Black Lotus Capítulo 4

Sehun estacionó su coche cerca de unas naves industriales abandonadas, la luz de las farolas se veía a lo lejos, era una noche en calma, el ambiente era cálido, pero no caluroso. Salió del coche, cerró la puerta y se apoyó en el capó negro, sacó la cajetilla de cigarros y encendió un pitillo en sus labios, aspiró profundamente y lo soltó todo en una frustrada bocanada de aire.

Sonrió levemente al escuchar el motor de una moto acercarse a donde él estaba, giró su rostro y observó cómo se acercaba el vehículo que paró junto a él, el conductor se bajó y se quitó el casco, tenía el húmedo cabello rubio pegado a su frente, se lo removió y sonrió.

-Lo siento por la tardanza.-Dijo mientras dejaba el casco sobre su moto, se quitó la chaqueta de cuero negra y la metió dentro del coche.

-No pasa nada, Luhan, después de tanto tiempo sin verte, cinco minutos no significan nada.- El rubio se acercó al chico que aun permanecía apoyado en el coche, le besó suavemente mientras rodeaba su cuello pegándose a su cuerpo, situándose en medio de sus piernas, el castaño abrazó sus delgadas caderas y las apretó con fuerza.

-Te echaba en falta.-Susurró entre los besos.

-Y yo a ti.- Volvieron a unir sus labios y sus lenguas se entrelazaron mientras sus manos tocaban al otro desesperados, el menor le sujetó con fuerza y rodó por el capó poniendo al rubio bajo sí mismo, tirándole sobre el metal. Se posicionó entre sus piernas, sonrió lascivo y atacó su cuello mientras metía sus manos debajo de la blanca camisa.

-Ah, ah…- No podía reprimir los gemidos, el deseo le dominaba, enredó los dedos en su pelo y echó la cabeza hacia atrás dejándose hacer.

El menor siguió recorriéndole el cuello con la lengua, proporcionándole algunas mordidas y pequeñas marcas.

-¿Estás listo?- le preguntó separándose un poco, el rubio le agarró una de sus manos y la llevó al borde de su pantalón, sonrió pícaro y respondió:

-No llevo ropa interior.-

El castaño se sorprendió levemente, pero en seguida sonrió.-Eres un pervertido.-

Volvieron a unir sus labios salvajemente, ambos se quitaron la camisa dejándolas a un lado, el menor volvió a besarle el cuello y comenzó a bajar por su pecho, entre besos y mordidas, prestando especial atención a los suaves pezones rosados del chico de blanca piel, siguió bajando haciendo un camino de saliva por su cuerpo hasta que se topó con los botones del pantalón que fueron hábilmente desabrochados, Sehun pudo comprobar que efectivamente, aquel chico no llevaba ropa interior y eso le gustó, haciéndole sonreír.

Sacó su miembro erecto y lamió la punta, haciendo que el rubio se mordiera los labios, suspiró sobre él, agitándolo con suavidad disfrutando de los dulces suspiros del mayor.

-Joder... venga ya...- suplicó.

-Venga ya... ¿Qué?- Dijo entre risas, el rubio suspiró frustrado.

-Que...- Se quedó a medias ya que sintió un lametón en su pene que le hizo gemir.-Joder...- hizo la cabeza hacia atrás, pero volvió a mirar a su pareja al sentir que no se movía, descubriendo una sonrisa pícara en sus labios.

-¿Y...?- dijo travieso, mientras agitaba su miembro despacio, torturándole.

-Ah, ah, que, ah, ¡Chúpamela joder!- No podía resistirlo más, necesitaba aquella humedad en su entrepierna.

El castaño sonrió satisfecho y comenzó, introduciéndoselo en la boca, succionando con cuidado mientras su lengua se movía jugando con el glande.

-Ah, sigue, ah, más.- Gemía desesperado mientras le agarraba el pelo con fuerza marcando el ritmo.

Seguía sus movimientos con audacia, sentía como el chico alzaba y movía sus caderas, se separó despacio y se relamió observando a su pareja disfrutando de su estado, desabrochó sus pantalones y bajó los del otro desnudándole completamente.

Tomó un bote de lubricante que tenía en uno de sus bolsillos y se lo aplicó en su miembro y en la entrada del mayor, se acercó al chico y le besó apasionadamente.

-No puedo aguantar más...- susurró haciéndole reír.

-Yo tampoco.- Dijo volviendo a besarle, levantó las piernas y las apoyó en el capó, mientras que el menor comenzaba a penetrarle.

