Black Lotus Capítulo 10

Dios, creo que nos hemos ganado el odio de mucha gente con el final del último capítulo XD

Pero fanfics HunHan hay hasta debajo de las piedras, no se quejen TT_TT Espero que nos sigan leyendo aunque hayamos destruido el HunHan XD 

Bueno,le dejo gif de EXO-K sexy e////e

Los rayos de Sol dando directamente en su rostro lo despertaron, desorientado, miró a su alrededor, se había quedado de nuevo dormido en el sofá. Se sentó, agotado mentalmente, aun intentando aclarar sus sentimientos. La noche anterior había sido extraña, no recordaba mucho aparte de que Sehun le ofreció ir a tomar algo para olvidarse de sus problemas y que se habían terminado acostando, no recordaba cómo ni por qué, pero sabía que sería la última vez que compartiría cama con el coreano. Tampoco recordaba cómo había llegado a su casa, ¿Sehun lo habría llevado hasta ahí? Era lo más seguro.

Suspiró, cansado y frustrado por sus propias acciones. Pensó que debería haberle puesto fin a todo mucho tiempo atrás, antes incluso de empezar su relación con Sehun, no debería haberlo usado como tirita a sus heridas. Aunque realmente le gustaba el chico, se estaba engañando a sí mismo, incluso hubo un tiempo  en el que se inculcó la idea de que estaba enamorado de él. Mentira, todo mentira. Era atractivo, le gustaba y sin duda habría salido con él, tal vez en otra situación le hubiese llegado a amar de verdad, pero jamás lo hizo, sólo quiso amarlo.

Ahora tenía que pensar en qué debía hacer y la única opción posible era enfrentarse a la verdad, y si tenía que caer, caería, pero no podía seguir evitando el problema, se enfrentaría a él y, acabase bien o mal, por fin todo se acabaría. Tal vez entonces pudiese pasar página por fin.

Se levantó, se aseó y se dispuso a salir del cuarto para hablar con aquel que le aclararía una gran duda que tenía, quería saberlo antes de enfrentarse al verdadero problema. Fue grande su sorpresa cuando abrió la puerta y se encontró  con el chico con el que quería hablar justamente frente a él.

-Chen…-

***

Chanyeol paseaba por la terraza del hotel, disfrutando de la suave brisa que había aquella mañana. Su móvil empezó a sonar, sacándole del momento de relax del que estaba disfrutando, pero al ver el nombre de aquella persona no le importó.
-Buenos días, Baekhyun.- Contestó con una gran sonrisa.
-Chanyeol… ¿Quieres desayunar conmigo? Como en los viejos tiempos…- Esas palabras hicieron que el corazón del alto brincara emocionado y que su sonrisa no desapareciera.
-Por supuesto.-Contestó.- Lo echaba de menos…- Escuchó su risa al otro lado, algo que le pareció música a sus oídos.
-Estoy en la cafetería del frente, te espero.-Cortó la llamada e inmediatamente fue al encuentro de su amigo, cuando llegó se encontró con una refinada dulcería, con un cartel negro y adornos dorados, lo encontró al final de una fila de mesas y sillones. Caminó hacia él y vio que ya había pedido por los dos.
-Gracias…- Susurró al ver que estaba justo lo que más le gustaba, le encantaba que le conociera tan bien.
-De nada...- Dijo el pequeño con una sincera sonrisa.
Se sentó justo en frente, en un sillón negro bastante cómodo y le miró extrañado, sabía que algo pasaba si Baekhyun le había llamada así de repente.
-Quería hablar contigo.- Comenzó el más bajo al sentir la mirada de su amigo.- He estado, pensando últimamente, y quería pedirte disculpas.-
-¿Por qué?-
-Estas metido en todo esto por mi culpa y…-
-Ah, eso no es nada Baek…- No pudo seguir hablando.
-¡No! Escúchame Channie, esto es en serio, por favor, escúchame…- Suplicó con su mirada, el alto se calló inmediatamente y tomó de su café esperando a que le contara.
-Veras… he sido un egoísta, no pensé en ti, ni en tus sentimientos… Sólo en mí y me he dado cuenta de que todo ha sido una tontería… Quería madurar pero lo único que he hecho ha sido empeorar…- Su voz fue bajando de intensidad debido a que un nudo en su garganta amenazaba con salir como un sollozo.
-Baekhyun… Creo que, si hemos llegado hasta aquí ahora, es porque, precisamente, has aprendido mucho. Te has dado cuenta de tus errores y los quieres enmendar, ¿No se le llama a eso madurar?- Dijo con una gran sonrisa mientras agarraba la mano de su amigo, el cual abrió los ojos sorprendido ante sus palabras, tenía razón, si no se hubiera dado cuenta y siguiera como si nada, entonces habría estado en un problema más gordo. Sonrío alegremente y se le escaparon unas lágrimas al escucharle.
-Tienes solución para todo… ¿Cómo eres tan optimista?-
-Es porque te tengo a ti…- Baekhyun rio ante sus palabras y se limpió las lágrimas.
-Eres un cursi.- Chanyeol comenzó a reír seguido de su amigo.
-De verdad, soy optimista porque la vida me ha enseñado a serlo, simplemente.-
-Ya… me quiero ir de "Lotus".- Confesó.
-Jeje, me parece perfecto.- El alto se alegró de escuchar eso, ya que no paraba de estar preocupado por la salud del otro.
-Pero quiero que te vayas conmigo.-Sentenció.
-Por supuesto.- El alto le mantenía la mirada con decisión.
-Y que dejes las peleas.- Susurró inseguro de cómo se lo tomaría.
-¿Y eso?-
-Me he dado cuenta de lo peligroso que es todo esto y… no podría vivir tranquilo pensando en que algo te pudiera pasar.- Dijo Baekhyun sonrojándose levemente.
Chanyeol se tapó la cara mientras sonreía como un tonto, se había puesto muy contento con aquellas palabras, bajó un poco sus manos, descubriendo sus ojos y le observó.
-Está bien, será una promesa.- El otro asintió y sonrió.
-La semana que viene, nos iremos los dos… juntos.- El alto le acarició la cara despacio y sonrió.
-Vale.- 

