Chen ya estaba completamente integrado en la banda, llevaba
varias semanas trabajando y estaba a gusto en ella. Sí, era una banda criminal,
pero nunca antes se había sentido tan bien acogido, Xiumin y él eran casi como
hermanos, Luhan solía estar con ellos siempre que tenían tiempo libre y Lay le
ayudaba en todo lo que necesitase. A Kris y a Tao no los veía tan a menudo,
pero siempre que se encontraban el jefe le decía cosas como “espero que estés a
gusto en la casa” o “estás haciéndolo bastante bien, te estás ganando mi
respeto”. Lay le contó que si su primo decía eso era porque confiaba en él y
pensaba mantenerlo en la banda.
Sin embargo, Chen no lo sabía todo de la banda, cada día
descubría algo nuevo. De hecho, ese día iba a acudir a una reunión con unos
magnates de la industria tecnológica coreana a la que acudiría Kris. Al parecer
era algo serio, rara vez el rubio se encontraba con los socios, ese era trabajo
de Xiumin o Chen, a veces de Luhan o Lay, si el tema a tratar correspondía a
sus responsabilidades.
A la reunión también asistirían Lay y Xiumin, en principio
Chen no estaría pero cuando ya iba a seguir su camino después de que ellos
parasen frente la sala de reuniones del Machine, Lay lo llamó.
-Espera, Kris quiere que estés presente, para que te enteres
de como van las negociaciones en estos casos. Xiumin, explícale un poco de qué
va la cosa.- tras esto, entró en la sala.
-Sí.- se giró hacia Chen.- A ver, estas tres empresas están
asociadas y siempre han colaborado con nosotros, lo que pasa es que desde hace
unos meses empezaron a darnos largas, diciéndonos que no podían hacer las
exportaciones a China. He intentado descubrir porqué, pero no ha habido manera.
Así que hemos llegado al último recurso: que el jefe tome cartas sobre el
asunto.-
-¿Y qué tengo que hacer yo?-
-Tú ahora mismo nada, sólo mirar. A ver, si tuvieses que
estar en mi lugar, tendrías que mantener la boca cerradita a no ser que Kris te
pregunten algo sobre los tratos que tenemos con ellos o cualquier cosa.
-¿Y Lay por qué está aquí si no tiene nada que ver con el
negocio de las drogas?-
-Porque estamos sospechando que otra organización esté
metida tras esto...- dijo con semblante serio.- Y si es así, las cosas se van a
poner feas.
No dijo más e hizo al chico entrar. La sala era grande, al
fondo había una cristalera, una pantalla de unas 50 pulgadas estaba incrustada
en la pared y en medio de la sala, horizontal a la cristalera, había una mesa
larga con unas 16 sillas, tres de ellas, en el extremo derecho estaban ocupadas
por unos hombres de traje. “Los dueños de las empresas” pensó Chen. Tras ellos
había dos gorilas cuyas espaldas eran dos veces la suya. Lay estaba hablando
con ellos, explicándoles que Kris no tardaría en llegar, entonces les presentó
a los dos jóvenes. Se sentaron en las últimas sillas, al otro extremo de la
mesa, Chen y Xiumin a un lado y Lay frente a ellos, poco después entró Kris con
Tao.
-Buenas noches, señores.- dijo dándoles un apretón de manos.
Tao, como siempre, se mantuvo a parte, tras el rubio, sin
decir una palabra. Aún Chen no sabía mucho de ese misterioso chico, pero sí
sabía que no tenía ningún lazo de sangre con su jefe, más de una vez pensó que
tenían una relación amorosa, pero no le cabía en la cabeza tal idea. Kris se
sentó presidiendo la mesa junto a sus subalternos.
-Bueno… Vayamos directos al grano.- Dijo poniendo los codos
sobre los apoyabrazos de la gran silla y entrelazando los dedos frente su abdomen.-
¿Por qué no están llegando las mercancías que les pedimos a China?-
Los tres señores se miraron entre ellos, finalmente, el de
en medio, que presidía la mesa en el otro extremo, habló.
-Tiene que entender que tenemos más clientes a parte de
usted, hay prioridades…-
-Permítame interrumpirle, señor Sung… No hay cliente más
prioritario que yo.- dijo con tono autoritario pero tranquilo.
El hombre se quedó sin habla durante unos segundos
intentando asimilar si lo que le había dicho era una especie de amenaza, aunque
más bien era una advertencia de que tuviese cuidado con lo que decía.
-Mire, aunque no lo crea, hay más gente poderosa en Corea.-
respondió irritado.
Sus sospechas se confirmaban, estaban haciendo tratos con
otra organización.
-Dudo que alguien tenga más poder que yo en esta ciudad.-
-Puede que en Seúl no, pero abarcan mucho más en el resto
del país.-
Era cierto que Kris tenía más poder en Seúl que ninguna otra
corporación, pero fuera de la ciudad no tenía negocios, le parecía una lata
tener que desplazarse a otras ciudades, además con los negocios de la capital
le sobraba.
-Está bien, señores.- dijo alzando las manos en un gesto de
conformidad.- Entonces sigan sus negocios en el resto del país, porque en Seúl
no van a poder abrir una sola tienda más.- con la última frase su voz se volvió
más seca pero su rostro parecía indiferente.
Los tres hombres lo miraron sorprendidos, incluso se podría
decir que asustados.
-Ya pueden irse, ha sido un placer.- dijo el rubio apoyando
el mentón sobre su mano.
Uno de los magnates, que se había callado hasta entonces se
levantó, bastante enfadado.
-¡¿Se cree que puede amenazarnos sin más y quedarse tan
tranquilo?!- le gritó.
Kris levantó la ceja, mirándolo con superioridad.