-Ah...-  Luhan se mordió los labios aguantando el leve malestar, pero se acostumbró en seguida así que movió sus caderas pidiendo más, el castaño acató y comenzó a introducirlo, primero suave para que terminara de dilatarse pero no tardó mucho en moverse con más ímpetu.

-Ah, ah.- El castaño comenzó a gemir al sentirlo tan apretado, le encantaba la sensación, se mordió los labios y siguió penetrándole más rápido haciendo que el rubio respirara con dificultad. Le agarró de la cintura y de una pierna, y le giró haciendo que apoyara su frente contra el coche quedando totalmente expuesto, le sujetó de las caderas y le penetró con fuerza, aumentando cada vez el ritmo, el rubio comenzó a gritar excitado ya que le estaba gustando demasiado.

-Sehun, yo…. Ah, me gusta mucho…- Gemía el rubio.

El menor seguía con sus movimientos dándole justo donde le gustaba, le encantaba escuchar al otro, suplicarle y suspirar su nombre, arañó su espalda hasta llegar a las nalgas y sintió al mayor temblar entre sus brazos.

-Si… sigue… ah.- dijo con dificultad ya que sentía que estaba cerca del clímax.

-Luhan yo… ah.-Se mordió los labios intentando reprimirse.

-Más, más fuerte, ah, ah.- El menor le hizo caso y le penetró con más fuerza haciendo que los dos se perdieran en el éxtasis, llegando prácticamente al mismo tiempo, entre fuertes gemidos y respiraciones agitadas.

Ambos se vistieron en seguidas y entraron en el coche acomodándose en los asientos delanteros.

-Tanto tiempo sin vernos nos vuelve un poco agresivos.- Dijo el rubio mientras reía.

-Sí.-Dijo casi en un susurró, encendió un cigarro y aspiró profundamente, tomó la mano del mayor y soltó el humo despacio.

Se mantuvieron unos minutos en silencio, descansando del ejercicio anterior.

-Estoy un poco preocupado.- Dijo el rubio rompiendo el silencio.

-¿Qué te pasa?- El castaño le miró extrañado.

-Ya sabes… tengo miedo de que se puedan enterar…- dijo cabizbajo, tenía la necesidad de hablar con su pareja de todo lo que había pasado con Xiumin y de cómo la culpa le carcomía, pero no podía hablar de nada relacionado con la banda ya que así lo habían acordado, por el bien de ambos.

-No te preocupes, no tienen por qué enterarse.- dijo mientras agarraba la mano del otro con firmeza. Aunque las palabras de su novio le habían alentado, a veces sentía que su relación carecía de confianza, pero era normal por la situación. Suspiró frustrado, apoyó la cabeza en el hombro del contrario y cerró los ojos disfrutando de las caricias que le daba en su pelo.

-Te quiero.- Dijo antes de quedarse dormido.

Xiumin y Chen estaban frente al restaurante de Lotus dentro de un coche modesto para intentar no llamar la atención, aun así, los cristales estaban tintados para que nadie los viese.

-En las plantas superiores hay un despacho.-explicaba Xiumin.- Allí se llevan a cabo las reuniones más importantes y es el único lugar donde se ha visto entrar al jefe de la banda, Jongin, más conocido como Kai.- dijo entregándole una foto del joven cabecilla.
-¿Este es el jefe?- dijo Chen incrédulo al ver al chico, podía jurar que no era mayor que él.
-Sí.-
-Pero ¿qué edad tiene?- Esperaba encontrarse a un hombre joven, pero no tanto, alrededor de los treinta.
-Tendrá 18 o 19. No sé de qué te sorprendes, Kris no le lleva muchos años, y a su edad ya estaba aquí ocupándose de los negocios de su padre…-
Se dio cuenta de que el baozi tenía razón, su jefe era bastante joven también.
No tenían mucha más información sobre Lotus, aunque, en realidad, Xiumin conocía a uno más de la banda, pero eso no podía decirlo… Indicó al chófer que los llevara a casa y sacó un ordenador portátil.

Chen no podía quitarse la escena que había visto el día anterior de la cabeza, le estaba volviendo loco, pero no sabía si debía preguntar sobre ello. Finalmente se armó de valor.

-Xiumin…-

-¿Sí?-

-Eh… te quería preguntar algo…-

-Dime.- el chico le prestó toda su atención.

Chen aún nervioso, pensó en qué palabras usar.

-¿Kris y Tao son pareja?-

-Son un matrimonio.- respondió sin vacilar.