***

-¿Hablaste con Kai?- Preguntó Suho a D.O. al otro lado de la línea.

-Sí, dijo que no podrá llegar hasta las nueve.-

El mayor miró el reloj de pared sobre el azulejo de la cocina. Las 18:25. Suspiró, tendría que esperar muchas horas solo en esa casa.

-Entonces avisaré a los de Black Dragon de que la reunión se aplaza un par de horas.- Dijo jugando con la taza de té en sus manos.

-Vale. Siento que hayas ido hasta allí para nada.-

-No importa, yo también debería quitarme esta manía de llegar una hora antes siempre.- Rio.

-Jajaja, sí, deberías.-

-Me quedaré aquí ya, tal vez me eche una siesta.-

-Está bien, descansa, hyung. Hasta luego.-

-Sí.-

Colgó y marcó el número de su hermano mientras daba un sorbo a su té. Tras cuatro pitidos, escuchó la voz de su hermano.

-Jong Dae, soy Jun.-

-¿Qué tal, hyung?-

-Bien, mira la reunión de esta tarde se aplaza hasta las nueve.-

-¿Mh? Vale, pero ¿por qué no llamaste a Lay?- Dijo ya que se suponía que era con él con quien debía tratar temas de trabajo.- Además yo ni siquiera voy a ir.

-Bueno, así aprovecho para hablar contigo de paso.- Mintió, ese hombre le irritaba y le atraía sexualmente de una manera que ningún otro hombre le había atraído, y eso le irritaba más aún, no quería tener trato alguno con él.

-Oh, ya vuelve el cursi Jun. Me encantaría hablar contigo, pero tengo mucho trabajo y te tengo que dejar. Ahora llamaré a los demás para avisarles de que se aplaza la reunión.- se escuchó una voz de fondo.- ¿Eh?... Ah… Xiumin dice que Lay ya fue para allá.- Le avisó, pero demasiado tarde, el chino ya asomaba por la puerta de la cocina, mirándolo con indiferencia.

-Ya…- Dijo devolviéndole la mirada.- Bueno, ya hablamos, Dae.

