri le esperó, noche tras noche, pero nunca fue.
Intentó recordar el nombre de la enfermedad y escribió lo que más
similar le parecía en internet, estuvo buscando en varias páginas hasta dar con
el nombre correcto, pues, como era normal, lo habías escrito mal. Era una
enfermedad muy rara, que no tenía cura, sintió que la sangre se le helaba
cuando leyó lo que podía experimentar el enfermo en su estado más grave:
deterioro mental, parálisis parcial o total del cuerpo y otros conceptos que
desconocía, pero que no quería saber qué significaban. Se odió a sí mismo de
nuevo.
Todos los días, desde la parada, miraba hacia su casa, preguntándose si
le estaba observando en ese momento y, si lo estaba, qué estaría pensando.
No podía aguantar más, necesitaba saber
cómo estaba el rubio. Fue hasta su casa, ya había anochecido, así se
aseguraba no causar más problemas. Una mujer de unos 40 años le abrió, supuso
que sería su madre.
-Buenas noches, perdone las molestias ¿está Jiyong?-Dijo muy
educadamente.
-Sí, espera un momento.- La señora pareció sorprenderse al verlo, se
adentró en la casa y poco después apareció Jiyong, cabeza gacha, colocándose un
gorro blanco.
-¿Qué quieres…?- Dijo apenas dejando escuchar su voz.
-¿Estás bien?- Preguntó simplemente a lo que el rubio asintió.
Seungri sintió que algo del peso que
tenía encima se iba, pero aún estaba preocupado.- Lo siento… No lo sabía… ¿Por
qué no me lo dijiste?-
Hubo un largo silencio que al moreno le pareció eterno.
-No quería que me vieras como si fuera diferente… Como si…- La voz se
le quebró.
-¿Cómo qué…? No te voy a mirar diferente por eso…- Intentó
reconfortarle, pero el chico levantó la cabeza y lo miró directamente,
dejándole sin habla. Sus ojos estaban acuosos, al borde de las lágrimas y le
miraba con algo parecido al reproche y la rabia.
-¿Entonces por qué me miras ahora así?- Preguntó, su voz temblaba por
estar conteniéndose el llanto. Seungri no supo qué responder, claro que ahora
le miraba diferente, le estaba mirando con lástima y lo sabía, le debía
molestar que la gente le mirase así.- Por favor, no vuelvas aquí.- Dijo
finalmente, cerrando la puerta.
-Jiyong…- Otra vez se quedaba
sin habla frente aquél gran trozo de madera.
-Cariño, ¿qué pasa?- Su madre se le acercó alarmada cuando lo vio sentado
en la entrada llorando.
El chico no le respondió e intentó ocultar sus lágrimas, su padre les
observó y se agachó frente a él.
-¿Te has peleado con ese chico?- Preguntó, pero no obtuvo respuesta.-
No hace falta que discutáis, él no lo sabía y no te pasó nada, el médico dijo
que estás bien…-
-No puedo…-Sollozó.
-¿Eh?-
-No puedo enamorarme…- Dijo, su
voz entrecortándose con su llanto.
La pareja entendió en seguida, eran conscientes de la orientación
sexual de su hijo y siempre la aceptaron, pero, acostumbrados a la pocas
compañías que Jiyong tenía, no sabían cómo reaccionar a algo así.
-E… Eso no es verdad, cariño…- Le animó su madre.
-¡Mentira! – Se levantó y se dirigió a su cuarto sin dejar de hablar.-
Estoy harto de que me mientan, de que me digan que soy igual a cualquier otro
chico de mi edad y de que puedo llevar una vida normal… ¡No puedo!- Un portazo
hizo retumbar las paredes de la casa.
-¿Cómo está Jiyong, señora Kwon?- Preguntó Youngbae en la cocina, antes
de subir al cuarto de su amigo quiso hablar con sus padres.
-Bien… El médico dice que si a esta edad aún no ha sufrido deterioros,
es difícil que los haya…-
-Eso es muy buena noticia.- Comentó, feliz.
-Sí… Oye, Youngbae, ¿tú conoces a ese chico?-
-¿Mh? ¿Qué chico?-
-El chico con el que estuvo Jiyong la otra noche…-
-Ah… Más o menos… ¿Por qué?-
Jiyong llevaba todo el día tirado en su cama, como los había pasado
desde el incidente con Seungri, y cuando estaba mejorando, el moreno volvió a
aparecer, haciéndole volver al principio de la depresión adolescente que
sufría.
-¡Jiyong, la cena está lista!- Gritó Youngbae desde la planta baja.
Al menos le quedaba su amigo de la infancia para intentar animarle, era
tan amable que no le importaba que él estuviese como un oso en hibernación y
ayudaba a su madre con la comida… A parte de mejor amigo, también era mejor
hijo que él. Suspiró, levantándose sin ganas y bajó con el mismo pijama que
llevaba desde hacía a saber cuántos días. Llegó arrastrando los pies a la
planta baja, sin levantar la vista se sentó en su silla de siempre, intentó
mirar a quien se encontraba sentado frente a él, Youngbae, seguramente, para
darle las gracias. Pero no era Youngbae, era Seungri, que lo miraba con una
expresión parecida al miedo cuando te van a
regañar. Jiyong miró a su alrededor, su padre presidía la mesa, a su
derecha estaba su madre y, frente a ella, su amigo de la infancia, todos
mirándolo expectantes.