-¡¿Cómo?!-

El mayor comenzó a reír al ver la expresión sorprendida de su compañero.

-¡Jajajaja! Es broma, a mí me gusta decírselo, porque prácticamente lo son.-

-¿Eso quiere decir que son pareja?-

-Sí, ¿te molesta?- le preguntó con una sonrisa triste.

-No. Incluso mi hermano es homosexual, pero no me lo esperaba.-

-No sabía que tuvieses un hermano.-

De repente, Chen sintió esa añoranza a la que tan acostumbrado estaba.

-Hace mucho que no lo veo.-

Xiumin creyó que era mejor evitar el tema, así que volvió a concentrarse en su ordenador.
-Hay que encontrar alguien a quien poder usar de topo.- dijo clavando sus ojos en la pantalla.- Lo ideal sería hacer una copia de los datos de su ordenador, pero lo veo demasiado difícil. Esto nos llevará unos días…- dijo viendo los planos y las fotos del edificio, que era de las pocas cosas que había conseguido.
Chen se asomó y estuvo mirando un poco los archivos.
-Tal vez si pudiésemos colarnos en el edificio de en frente, podría saltar a la azotea del restaurante y después, con una cuerda, bajar hasta el despacho donde tienen el ordenador.-
Xiumin lo miró asombrado por la sencillez con la que describía el plan, que de sencillo no tenía nada en realidad.
-¿De verdad crees que yo podría hacer eso?- dijo casi escandalizado.
-Bueno… yo podría…-
-¿Qué demonios dices? Oye, Chen, esto es en serio…-
-Y estoy hablando en serio… Verás, cuando estaba en el instituto me dedicaba a robar, no sólo como carterista… Me metía en casas y robaba.-Xiumin no se creía lo que le decía.- Al final, pude dejar de hacerlo… pero parece que estoy hecho para la mala vida.- dijo riendo.
El mayor podía notar cierta tristeza en sus ojos, pero no dijo nada, no le forzaría a que le contara su pasado.

-No.- sentenció Kris sin vacilar desde su sillón de cuero.

Estaban en la sala preferida de Kris, aquella con una chimenea. Tao Estaba tras el asiento, apoyado en el respaldo. Xiumin y Chen intentaban convencer a su jefe desde el gran sofá frente a la chimenea.

-Pero…-

-Ya te dije que no era buena idea, Xiumin…- le reprochó Lay desde otro sillón.

-Pero Chen es el único de nosotros que tiene experiencia en asaltos…-

-En asalto a casas de familias mediocres… No a propiedades de mafiosos, por Dios, ¿no ves la diferencia?- dijo el chino. -Sería mejor que contratáramos un profesional.-

-¿En serio, Lay? ¿Alguien de fuera que nos pueda traicionar en cualquier momento?-

Comenzó una discusión entre los dos sobre qué plan sería mejor llevar a cabo, Xiumin defendía que era mejor no fiarse de nadie de fuera y que, aunque lo hicieran, era imposible conseguir que un topo se colase en las instalaciones en tan poco tiempo, Lay comentaba lo peligroso de dejarlo todo en manos de un aficionado. Kris empezó a molestarse de tanta palabrería.

-Callaos los dos.- ambos los miraron sin soltar una palabra más.- Tao, llévate a Chen Chen al dojo y descubre qué es capaz de hacer…-

-¿Chen Chen?- dijo Lay extrañado.

-Hombre, si le pones un nombre tan soso es normal que lo quiera llamar así…-

Lay hizo una mueca, refunfuñando que si no le gustaba el nombre, se lo podría haber buscado él. Tao le indicó a Chen que le siguiese y ambos se fueron, cuando Xiumin estaba a punto de levantarse para irse también, Kris le detuvo.

-Un momento, ¿quién te ha dicho que te puedes ir?-

El joven lo miró extrañado, el tono de Kris se había vuelto más seco, siempre lo trataba como un amigo, algo pasaba si le hablaba así. Se volvió a sentar esperando que le explicase.

-Xiumin… A pesar de que conozco a Luhan desde que éramos unos críos, él confía más en ti que en mí.- el joven no entendía por qué de repente le decía eso, pero no le daba buena espina.- No es que me moleste, sé que eres alguien de confianza y él te tiene mucho aprecio, por eso no me importó cuando vi que me estaba ocultando algo y que tú también lo sabías… Pero si no puedes controlar la situación, las cosas cambian…-ahora lo miraba desafiante y el joven de verdad tuvo miedo.- ¿Tengo que tomar cartas sobre el asunto, Min?