-¿Y usted cree que puede gritarme? Les estoy haciendo un
favor, deberían agradecer que no les vuele los sesos por incumplir nuestro
trato.- dijo en un tono agresivo y una mirada de desprecio.
Lay y Xiumin ni se inmutaron, pero tanto Chen como los tres
empresarios sintieron un escalofrío.
-¡¿Cómo se atreve?! ¡CHOI!-
Uno de los gorilas metió la mano en su chaqueta, parecía que
iba a sacar un arma, pero antes de que pudiese incluso pestañear, Tao se
encontraba a su lado. El joven le incrustó la suela del zapato en la cara
haciéndolo caer de espaldas y en cuanto su pie tocó el suelo, le asestó una patada en el cuello al segundo
guardaespaldas, se escuchó un fuerte golpe con las dos caídas. No volvieron a
levantarse, los tres señores mayores y Chen se quedaron sin habla, Xiumin soltó
una risa como si se hubiese visto venir lo que iba a suceder.
-Espero que entiendan la gravedad de lo que acaban de
hacer…- habló Kris finalmente, aunque los presentes no sabían si mirarlo a él o
al chico que estaba tras ellos, impasible, asegurándose de que ninguna de sus
víctimas se levantase.- Ahora me van a contar todo sobre esos clientes
supuestamente más importantes que yo.
No era una petición, si no una orden. Los tres hombres se
sentaron nerviosos, temblaban, sin sus gorilas podían acabar muertos en aquella
sala.
-No sabemos mucho…- balbuceó el hombre que aún no había
hablado.- Sólo que se hacen llamar “Lotus” y están muy relacionados con Jung
Yunho. Tienen varios negocios, nos prometieron la monopolización del mercado
coreano… Ni siquiera conocemos al cabecilla.
Kris sonrió victorioso.
-Perfecto.- le hizo un gesto a Lay y este se levantó para
hurgar en un mueble que había detrás de su primo.- Ahora, les voy a pedir que
hagan algo por mí… Porque querrán que les perdone esta descortesía, ¿verdad?
Los tres hombres asintieron nerviosos y Lay colocó tres
pequeñas navajas sobre la mesa, cerca de ellos. Los presentes miraron a Kris
desconcertados, éste les clavó una espeluznante mirada y posó el dedo índice
sobre su mejilla, deslizándolo lentamente por ésta. Se quedaron sin habla al
entender lo que les pedía, mirándolo, esperando una palabra que negase que lo
que se les estaba pasando por la mente era cierto.
-O si lo prefieren, puede hacerlo Tao.- dijo señalando al
joven que aún se encontraba tras los empresarios.
El chico les miró indiferente y, asustados, cogieron el arma
blanca. Tras un rato observándola, uno de ellos habló.
-Esto es un poco absurdo, podríamos atacarles y tendríamos
las de ganar.- parecía más relajado.
-Inténtenlo.-
Pocos minutos después, Lay observaba desde la ventana cómo
los tres hombres salían del establecimiento con una mejilla ensangrentada, hecha
por ellos mismos, ahí se quedaría la marca que les recordaría que no deben
defraudar a Black Dragon.
-Otra vez esos tal Lotus…- dijo viendo como los gorilas
salían tras ellos y se subían a un BMW.-Se están metiendo demasiado en nuestros
negocios últimamente.-
Kris lo ignoró y se acercó a Tao, le agarró del mentón para
que le mirase y se acercó mucho a su rostro para examinarlo.
-¿Estás bien?-
Tao asintió. Chen no entendió la pregunta, si de todos los que estaban ahí
era el que mejor parado podía salir de cualquier problema. Ahora comprendía lo
que le dijo Xiumin, sobre su fuerza y sobre no meterse con Kris.
-Envíales una advertencia: si siguen metiéndose en nuestro
territorio, no habrá lugar para los buenos modales.- dijo amenazante.
Kris cogió la mano de Tao y se fue sin decir nada más
dejando a los tres jóvenes en silencio. Lay se tiró en una silla, parecía
agotado.
-Esto es peligroso…- dijo Xiumin con la mirada baja.
-¿Qué pasa?- Chen
estaba un poco perdido.
Lay se acomodó para explicarle.
-Jung Yunho es el jefe de la mafia coreana más poderosa.
Desde siempre hemos tratado de no involucrarnos con él, manteniendo las
distancias, a ninguno de los dos nos interesa meternos en una guerra. Pero
desde que apareció esa banda, Lotus, nos han estado dando problemas.-
-Pero ¿qué tiene que ver esa banda con Jung Yunho?-
-El jefe de Lotus es el hijo de Yunho… Oye, es Xiumin quien
debería contarte estas cosas.-
-¿Eh? Ah, perdona.- el baozi había estado ausente toda la
conversación.- El problema no es sólo Lotus, si no la guerra que se podría
formar entre la mafia China y la Coreana. Si hay un enfrentamiento entre Lotus
y Black Dragon, tendremos que solucionarlo cuanto antes o podríamos crear un
conflicto muy peligroso.-
-Entonces sólo hay que desbancar a esos rápido y ya está
¿no? Sólo es una banda…-
-A ver… Lo llamamos banda, pero es un grupo organizado tan
peligroso como el nuestro.- dijo Lay, estaba más irritado de lo normal.
El silencio inundó la sala, las expresiones pensativas y
preocupadas de Xiumin y Lay, hicieron que Chen se sintiera inquieto también. Al
rato, el baozi se levantó y se fue al despacho de Luhan. Ni siquiera tocó al
entrar, encontró al chico frente al ordenador.
-¡Min! ¿Qué tal la reunión?-
El nombrado se sentó en una de las sillas frente al
escritorio.
-Un desastre… Kris se ha enfadado…-
Luhan lo miró sorprendido.