Jiyong se levantó de repente y salió corriendo escaleras arriba. Todos
los presentes se quedaron en un incómodo silencio que duró varios minutos,
hasta que Jiyong bajó de nuevo, sorprendiéndolos. Apareció con una ropa
diferente, vaqueros, sudadera blanca y gorro rojo, parecía que se había lavado
la cara y peinado, incluso.
Los padres del chico sonrieron y
comenzaron a servir la comida mientras él se acomodaba en su asiento. Seungri
lo miró, sonrojado, pensando si se habría arreglado por él.
La cena transcurrió en completo silencio, con un ambiente bastante
tenso, hasta que Jiyong habló.
-Ah… ¿Qué demonios pasa aquí?- Dijo sin poder contenerse más. Estaba
frustrado, no entendía qué demonios hacía Seungri en su casa, le hacía feliz,
claro, pero se había decidido a no verlo más y a olvidarse de él y así,
claramente, no podría.
-¿Cómo que qué pasa, cielo?- Preguntó su madre.
-¿Qué hace él aquí?- Le señaló, indignado.
-Eh... Queríamos conocer a tu nuevo amigo…- Esta vez habló su padre y
Jiyong sabía que mentía.
Hizo un puchero, molesto, mirándolo de reojo. Seungri no pudo evitar
soltó una pequeña risa y el rubio lo miró, avergonzado, pronto su rostro se
volvió rojo y el menor se disculpó con la mirada por reírse. Eso le hizo
sonrojar aún más.
-Al principio, cuando era pequeño, quería salir de mi casa…- Hablaba
mientras caminaba por la calle al lado de Seungri, habían decidido ir a dar una
vuelta para tener más intimidad y poder hablar tranquilamente, bueno, lo había
decidido Jiyong.- Pero, con el tiempo, vi que no era posible… Que nunca podría
tener una vida normal y me resigné a ello… Lo único que aún me ligaba un poco a
ese mundo exterior era… eras tú… Cuando te veía en la parada no podía evitar
preguntarme cómo serías, pensaba en lo mucho que me gustaría conocerte.-
Confesó. Paró sus pasos al notar que Seungri no andaba cerca y lo vio parado
unos metros más atrás.- ¿He dicho… algo malo…?-
El moreno lo miraba perplejo, una oleada de sentimientos le inundaba.
No sabía si aquello era una confesión, pero lo que sí sabía era que deseaba con
todo su corazón que lo fuese.
-Sal conmigo…- Dijo, casi sin pensar.
-¿Qué…?- Jiyong lo miró, perplejo.
-Podemos quedar por las noches, duerme por el día y vendré a verte
cuando anochezca… Me gustas.-
El rubio aún seguía turbado por la repentina declaración del moreno,
tardó un poco en poder quitar su cara de sorpresa. Cerró la boca y sus ojos volvieron
a la normalidad.
-Mh…- Simplemente asintió con la cabeza ligeramente.
Sintió que la vista se le nublaba y un nudo se formaba en su garganta,
se giró, dándole la espalda para que no lo viese.
-Hey…- Seungri se le acercó e intentó girarle, pero el rubio se lo
impidió, apartándolo.- ¿Estás llorando?
-No…-
-Déjame ver tu cara…- Intentó girarle de nuevo.
-¡No estoy llorando, tonto!- Volvió a apartarlo bruscamente.
El moreno le tomó del brazo y tras un pequeño forcejeo al fin logró girarlo
para que le mirase.
-No llores…- Dijo viendo la cara tan tierna que ponía intentando
aguantarse las lágrimas. Agarró sus mejillas y tiró de ellas.- Sonríe.- Intentó
tirar de los blancos cachetes del chico para hacerle sonreír, haciéndole formar
una mueca bastante graciosa.- ¡Jajaja! Qué cara más rara…-
-Uhm… Qué malo…- Sollozó.
Seungri soltó el agarre de sus mejillas, tomó su rostro y lo
acercó a él hasta juntar sus labios. Fue
un roce, suave, apenas moviendo los labios, pero lleno de emociones que les
inundaron cálidamente. Jiyong cerró los ojos cuando superó la impresión que le
había dado y se abrazó a él, intentando corresponder el beso torpemente, pues
era su primer beso.
Cuando por fin se separaron, Seungri miró fijamente los ojos vidriosos
del mayor y depositó un beso en su frente. Jiyong sonrió, tímido, y se
fundieron en un cálido y largo abrazo.
AHHH!!! como me encanta esta historia!! conti plis!!
ResponderEliminarSdfghjkl quiero otro capituloo!! Me encanta este fic... Es hermoso <3
ResponderEliminarQue cosa tan más mona!!
ResponderEliminarQuiero otro capi ♥♥♥
P.D: Gracias, adoro el GRI
me cautivo la trama... espero esto siga asi xD de tierno y aqui uno sigue esperando la continuacion... :[atte:jean
ResponderEliminarWaaaa continua!! porfavor, esta genial :3
ResponderEliminarMe encantó la trama y tu forma de escribir *o*
Bueno ademas de que es GRi <3
Dios!!! tienen que actualizar pronto!! morire si no sigo leyendo!!! kyyaaa es hermoso!!! no me hagan sufrir ;///; quiero más de esta gran historia!!
ResponderEliminarPD: Felicidades por su trabajo
ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh OMG OMG unnie por favor continualo esta hermoso en serio me encanto lo he leido todo me causo tantas emociones porfavor continualo pronto si? *-* , y quiero lemon!!, k ya xD
ResponderEliminaraww *.*
ResponderEliminarwawwaww demasiado lindoooo continuaaa :D
ResponderEliminar