Colgó y dejó el móvil sobre la mesa, volviendo a tomar su taza de té. Lay cogió una botella de agua que había sobre la encimera y se sirvió un vaso, Suho observó atento como su nuez se movía mientras tragaba. Cuando terminó, lo lavó y lo dejó dentro del mueble de nuevo.

-Acabo de llamar a Dae… - dijo Suho, después de golpearse mentalmente por quedarse de nuevo mirándolo embobado.- …porque la reunión se pasó a las nueve.- Lay miró el reloj y suspiró, decepcionado, tampoco tenía ganas de esperar.

-Bueno… ¿Han hecho avances en la investigación?- Dijo apoyándose en la encimera, para desgracia de Suho, que esperaba que se fuese y le ahorrase la incomodidad de estar con él a solas.

-No mucho, aunque estoy tras una pista…- Dijo pensativo.- Pero primero he de hablarlo con Kai.-

Lay lo miró desconfiando.

-¿Por qué no puedes compartirlo con nosotros también?- Le cuestionó.

Suho notó el tono del joven y supo que pronto comenzarían otra disputa.

-Porque no estoy seguro, y no voy a compartir información falsa o poco fiable…-

El chino no se fiaba mucho de sus palabras, comenzaba a dudar si podía confiar en él. Aún recordaba lo que pasó en aquel pequeño trastero y seguía sin entender por qué hizo aquello en tal situación, aunque tampoco entendía como él mismo se había dejado llevar, porque sí, se había dejado y, si no los hubieran interrumpido, hubiera llegado hasta el final. Se avergonzaba de sí mismo por lo que había pasado y estaba confundido por Suho, no sabía que se escondía en su mente.

-No me fío de ti.- dijo sin pensar, estaba enfadado y agobiado por culpa de ese chico.

-Ni yo de ti.-

Lay se rindió y decidió sacar el tema tabú, ya no lo aguantaba más.

-¿A qué coño vino lo del trastero?-

-¿Uh?- Suho lo miró con los ojos muy abiertos, no se esperaba eso.

-Ya sabes…- sintió las mejillas calientes y deseó que no se hiciese visible en su piel.

-Eh…- Suho vaciló un poco, pero el rubor del chino le hizo sentirse cómodo, le gustaba verlo tan vulnerable.- Bueno, hicimos una apuesta, ¿no? – Alzó una ceja.- Y gané.- Dijo victorioso.

-Eso es mentira, no ganaste.- Lay casi parecía ofendido.

-¿No? Pues yo creo que aquello estaba bastante duro.- Esbozó una media sonrisa.

-¡Tú me pusiste duro, no fue por…- De repente calló, dándose cuenta de lo que acababa de decir. Esta vez sintió todo su rostro arder al ver cómo la sonrisa de Suho se ampliaba.

-Sigue…- Le indicó para que siguiese hablando.

Lay se enfureció aún más. Se acercó a él y se apoyó sobre la mesa con una mano y la otra la puso sobre el respaldo de la silla en la que el coreano estaba sentado. Suho no tenía escapatoria, el chino estaba sobre él con los ojos rojos de furia, pero más que eso, se fijó en su cuello y en la camisa cuyos botones superiores estaban desabrochados, cuando vio su rostro tan cerca, tuvo que tragar saliva sin poder evitar preguntarse qué se sentiría al probar sus labios, porque en aquella ocasión no había podido, y realmente lo deseaba.

-No me vaciles, gilipollas.- Dijo con su voz ruda.- No sé qué pretendes con todo esto, pero más te vale no traicionarnos o yo mismo haré que te arrepientas…-

Suho lo miró perplejo, se había sentido intimidado por ese chico que no le quitaba la vista de encima. Ahora él se sentía vulnerable, pero su cuerpo reaccionaba de una manera extraña a eso.

-Apártate.- Dijo con su rostro serio, evitándole la mirada.

-No.- Le molestó Lay.

-He dicho que te apartes.-

-¿Por qué debería?- Sonrió con aire de superioridad.

Suho lo encaró, completamente serio.

-Porque me estás poniendo.-

Lay se quedó descolocado por un momento y lo miró incrédulo, pero su rostro no parecía mentir. Se separó, despeinándose, frustrado.

-Agh, ¿no te puedes tomar nada en serio? ¿Crees que era broma?- Le regañó.