-¿Qué ha pasado?-
-Como temíamos… Lotus otra vez…-
El rubio se quedó paralizado por un momento, se llevó al
mano a la frente, esa noticia era la peor que le podría haber dado su amigo.
-¿Y está muy enfadado?- dijo temiendo la respuesta.
-Tao tuvo que intervenir…-
Luhan puso su mano sobre sus labios, sabía que Tao odiaba
luchar, y que Kris odiaba que su pequeño se pusiera en peligro, aunque tampoco
podía controlar ese impulso que tenía de protegerlo.
-Lulu… Deberías alejarte…-
-No, no te preocupes, tendré cuidado.-
-¡Luhan! Ya estabas arriesgando demasiado, y ahora más. Kris
podría pensar que le estás traicionando.- Xiumin rara vez echaba la bronca a
alguien.
-¡Kris sabe que jamás haría eso!- reprochó el rubio.
-¿No te das cuenta de lo que estás haciendo? ¡Hasta Kris
desconfiaría de ti! Además… no sabes lo que ese imbécil puede hacer… ¿Y si te
utiliza?-
Luhan se levantó enfadado, ese comentario no le había hecho
ninguna gracia.
-¡Él jamás haría eso! Deja de meterte en mi vida. Si me
arriesgo, es mi problema.-
Xiumin también se levantó, encarándole.
-¡¿Y yo no me estoy arriesgando también?! ¡¿No he estado
todo este tiempo cubriéndote las espaldas?!-
-No hace falta que lo hagas más, tranquilo.- le dijo entre
enfadado y decepcionado, y se volvió a sentar.
Xiumin no podía creer lo que estaba diciendo. Después de
todo lo que había hecho por él, le trataba de ese modo, y todo por ese maldito
idiota al que se tiraba. Se giró sin decir una palabra más y salió con paso
ligero del despacho, dando un portazo. El camino por el pasillo se le hizo
eterno, pero en ningún segundo se le pasó por la cabeza dar la vuelta, no volvería
a preocuparse por él, ya se daría cuenta del error que estaba cometiendo tarde
o temprano.
Luhan no vio como salió de la sala, pero pudo escuchar la
puerta cerrarse y ese sonido hizo que se le partiese el corazón. Xiumin nunca
le había dado la espalda, jamás habían discutido, siempre estaba a su lado para
apoyarle, pero ahora se había ido, le había abandonado y lo peor era que, en el
fondo, sabía que era su culpa.
Desde que subieron al Mercedes, Kris no había apartado la mirada
de la ventanilla en ningún momento. Tao lo veía de reojo a veces, tenía el
mentón apoyado sobre su mano y continuaba con esa mirada asesina que tanto
miedo le daba. Odiaba cuando Kris se ponía así, cuando hacía esas cosas… le
aterrorizaba esa faceta del mayor, pero tampoco podía evitarla, él mismo perdía
la razón a veces, y el trabajo al que se dedicaban no les permitía cambiar esos
lados oscuros suyos.
El chofer abrió la pequeña ventanita que le separaba de los asientos traseros y se dirigió a su jefe tras haber estado diez minutos esperando indicaciones de hacia dónde debía llevarlo.
-Señor ¿quiere que lo lleve a algún sitio?- pero Kris no respondió, seguía ensimismado.- ¿Señor?
Tras llamarlo un par de veces, Tao puso su mano sobre el hombro de Kris para zarandearlo levemente.
-Kris…-
-¡¿Qué?!- el rubio gritó sobresaltando al menor.
Tao apartó la mano rápidamente, asustado. Hizo un gesto desanimado con la cabeza indicándole que mirase hacia el chofer.
-¿A dónde quiere que le lleve, señor?- repitió.
-Oh… a casa por favor.- dijo masajeándose la sien.
El chofer cerró la ventanilla y arrancó, Tao se quedó con la cabeza baja sin decir nada más, apretaba la tela de sus pantalones nervioso, rara vez Kris se mostraba agresivo con él pero cuando lo hacía, le intimidaba mucho.
El mayor apartó la mano de su frente y observó a Tao inmóvil, el labio inferior le temblaba, como si tuviese ganas de llorar. Suspiró, le partía el corazón hacer sentir así a su niño lindo, así que dulcemente acarició su mejilla, haciendo que diera un respingo.
-¿Te he asustado?- le habló en chino, pero Tao no respondió, así que apartó su mano y se le acercó un poco para poder susurrarle al oído.- Lo siento, pequeño.-
Kris acarició la mano del menor, que ahora estaba menos tenso y depositó un beso en su mejilla. Tao giró la cabeza para mirarlo, a pesar de que intentaba disimularlo, se notaba que tenía los ojos llorosos.
-No pasa nada…-
El mayor volvió a acariciar su mejilla y le sonrió tiernamente.
-Sí que pasa, mi amor. Y te prometo que esta noche te recompensaré.-
Kris rompió la distancia que los separaba y juntó sus labios en un beso dulce y profundo, atrapando esos cálidos labios con los suyos. No tardaron en saborear sus lenguas, entrelazándolas lentamente, sentía como el pequeño se quedaba sin respiración, así que se apartó un breve momento para que recuperase el aliento, sin poder resistir morder suavemente su labio inferior. Tao soltó un suspiro excitado con esa última acción del mayor, y frustrado, deseando que siguiera y lo hiciera suyo ahí mismo, vio como Kris se acomodaba de nuevo en el asiento y pasaba la mano sobre su hombro. Él sabía lo que quería su pequeño, también sabía que jamás se lo pediría porque le daba demasiada vergüenza, pero no tenía de que preocuparse, se lo daría en cuanto llegasen a la casa. Sin poder esconder la sonrisa que se le formaba al pensar en qué pasaría en la intimidad de su cuarto, acercó a Tao hacia sí para darle un tierno beso en su cabeza.