-No, pero yo no tengo culpa de cómo reaccione mi cuerpo…- Él tampoco entendía muy bien por qué reaccionaba así.

El chino aun no sabía si le estaba vacilando.

-Tsk… Eres imbécil.- Dijo y se dispuso a salir de la cocina.

Ahí estaba de nuevo, insultándolo gratuitamente. Suho, ya harto, se levantó para agarrarlo del brazo.

-Ni se te ocurra volver a insultarme.-

Lay se soltó y lo encaró.

-Te insultaré todo lo que me dé la gana. No me fío de ti y no me gusta que un imbécil como tú me toque.-

-¿De verdad no te gusta que te toque?- Rio, burlón.- No mientas…-

El chino lo agarró del cuello de la camisa.

-No me provoques.- Le advirtió Lay, sin ser realmente consciente de lo que estaba pensando en ese momento.

Suho se dio cuenta de lo que estaba haciendo y paró.

-Ah... Perdona... No sé qué me pasa, yo no soy así, pero tú... No sé, me sacas de mis casillas y me...-

No pudo terminar la frase, porque Lay se abalanzó sobre él y lo besó, sin siquiera darle tiempo a reaccionar, tomó su cuello y metió la lengua en su boca, de manera salvaje, lo que le hizo retroceder. Suho se quedó completamente descolocado y, torpemente, debido a la confusión, intentó responder al beso, sin embargo, Lay se separó antes de que pudiese centrarse. Se miraron, ninguno de los dos sabía muy bien qué acababa de pasar, así que duraron en frente el uno del otro unos largos segundos, hasta que por fin las ideas del coreano se ordenaron en su mente.

-No sabes lo que acabas de hacer.- le dijo, y era verdad, Lay no sabía qué demonios acababa de hacer.

Esta vez fue Suho quien se abalanzó sobre el otro y lo besó con lujuria, lo agarró de la nuca para poder meter mejor su lengua y  sin darse cuenta fue avanzando, haciendo a Lay retroceder hasta que chocaron con la pared. Ahora era el chino el que estaba descolocado, pero poco le duró la confusión, cuando se quiso dar cuenta estaba correspondiendo el beso y repartiendo caricias por todo el cuerpo del más bajo. Ese beso por el que tanto habían esperado ambos era mucho mejor de lo que jamás pudieran haber imaginado. Suho coló su mano bajo la camisa del chino y tocó su suave piel, mientras de sus labios pasaba a su mejilla, mentón, cuello, en éste se paró un poco más para morderlo, torturaba a ese trozo de carne por haberlo vuelto loco tanto tiempo. Lay gimió al sentirlo en esa zona tan sensible, lo que hizo que el coreano se excitara sobremanera y lo juntó más a él, haciendo que sus caderas se tocaran y que el chino notara la erección de Suho en su entrepierna. Las manos del mayor volaron hasta el trasero del otro, agarrándolo con fuerza, acercándolo más si era posible. Ambos jadeaban sumidos en un juego erótico de caricias y besos que les había hecho perder la razón y olvidarse hasta de quienes eran.

Suho comenzó a desabotonar la camisa, ansioso por ver el resto de ese cuerpo que tanto le tentaba. Observó su torso desnudo un momento y luego comenzó a repartir besos y mordidas por toda esa blanca piel, prestando especial atención a uno de sus pezones, para luego seguir bajando, mordiéndolo débilmente en los abdominales, cerca de su ombligo y siguió hasta toparse con la tela, desabrochó hábilmente el cinturón, para luego desabotonar el pantalón y bajarlo sin dejarle tiempo a darse cuenta de que estaba siendo desnudado. Siguió repartiendo besos sobre su cadera y la mordió suavemente provocándole cosquillas, mientras bajaba la última prenda que le quedaba, los boxers azules, que, aunque le quedaban muy bien, en ese momento molestaban demasiado. Antes de levantarse de nuevo, dio un beso en la punta del miembro del chino y después volvió a besarlo con una sonrisa, orgulloso por los jadeos que le provocaba. Agarró su miembro con fuerza y comenzó a masturbarlo arrancándole graves gemidos. No quitó la mirada de ese rostro que mostraba el placer que le estaba proporcionando él mismo, se mordió los labios como una medida de auto-control porque había demasiadas cosas que le quería hacer y, si no se centraba, se saturaría de deseos y no sabría qué hacer.