El chofer abrió la pequeña ventanita que le separaba de los asientos traseros y se dirigió a su jefe tras haber estado diez minutos esperando indicaciones de hacia dónde debía llevarlo.
-Señor ¿quiere que lo lleve a algún sitio?- pero Kris no respondió, seguía ensimismado.- ¿Señor?
Tras llamarlo un par de veces, Tao puso su mano sobre el hombro de Kris para zarandearlo levemente.
-Kris…-
-¡¿Qué?!- el rubio gritó sobresaltando al menor.
Tao apartó la mano rápidamente, asustado. Hizo un gesto desanimado con la cabeza indicándole que mirase hacia el chofer.
-¿A dónde quiere que le lleve, señor?- repitió.
-Oh… a casa por favor.- dijo masajeándose la sien.
El chofer cerró la ventanilla y arrancó, Tao se quedó con la cabeza baja sin decir nada más, apretaba la tela de sus pantalones nervioso, rara vez Kris se mostraba agresivo con él pero cuando lo hacía, le intimidaba mucho.
El mayor apartó la mano de su frente y observó a Tao inmóvil, el labio inferior le temblaba, como si tuviese ganas de llorar. Suspiró, le partía el corazón hacer sentir así a su niño lindo, así que dulcemente acarició su mejilla, haciendo que diera un respingo.
-¿Te he asustado?- le habló en chino, pero Tao no respondió, así que apartó su mano y se le acercó un poco para poder susurrarle al oído.- Lo siento, pequeño.-
Kris acarició la mano del menor, que ahora estaba menos tenso y depositó un beso en su mejilla. Tao giró la cabeza para mirarlo, a pesar de que intentaba disimularlo, se notaba que tenía los ojos llorosos.
-No pasa nada…-
El mayor volvió a acariciar su mejilla y le sonrió tiernamente.
-Sí que pasa, mi amor. Y te prometo que esta noche te recompensaré.-
Kris rompió la distancia que los separaba y juntó sus labios en un beso dulce y profundo, atrapando esos cálidos labios con los suyos. No tardaron en saborear sus lenguas, entrelazándolas lentamente, sentía como el pequeño se quedaba sin respiración, así que se apartó un breve momento para que recuperase el aliento, sin poder resistir morder suavemente su labio inferior. Tao soltó un suspiro excitado con esa última acción del mayor, y frustrado, deseando que siguiera y lo hiciera suyo ahí mismo, vio como Kris se acomodaba de nuevo en el asiento y pasaba la mano sobre su hombro. Él sabía lo que quería su pequeño, también sabía que jamás se lo pediría porque le daba demasiada vergüenza, pero no tenía de que preocuparse, se lo daría en cuanto llegasen a la casa. Sin poder esconder la sonrisa que se le formaba al pensar en qué pasaría en la intimidad de su cuarto, acercó a Tao hacia sí para darle un tierno beso en su cabeza.
Desde que Baekhyun supo su nombre no pudo evitar indagar en la vida de Kai. Es cierto que en realidad no le había salvado la vida, pero para él sí. No esperaba que nadie le entendiera, excepto su mejor amigo Chanyeol, en la situación que se encontraba. Lla actitud de Kai fue lo que activó algo en su mente, su personalidad parecía fuerte y eso le llamaba completamente, había sido muy débil en el pasado y quería hacer un cambio radical en su vida. Suspiró y agitó su cabeza intentado olvidar el pasado, y se centró en lo que estaba a punto de hacer, así que allí estaba, en frente de un restaurante de lujo, dudando si entrar o no, le habían dicho que allí estaría Kai y no es que fuera un psicópata que quería seguirlo a todos lados, simplemente, había descubierto que aquel chico era el hijo de un importante jefe de las mafias coreanas, y llevaba su propia banda, saber eso le hizo entender muchas cosas. Entró decidido empujando la puerta de madera con un cristal reluciente y una pequeña campana que sonó sobre él, iba bien vestido ya que no quería llamar la atención, llevaba un pantalón negro ceñido a sus finas y esbeltas piernas, unos zapatos de vestir negro y una blusa azul claro, inmediatamente un metre se le acercó ofreciéndole una mesa.
-Voy a sentarme en la barra.-Dijo con una tímida sonrisa.
-Como usted desee.- el señor se inclinó levemente y alargó su mano dándole paso.
Baekhyun caminó pasando por algunas mesas en las que estaban cenando personas de alto nivel, o al menos lo parecían por sus ropas y joyas que decoraban a las mujeres y algunos hombres, trató no parecer sorprendido para no llamar la atención y siguió directo a la barra donde había una pareja hablando y bebiendo. Se sentó algo alejado sobre una butaca con forro de terciopelo color rojo.
-¿Qué desea tomar?- Preguntó una chica al otro
lado de la barra.
-Cualquier cosa me va bien.- la chica sonrió
levemente y fue a preparar un coctel, Baekhyun suspiró, no sabía cómo
comportarse en tal lugar, la chica volvió enseguida sirviéndole una bebida
color rosa, el chico observó la copa y probó un poco.
-Está muy rico, gracias...- Sonrió amablemente
haciendo que la chica se riera.
-Es la mejor bebida para un niño.- Baekhyun arrugó
su nariz extrañado.
-¿Un niño?-
-Claro, tu cara es tan tierna...- la chica
acarició su rostro levemente mientras se acercaba.-¿Qué edad tienes?-
-20...-El pequeño tragó saliva algo nervioso.
-Jajaja que lindo, nunca te había visto antes por
aquí...-
-Es que busco a alguien.-
-¿Ah sí? ¿A quién?- le dijo mientras jugaba con su
pelo negro.
-A Kai...- dijo casi en un susurro, de repente el
semblante de la chica cambió y se incorporó rápidamente.
-Espera.- y así fue, el chico esperó mientras la
chica iba a hablar con un hombre grande, tanto en altura como de anchura, que
custodiaba una puerta, vio como el hombre se giró para observarle e
inmediatamente se puso nervioso, no sabía muy bien lo que estaba haciendo, el
gorila abrió la puerta y habló con alguien de su interior, el cual se asomó y
sonrió al verlo. Baekhyun sabia quien era, es el chico que estaba con Kai la
vez que se lo encontró en la playa, vio como este le hacía señas para que fuera
y sin pensárselo dos veces bajó de un salto la butaca y caminó hasta la puerta.
-Otra vez tu...- dijo Suho entre risas.-¿Que te
trae por aquí?-
-Yo... quería hablar con Kai.- Dijo nervioso.
-¿Y por qué debería? No sé si intentarás matarlo.-
dijo con semblante serio, el pequeño se mordió el labio, tenía razón, Kai es
una persona importante y no hablaría a cualquiera, se arrepintió de no haber
pensando en algo astuto antes.
-Yo... ¡Quiero unirme a la banda!- El mayor se
asustó debido al cambio repentino del chico, pero se echó a reír, le agarró del
brazo y se lo llevó al otro lado de la puerta, había una escalera de madera
brillante por la que subieron hasta el segundo piso. La estancia era grande,
era un salón enorme, en medio había tres largos sillones de cuero rojo y en
medio una mesa baja, además había un escritorio con montones de papeles, y tras
éste, un enorme ventanal por la que entraba las luces de la calle, Baekhyun miraba
a su alrededor impresionado.
-Kai, tienes visita.-
El pequeño
escuchó un quejido, que provenía de uno de los sillones que, al estar mirando
al lado contrario, no se veía quien estaba en él.
-Suho... no me apetece ver a nadie...- Kai se
levantó mientras removía su pelo despeinado, ya que estaba durmiendo o al menos
es la sensación que le daba al pequeño, no llevaba camisa puesta, solo un
pantalón negro, observó a su amigo y vio quien estaba a su lado. Sonrió al ver
de quien se trataba.
-Pequeño, ¿Que te trae por aquí?- Dijo mientras
avanzaba hacia él.
-Dice que quiere entrar en la banda, jajaja- Suho
comenzó a reír por aquella idea del pequeño, se notaba que el chico no tenía
madera para la mala vida.
-Ooooh, ¿De verdad?- Kai también rio, algo que
hizo que Baekhyun le molestara, pero aun así asintió clavándole la mirada.
-Vale...- Kai miró a Suho y con un suave
movimiento de mano le mandó a que se retirara.-Ven aquí y hablemos...- pasó un
brazo por encima del chico y le guio hasta el sofá. Desde el momento en el que
Kai se le había acercado tanto, su cuerpo no dejaba de temblar y sin querer su
mirada se perdía en el moreno y bien formado torso, por supuesto el más alto
era consciente de ello y se reía interiormente.
-Y dime...-
-Baekhyun.- dijo tímidamente.
-Eso, Baekhyun, ¿Qué sabes hacer?- Kai no se
apartaba del chico apretándolo con fuerza.
-Yo...la verdad es que...-El pequeño no podía ni
levantar la mirada de los nervios.
Kai observó al chico detenidamente, le había
llamado la atención desde el primer momento en el que lo vio, su cara aniñada y
su pequeño cuerpo le parecían apetecibles, se relamió los labios y sonrió.
-No sabes nada de este mundillo...- le susurró al
oído.
-Ah...-se estremeció.- No...- dijo mordiéndose los
labios.
-Hagamos un trato.- El moreno le agarró de los
hombros y le giró levemente, haciendo que le mirara directamente, el pequeño le
miraba atento.
-Trabajaras para mi, si tanto lo deseas, solo
tienes que hacer lo que yo diga...- Dijo mientras empujaba al chico al sofá y
se subía sobre él.
-¿Y...y, qué es?- susurró mientras se dejaba
hacer.
-Eso depende del momento.- Se acercó, besó su
cuello levemente y le lamió hasta llegar a su oreja.
-Ah...- Baekhyun tocó el pecho desnudo del moreno
y sintió una corriente eléctrica recorrer su cuerpo, haciéndole temblar.-Está
bien...-
Kai sonrió triunfante, se acercó lentamente a su
pequeña presa y mordió sus labios, saboreándolos, sintiendo como el chico
temblaba entre sus brazos.
-Perfecto...- Susurró sobre sus labios y lo besó
dulcemente.
-¡Kai!-Baekhyun saltó asustado ya que, alguien
subía las escaleras mientras llamaba al moreno, el cual, se incorporó molesto y
observó de quién se trataba.
-Hola D.O.-
-¿Qué estabas haciendo?- Preguntó el recién
llegado.
-Negocios...- Dijo comenzando a reír.- Levántate
Baekhyun.- el nombrado se levanto de inmediato. -Preséntate.-
-Ho...hola, soy Baekhyun.- El pequeño observó al
chico, parecía agradable, sus grandes ojos le llamaban la atención, además de
tener una sonrisa encantadora.
-Hola.- Dijo con cara de interrogación hacia Kai.
-Es nuevo, empieza hoy, ya sabes lo que tienes que
hacer.- Dijo Kai dándose la vuelta, cogió su blusa blanca y mientras se la
ponía se dirigió a su escritorio.
-Pero Kai, No sé lo que sabe hacer.- dijo mirando
al nuevo.