-Dios… cómo me pones.- Le dijo antes de besarlo de nuevo con esa lujuria que estaba controlando todo su cuerpo en esos momentos.

Lay estaba disfrutando las atenciones, pero quería tocar también, así que intentó despojarle de sus pantalones torpemente hasta que consiguió que cayeran y bajó los calzoncillos para masturbarlo al ritmo con el que le estaban tocando a él. Suho gruñó al sentir el tacto y lo volvió a poner contra la pared, agarró una de sus piernas y le indicó que saltara, orden que obedeció al instante, rodeándole la cintura con las piernas. El coreano metió tres dedos en su propia boca y los humedeció bien para después buscar la entrada del menor, quien sintió la intrusión algo molesta pero tampoco la evitó, se centró en las mordidas que le daba Suho en el cuello y en la mano que lo masturbaba. Ni siquiera se dio cuenta de cuando metió el segundo y el tercer dedo, sólo notó que empezaba a gustarle la intromisión en esa zona y se agarró fuerte a su espalda hasta que el mayor retiró su mano y se colocó dispuesto a adentrarse en él, lo vio un poco complicado, además de que llevaban en esa posición un largo rato y empezaba a notar el peso del otro, así que con cuidado lo hizo bajar y le dio la vuelta, haciendo que se inclinara un poco hacia delante y se poyase en la pared. Despacio, se adentró en él y se acercó a su espalda para besarla mientras lo penetraba.

-¿Te duele?- Le preguntó entre jadeos.

-Ngh… un poco, pero sigue.-

Suho se adentró del todo y esperó intentando controlarse, porque sabía que si no se concentraba, podría correrse de un momento a otro debido a la imagen tan erótica que le proporcionaba la parte trasera del chino. Comenzó a moverse muy lentamente, notando como cada vez estaba menos apretado y podía embestirlo con más facilidad. Lay se agarraba a la pared y su respiración empañaba los blancos azulejos con la que ésta estaba adornada.

-Ah… Más… más rápido, Suho.-

Al escuchar su nombre el coreano ni se lo pensó un momento y le embistió más rápido, aumentando también la fuerza en cada movimiento, parecía que lo estaba haciendo bien, porque los gemidos de Lay se incrementaban al ritmo de sus caderas. Sonrió por esos sensuales sonidos y se acercó de nuevo a su espalda, esta vez para morder su tierna piel y llevar su diestra al miembro ajeno, Lay se estremeció ya que no se lo esperaba, sintió como lo volvían a masturbar y se vio sumido en un profundo placer que lo hacía gemir cada vez más y más alto. Con esos sonidos, Suho cayó en la cuenta de que si se corría, no le vería la cara en esa posición y no podía permitir que eso pasara, así que se detuvo y salió de él ante la mirada de reproche de Lay.

-Ven…- Rio sabiendo que el chino deseaba más y que esa interrupción no le había gustado.

Lo cogió de la mano y lo puso sobre la mesa, lo besó de nuevo, esta vez de una manera suave y delicada que les hizo a ambos sentir una ola cálida recorrerles de pies a cabeza.

-Me gustas mucho.- Susurró Suho.

-Lo sé.- Dijo Lay con una sonrisa.

-Y te odio.- Rio débilmente.

-También lo sé.- Rio mientras se tumbaba en la mesa.

Suho lo agarró de las caderas y lo volvió a penetrar con cuidado, moviéndose lentamente. Sin lugar a dudas, prefería mil veces esa posición, porque el torso del chino y su rostro contrayéndose por el placer era una imagen que se le quedaría grabada de por vida. Las embestidas cada vez eran más rápidas y fuertes, el sonido de la mesa daba fe de ello, al igual que los sonidos que se escapan de ambos jóvenes.

Lay se veía próximo al clímax así que llevó la mano a su miembro para masturbarse a conciencia hasta que sintió una descarga de placer inundarlo y su propia esencia derramarse sobre él. Suho no tardó mucho más y tras unas pocas estocadas, llegó al orgasmo con un grave gemido. Mientras intentaban recuperar el aliento se quedaron en silencio, Suho se apoyó sobre la mesa y Lay acarició su pelo, cuando se miraron volvieron a besarse, suavemente, pues no tenían muchas fuerzas.