-Yo sí...- dijo en un susurró mientras le dedicaba
una mirada lasciva al pequeño, el cual se sonrojó. - Estará de prueba hasta que
el chico decida qué hacer.-
D.O. suspiró, ya sabía las artimañas de su jefe,
pero nunca había metido a alguien en la banda sin consultárselo primero a él o
a Suho.
-De acuerdo, vamos, después vendré de nuevo, Kai,
tenemos cosas que hablar.- el nombrado asintió y siguió leyendo sus papeles.
Ambos chicos salieron del local en silencio,
Baekhyun siguió al chico hasta que se paró al lado de un descapotable negro con
llamas lilas.
-Sube.- Le dijo con un suave meneo de cabeza,
mientras abría la puerta del piloto, el pequeño asintió y se subió.
Al recién llegado le daba vueltas la cabeza, no
sabía en qué se estaba metiendo, primero, se le ocurrió la brillante idea de
decir que quería meterse en la banda, cierto es que quería un cambio en su
vida, pero aquello era muy drástico, después, Kai casi le viola en el
restaurante, aunque no hubiera sido violación ya que estaba dispuesto a dejarse
hacer por el cautivador chico, suspiró y se sonrojó al recordar lo que había
sucedido.
-No te hagas ilusiones.- la voz del piloto retumbó
en sus oídos, sacándole de su pensamientos.
-¿Eh?- No sabía a que se refería.
-Kai... él, solo te utilizará.- D.O. sabía de lo
que hablaba, el moreno era todo un playboy, ya había visto a muchos, tanto
chicas como chicos, caer en sus garras para luego estar locamente enamorados de
este y eso le causaba muchos problemas, por ello, últimamente el jefe estaba
intentando contenerse.
Baekhyun ladeó su cabeza pensativo, le atraía Kai,
era inevitable, pero no le importaba que le usara, ya que también aprovecharía
la oportunidad de experimentar otro estilo de vida, aunque ciertamente le
aterraba, el misterio le llamaba.
-No me importa...-dijo con tranquilidad, haciendo
que su compañero riera.
-Eso espero...- Suspiró.- Hemos llegado.- El
descapotable negro bajó por un garaje subterráneo, D.O, apretó el mando a
distancia de la puerta y ésta se abrió automáticamente. Baekhyun se había
fijado en la fachada del edificio, era un hotel enorme, pudo ver el cartel
claramente "Hotel Anubis".
D.O. aparcó y ambos salieron del coche.
-Ven.- dijo comenzando a caminar, hasta que llegaron
a dos ascensores, entraron y metió una llave en la parte superior del panel de
botones, giró levemente y apretó el piso 20, el más alto del edificio, una vez
llegaron, las puertas se abrieron mostrando un gran salón, habían unas escaleras
alrededor de la sala de tres escalones hacia abajo, dando profundidad a la
sala, y dentro de esta, había unos sofás negros que parecían bastante cómodos,
en la pared frente a ellos, había grandes puertas y ventanales que daban a una
piscina exterior, y por último, a los
lados había dos puertas y una escalera en lado derecho que subían a otro salón
más pequeño e íntimo.
-A la izquierda está la habitación de Sehun y
Suho...- el chico dudó un momento.- No estoy seguro de si sabes quienes son...-
dijo poniendo una mano sobre su barbilla.
- A Suho sí...- dijo tímidamente.
-Ok, entonces, a la derecha vivo yo y me vendrá
bien algo de compañía.- Dijo riendo.- Ven que te enseño tu habitación.-
-¿Eh, habitación?-
-¿No lo sabías? Cuando Kai me dijo que me ocupara
de ti, se refería a esto.- El pequeño le miraba atónito.
-Verás... es cierto que Kai es un ligón, pero
nunca los ha metido en "Lotus" y si fuera así, sería en un bajo
rango, ni si quiera podrían pisar el hall de este hotel.- respiró profundamente
y continuó.- Tienes que tener algo
especial si estás aquí, en este sitio solo vive la élite de "Lotus".
Considérate afortunado, o desafortunado según como se vea.- Dijo con una
sonrisa irónica.-Vamos
a la habitación.-
Tras pasar la puerta del lado derecho, divisó un
largo pasillo con 4 puertas y entraron en la primera puerta a la izquierda, la
habitación era enorme, una cama de matrimonio, cortinas rojas con cordones y
bordes dorados, un vestidor y un baño completamente equipado, el suelo era de
madera y al pequeño le encantaba la sensación al pisar sobre ella.
-Yo me tengo que ir, tómate tu tiempo y...- dijo
pensando en si le olvidaba algo.- ¡Ah sí! éste es mi número de teléfono.- le
dijo extendiendo una pequeña tarjeta.
-De acuerdo.- Baekhyun cogió la tarjeta y se la
guardó en el bolsillo del pantalón, despidió al chico y cuando éste cerró la
puerta, fue directo a la cama y se acostó en ella, sintiendo lo mullida y suave
que era el colchón y sus almohadas, olía a frutas. Se giró bocarriba y
observando el techo comenzó a pensar, debía tranquilizarse y pensar con
claridad, todo había pasado demasiado rápido, suspiró y cerró los ojos, le
encantaba ese lugar y vivir ahí le solucionaría muchos problemas, sobre todo si
no tenía que pagar nada, ahora mismo no tenía trabajo y vivía con su mejor
amigo, al pensar en Chanyeol se dio cuenta de que no sabría que decirle si de
repente se iba de la casa, sabía que no tenía dinero ni trabajo, sospecharía
fácilmente, se frotó los ojos frustrado.