-Creo que me daré una ducha.- Comentó Lay una vez se incorporaron, viéndose manchado con su propio semen y con el ajeno.

-Está bien, yo me quedaré aquí por si acaso.- Dijo refiriéndose a la planta baja de la casa.- Oye, ¿ya no te caigo tan mal?- Preguntó viéndolo salir de la cocina solo en ropa interior.

-Nunca me has caído mal… Me irritas.- Corrigió.

-Ja, eso es porque te jode que te pongo a cien.- Rio acercándose a él, vio que Lay iba protestar así que lo atrajo hacia sí y le dio un corto beso en los labios.- Lo sé porque a mí me pasa lo mismo.- Le sonrió.

Horas después se encontraban Kai, Suho, Sehun, Lay, Kris y Tao reunidos en la casa, hablando de distintas pistas que habían encontrado en los últimos días, aunque no es que pudiesen recolectar demasiada información y todo lo que tenían no eran más que suposiciones. Lay y Suho aparentaban que no había pasado nada, pero desde que el moreno supo que habían pasado tiempo a solas en la casa, no dejó de soltarles pequeñas indirectas que, sobre todo a Suho, le hacían sentirse nervioso, y es que se suponía que él era el que tenía que controlar que Kai no hiciera locuras como la que él mismo hizo esa tarde.

-Entonces nos volveremos a reunir en una semana a no ser que encontremos algo importante antes.- Dijo Kris, concluyendo la reunión.

-Está bien, aunque Suho y tu primo pueden venir aquí siempre que quieran a intercambiar información.- Dijo con una media sonrisa.

Todos los miraron y estos se hicieron los locos, Sehun conocía a Kai así que sabía lo que estaba insinuando, pero le costaba creerlo de Suho, y Kris había notado algo raro en su primo respecto al segundo al mando de Lotus, desde hacía tiempo se imaginó que algo pasaba entre esos dos, aunque poco le importaba a quién se tirara su primo.

Cuando ya se disponían a salir escucharon un estruendo que los asustó y, completamente confundidos, vieron a Tao sobre Kai en el suelo.

-¿Qué…?- El moreno lo miró perplejo.

Enseguida entendieron lo que pasaba y se agacharon sacando sus armas.

-Tao, ¿estás bien?- Le preguntó Kris en seguida.

- Sí, la bala iba directa a él.- Dijo Tao mirando el pequeño agujero en la pared.

-¡Apaga las luces, Sehun!- Ordenó Suho y el menor obedeció en un abrir y cerrar de ojos.

Lay marcó rápidamente un número en su teléfono.

-Luhan, manda refuerzos a la casa, rápido, nos disparan.- Casi no pudo oír el “sí” al otro lado de la línea porque colgó a la vez que lo decía. Vio el móvil de Suho iluminado por un momento y supuso que él también habría pedido ayuda.

Se quedaron en silencio, atentos a cualquier ruido hasta que escucharon unos cristales romperse, proveniente de la cocina. Se mantuvieron alerta a esa entrada aunque sin dejar de vigilar las demás que llevaban al salón, incluyendo las ventanas. Una sombra se asomó y casi no la pudieron notar, pero el disparo de Sehun le dio de lleno y lo pudieron ver perfectamente caer en el suelo. En la ventana, Lay pudo ver otra sombra y disparó, pero no pudo saber si le había dado. Lo bueno de la oscuridad es que dejaba a sus enemigos en su misma condición, ya que ellos no podrían ver si había alguien fuera de la casa, pero los que se encontrasen allí los podrían localizar perfectamente en el salón y eran blanco fácil, con las luces apagadas ya no los podrían encontrar tan fácilmente. Lay alabó mentalmente la rapidez mental de Suho.

No supieron cuánto tiempo pasaron esquivando balas y disparando hasta que escucharon varios coches llegar y todo se volvió más caótico. Escuchando gritos y disparos, decidieron salir de ahí, pero cuando se acercaron a la puerta escucharon un balazo más cercano a los otros y en la penumbra vieron el cuerpo de Lay caer contra la pared. Al frente vieron una silueta y, por suerte, parecía que se le encasquilló la pistola, o bien se le gastaron las balas, porque no volvió a disparar y huyó. Sehun disparó pero con la mala suerte de que no le alcanzó y Tao, enfurecido por ver a su compañero en tal estado, fue tras el atacante.