Pero podía confiar en él, el problemas era que
evidentemente su amigo se negaría a que entrara a una banda criminal, a él poco
le importaba, poco tenía que perder, sin familiares y con una vida llena de
inseguridades, se agitó el pelo nervioso, no quería pensar en el pasado ahora,
quería disfrutar lo que le venía. Recordó que D.O. le dijo que tenía que ser
especial para estar ahí pero lo cierto es que no veía nada de interés en sí
mismo, no sabía hacer mucho y apenas había trabajado en su vida, y así dándole
vueltas a las cosas se quedó dormido.
Cuando D.O. volvió al restaurante, Kai seguía
leyendo papeles mientras Suho revisaba otros tantos sentado en uno de los
sillones, justo cuando fue a hablar la puerta de la escalera se abrió, un chico
de pelo castaño, mirada seria y oscura, delgado y largo cuello, subió por las
escaleras y saludó despreocupado.
-¡Sehun!- Dijo Suho desde su sitio.- Justo quería
hablar contigo.- El chico se acercó tranquilamente y se sentó.
-Kai.- D.O. se acercó al moreno y éste le
respondió con la mirada.
-Verás... en cuanto al chico nuevo...-
-¿Chico nuevo?- dijo sorprendido Sehun.
Kai suspiró y sonrió levemente.
-Sí, tenemos a un chico nuevo... vivirá en el
hotel.-
-¡Wow! Eso sí que es raro, meter a alguien en el
hotel sin decirnos nada.- dijo Suho.
-Lo sé y, D.O, comprendo que estés confundido.- Le
dijo el moreno.- Confía en mí por favor.- la mirada de Kai hizo que se le
erizaran los pelos y su corazón latiera con fuerza.
-Cla-claro que confió en ti, solo que...-
tartamudeaba.
-Tranquilos,
lo he hecho por una razón y no os preocupéis, es inofensivo.- Dijo mientras
sonreía.
-Está
bien chicos, pero tenemos que hablar.- Dijo Suho con voz seria.-Black Dragon
está ganándonos terreno en Seúl.-
-Otra
vez...- Kai suspiró.- He hablado con mi padre de ellos y me ha comentado que no
le interesa tener conflictos con China, así que, de momento no haremos ningún
movimiento contra ellos, centrémonos en las bandas de poca monta que han estado
dando conflictos.-
-Ya
me he desecho de algunas, pero hay algo que me inquieta.-Dijo Sehun.
-¿De
que se trata?- Preguntó el jefe.
-Recaudando
información, todos me han hablado de la misma persona…-
-¿A
que te refieres?- preguntó D.O esta vez.
-Creemos,
que todos van bajo el mandato de la misma persona.- Explicó Suho.- He estado
investigando, y con lo que Sehun me ha contado ahora, pensamos que alguien
quiere crear conflictos a posta para su propio beneficio, es decir, hacer que
las grandes mafias se peleen entre ellos y aparecer en el último momento,
aprovechando la situación.-
Kai
comenzó a reír.
-
Ilusos.- Cogió sus papeles y siguió leyendo.- No nos preocuparemos entonces,
Sehun, encárgate de ese tío.-
-¡Sí!-Contestó
enseguida, cogió la carpeta de Suho con toda la información que necesitaba para
hallar a tal energúmeno, se despidió con un rápido movimiento y salió del
restaurante.
-Muy
bien hecho Suho, una cosa menos de que preocuparme.- Dijo el moreno
levantándose de su sitio y acercándose a él.
-Es
mi trabajo.- Dijo sonriendo.
-Cierto,
puedes irte ya a casa, si quieres.- Se acercó a una pequeña nevera y sacó un
botellín de cerveza negra.-O puedes quedarte y beber una.-
-No,
gracias Kai, prefiero irme ya.- Dijo mirando el reloj, se despidió y salió
rápidamente.
D.O.
se acercó a la mesa del moreno y dejó unas carpetas sobre ésta, de repente
sintió algo frío en su nuca que le hizo dar un pequeño salto, pudo escuchar
como el moreno reía tras de sí, entonces le abrazó por la cintura desde atrás y
puso la botella sobre el escritorio.
-Espero
que tengas buenas noticias para mí.- A D.O le dio un escalofrió al sentir la
respiración de Kai sobre su cuello.
-Emm,
la verdad…- Dijo tragando saliva.- Es que son buenas noticias.- Sonrió
levemente y observó a su jefe por el rabillo del ojo.
-Cuéntame.-
Dijo mientras le apretaba contra su cuerpo y seguía susurrando sobre su cuello,
el otro solo pudo mirar hacia el frente y cerrar los ojos fuertemente.
-La
mercancía que tenía que llegar el mes que viene, llega mañana.- El chico estaba
aguantando las tentaciones del otro.
-Eso
es una gran noticia.- Le mordió levemente el cuello y le dio un beso en la
mejilla.
-¡Kai,
para ya!- Dijo D.O. enfadado.
El
moreno rechistó y se separó del chico, bebió un trago de su cerveza y se sentó
en la cómoda silla de cuero negro.
-Aburrido…-
Dijo desafiándole con la mirada.
-No,
solo que no soy tu juguete.-Dijo enfadado.-Como el chico nuevo…- susurró, eso
último hizo reír al moreno.
-Está
bien, está bien, no te gustan estas bromas.-
-Exacto.-
Claro que le gustaba, pero no quería que fueran solo bromas y tampoco quería
ser de usar y tirar, suspiró y acercó las carpetas al jefe. -Aquí tienes todos
los detalles, mañana hablamos.-
-Vale,
nos vemos mañana.-
Nada
más salir, Sehun cogió su móvil y llamó a un número que se sabía de memoria.
-Sehunnie.-
Sonó al otro lado del aparato.
-Luhan.-
Dijo algo triste.
-No
vas a poder venir ¿Verdad?-
-Lo
siento, ya sabes como es esto…-
-Lo
se, los dos lo sabemos, llámame cuando puedas.-
-Claro,
Luhan…Te amo.- Al otro lado se escuchó una leve risa, una risa que adoraba.
-Yo
también te amo.
-Nos
vemos.- Colgó y tiró el aparato dentro de su coche rojo, una vez abierta la
puerta, entró, cogió los papeles y los examinó con detalle, esa noche tendría
que mancharse de sangre, así que, inhalo profundamente y comenzó a
concentrarse, tenía que tener la mente en blanco para no tener distracciones.
Una vez despejado, encendió el motor y salió disparado hacia su objetivo.
Baekhyun
se despertó sobresaltado, miró a su alrededor, todo estaba oscuro aunque las
luces de la calle iluminaban la habitación débilmente, cogió su móvil, 13
llamadas perdidas y 5 SMS de Chanyeol.
-Mierda.-Susurró.-
Claro, si son las 2 de la mañana, debe estar preocupado.- No tenía ganas de
hablar con su amigo ahora, quería pensar en que decirle un poco mas, así que
simplemente le envió un mensaje.- Estoy bien, me quedo en casa de un amigo, I
luv u.-
A
los pocos segundos le llegó la respuesta.
-
Menos mal, estaba asustado, descansa. I luv u.-
Sonrió
al leerlo, se levantó, encendió la luz y se acercó al baño para lavarse la
cara, una vez despejado tenía curiosidad por saber si había alguien más allí,
así que salió de la habitación y entró en el salón encontrándose con Suho y
D.O. que discutían sobre una cuentas que no les daban.
-¡Joder
Suho! ¡Que no es así!-Suspiró cansado.- Da igual, hazlo como te dé la gana.-
-Es
que esto no tiene sentido tiene que faltar algo.-
-Sí,
a ti, un tornillo.- Dijo riendo.
-Joder
D.O. no estoy para bromas ahora.-
-Vale,
vale.- Seguía riéndose, se levantó del sitio y se dio la vuelta.- ¡Mierda
Baekhyun, que susto!- El pequeño comenzó a reír por la cara del chico y Suho
también empezó a reír.
-Ahora
sí te ríes.-
Suho
se levantó y saludó al menor.- ¿Te despertamos? Ven, siéntate.- Le dijo
ofreciéndole un sitio junto a él.
-No,
es que me dormí muy temprano.- Se sentó al lado del mayor y miró las carpetas y
papeles que habían sobre la mesa.- ¿Qué hacéis?-
-Recuento
del mes, por decirlo de alguna manera.- Dijo D.O.
-Puedes
ayudar si quieres… ¿Sabes algo de economía?-
-Bueno…-Dijo
tomando las carpetas.- Me defiendo un poco…-
-Pues
ya sabes más que Suho.- Dijo el chico de ojos saltones mientras volvía a reír.
-¡Eh!-El
aludido le dio un codazo como respuesta.
Los
chicos volvieron a repasar los documentos en silencio, hasta que Baekhyun
habló.
-¿Tenéis
un lápiz?-
-Sí,
toma.- Cogió el lápiz y empezó a hacer apuntes rápidos y cálculos bajo la
atenta mirada de los otros dos.
-Ya
está, aquí tenéis, habían algunos fallos y faltaban datos.- Suho cogió los
papeles y los empezó a leer con la boca abierta.
-¿Como
lo has hecho?- Dijo D.O observándole atento.
-Bueno…
primero he tomado las particiones del primer mes y…-
-No,
no, no me refiero a eso.- le cortó D.O.
-Está
perfecto.- Saltó Suho, su compañero agarró los papeles y los repasó también.
-¿Cómo
lo has hecho tan rápido? Tú has estudiado economía mentiroso.- Dijo riendo.
-Bueno...
a decir verdad terminé un curso de economía hace poco.-Mintió, no le apetecía
hablar de sus habilidades y menos de su pasado, no tenía recuerdos agradables
que quisiera compartir.
-Bien,
ahora tenemos a alguien que hará las cuentas.- Dijo Suho.
-Verás...-
Habló D.O.- el antiguo tesorero era alguien de confianza para el padre de Kai,
pero este fue solicitado a su antiguo puesto de nuevo, así que no teníamos
ninguno, hasta ahora...- Dijo señalando al pequeño.
-¿Yo,
el nuevo tesorero?- Dijo señalándose a sí mismo, recibiendo una afirmación como
respuesta.-De acuerdo.- Baekhyun se sintió aliviado, había pasado horas
pensando en que podía hacer sin ningún resultado y finalmente le llegó la
solución sin apenas hablar de si mismo, se sentía con suerte ese día y esperaba
que los demás días fueran así.
me encanto
ResponderEliminarGracias por leer^^
Eliminar*LIZ* meeeeeeeee again! ya termine de leer pero quiero dejarte coments en todos los capitulos que estan maravillosos! Me encanto!! me gustaaa muuuuxxxhoooo continua!! seguire esperando. ^^
ResponderEliminarMuchisimas gracias por poner comentarios en todos, eso nos anima un montón!!!! por que, la opinión de los lectores nos importa mucho y nos agrada ver que gusta. Por favor, sigue leyendo y que te guste ^^ Bye be!
EliminarEspero que sea Kaisoo!!!!! ><
ResponderEliminarPor lo que mas quieras continualo!! T_T XD
ResponderEliminarWaaa! lo comense ayer a las 10 PM y Me encanto todo de hecho me quede hasta la 1 Am!jajaja! loquita estoy por esto me gusta muchísimo! please continua escribiendo esta interesante historia ! esperare con ansias l 5! ;D
ResponderEliminarJajajjaja me alegro de que sea una historia tan adictiva, si no me equivoco, en esta semana se subirá el 5 espero verte por aquí ^^
EliminarMuchas gracias por leer y comentar <3