-¡Tao!- Kris lo llamó pero éste no le hizo caso y desapareció en la oscuridad.

Segundos después, se hizo el silencio y la puerta principal se entreabrió.

-¿Jefe?... ¿Kris?- Escucharon.

-¿Henry? Estoy aquí.- Encendió la luz y un chico joven armado entró, Sehun no dejó de apuntar hacia él, por precaución, pero Kris y él comenzaron a hablar y bajó el arma.

-Jefe, ¿está bien?- Preguntó alarmado.

-Sí, pero Lay está herido.- Dijo señalando a su primo que se encontraba entre los brazos de Suho.

-¿Es grave?- Se acercó a él para examinarlo.

-No, sólo me dieron en el brazo.- Respondió, adolorido, mirando hacia donde Suho apretaba intentando evitar que perdiese sangre.

-¡Aquí hay un hombre herido!- Informó para que le hicieran las curas.

-¿Qué tal afuera?- Preguntó Kai.

-Todo en orden, sus hombres nos ayudaron a limpiar la zona, pero no hemos podido pillar a ninguno de ellos vivos.- Dijo el chico que parecía chino por su acento.

Unos hombres entraron para examinar a Lay y  luego lo sacaron de la casa informando de que lo llevarían a la mansión para que lo curara el médico de la familia.

-¿Kai?- En ese momento entró un hombre alto en la casa.

-¡Changmin! Nunca me había alegrado tanto de verte.- Dijo abrazándolo.

-¿Qué está pasando aquí? D.O. me llamó diciendo que necesitabas ayuda y que estábais aliados con Black Dragon ¿Desde cuándo..?- Dijo observando a Kris salir por donde anteriormente había ido Tao.

-Es una larga historia, luego te lo explico.- Dijo Kai, intentando tranquilizarlo. Pensó que D.O. le conocía demasiado bien, le había dicho que nadie debía saber sobre su alianza y, cuando necesitó ayuda, recurrió a la única persona en la que sabía que podía confiar, a parte de su familia.

Salieron de la casa, deseando tomar aire fresco y vio a muchos hombres en la zona, algunos los reconoció como subordinados suyos, otros supuso que lo serían de Kris. Metían a Lay en la parte trasera de una camioneta, ante la mirada preocupada de Luhan y D.O., que en cuanto lo vio se acercó a él y le acribilló a preguntas sobre su estado. Intentó tranquilizarlo mostrándole una tierna sonrisa y pasó un brazo por sus hombros, acercándose a Luhan, donde también iban Sehun y Suho.

Desde la parte trasera de la casa apareció Kris y le dijo algo a Henry en chino, éste en seguida empezó a dar voces para que sus compañeros le prestasen atención. El rubio se acercó a Luhan con el rostro pálido y Kai podría haber jurado que esa era la primera vez que veía miedo en sus ojos. Le dijo algo en chino y Luhan, aparentemente alterado, le respondió en el mismo idioma, a lo que Kris simplemente respondió un monosílabo y se llevó una mano a la cabeza, mirando alrededor, inquieto. Vieron a todos los subordinados de Black Dragon corriendo de un lado a otro, algunos cogiendo los coches y otros simplemente corriendo por las calles.

-¿Qué… qué pasa?- preguntó Kyungsoo tímidamente.

-No sabemos dónde está Tao.- dijo Luhan al ver que Kris no le había prestado atención al menor.

Entonces los integrantes de Lotus cayeron en la cuenta de que no habían visto al chico desde que salió tras el hombre que disparó a Lay.

 ***

Hasta aquí el capítulo 10 ^^ Espero que les haya gustado, ahora las cosas se pondrán más serias e.e

Para los amantes del TaoRis, están de suerte, nos estaban pidiendo más de esta pareja y el próximo capítulo será enteramente TaoRis, TaoRis everywhere!! (Sorry a los que no les guste la couple, pero espero que al menos les parezca interesante) >_<