Xiumin estaba congelado, no esperó que Kris hubiese notado nada, pero ¿cómo no podría haberlo hecho? Ese hombre era demasiado perspicaz, por supuesto sabría todo lo que pasaba en su banda… Lay también estaría al tanto y habría notado la tensión del día anterior… tan lento para algunas cosas y tan astuto para otras…

-Yo…- Xiumin vaciló, no sabía si debía contarle lo que pasaba a Kris. Luhan había confiado en él, sí, pero luego no le había escuchado, y las cosas se estaban poniendo feas.- Yo… yo me ocuparé de eso, confía en mí.- dijo finalmente.

No podía delatar a Luhan, no estaba haciendo nada malo en realidad, no estaba traicionando a la banda o algo por el estilo, él seguía siendo leal a Kris.

-Bien… pero si le pasa algo a Luhan, serás tú el culpable.- le advirtió el jefe.

Xiumin se levantó, dispuesto a irse, pero antes le miró con semblante serio y decidido.

-Si le pasa algo a Luhan, yo mismo vendré aquí para recibir el castigo que merezca…- aseguró antes de irse.

Habían pasado algunos días desde que Chanyeol ingresó en la banda y no le dirigía la palabra, Baekhyun estaba frustrado y confuso, no entendía lo que pretendía aquel chico alto y no le cabía en la cabeza, ¿Cómo pudo engañarle durante tanto tiempo y no darse cuenta? Es verdad que era muy inteligente, pero apenas se fijaba en los detalles, aunque la verdad es que durante los dos últimos años se hallaba sumergido en sus propios problemas, así que no le culpaba por querer ocultarle algo que le hubiera afectado mucho.

Paseó por el salón y miró por los grandes ventanales, le había llamado la atención aquella piscina desde hacía tiempo y ni si quiera la había probado, aunque fuera de noche, el agua tenía muy buena pinta, así que, sin pensárselo dos veces, se cambió de ropa y con una bermuda color verde y se metió en el agua, descubriendo que estaba templada, era una piscina climatizada, cosa que agradeció.

Se sentó en las escaleras blancas que se adentraban en la piscina, haciendo que el agua le llegara hasta el pecho, apoyó los brazos en el escalón tras él y echó la cabeza hacia atrás disfrutando de la calma y la temperatura, hasta que escuchó a alguien acercarse.

-Pequeño.- le reconoció en seguida.- Voy a hacerte compañía.- el chico observó como el líder de la banda estaba con una bermuda negra y entraba en la piscina sentándose junto a él.-Espero que no te importe.-

-No, no me importa.- Dijo sonriente, el moreno se sorprendió de la actitud abierta que le estaba mostrando el chico y sonrió.

-Te noto con más ánimos.- dijo pasándole un brazo por encima.

-Sí, creo que estar aquí, me está ayudando.- Dijo suspirando.

-Estas más suelto…- Sonrió de medio lado y se acercó al oído.- ¿Ya no te pongo nervioso?-

-Un poco.- Dijo riendo.-Pero no soy tan tímido como crees.- Dijo encarándole mientras mostraba una sonrisa con picardía.

El moreno rio y se acercó.-Oh, eres un pequeño travieso…-Dijo justo antes de besarlo.

Baekhyun le correspondió cerrando levemente los ojos y poco a poco fueron aumentando el ritmo del beso. Le encantaba los labios de su jefe y no iba a negar que le atrajera físicamente, nunca antes había estado con un chico, pero eso no le importaba. Se separó levemente recobrando la respiración, pero pronto fue atacado por unos labios a lo largo de su cuello, le mordía despacio, haciéndole suspirar, sintió como una mano subía por su muslo hasta llegar a su miembro semi-erecto haciéndole gemir. Se mordió levemente los labios y observó como el moreno se movía poniéndose frente a él besándole de nuevo, mientras su mano seguía jugando con su entrepierna rozándole por encima del bañador.

-Ah, Kai.- Gimió, mientras apretaba sus manos y se dejaba hacer.

-Pero Chanyeol, yo creo que…-D.O. se topó con la escena de la piscina ya que estaba a punto de salir a la terraza con su compañero para charlar, inmediatamente se dio la vuelta pero su acompañante se quedó en el sitio, en silencio.

-Oye…- Le dijo suavemente moviendo su brazo y observó su rostro, tembló al ver el semblante serio del chico alto, ya conocía esa mirada, era aterradora.

-¡Kai, Baekhyun!- Gritó nervioso, los nombrados se separaron asustados y miraron a donde estaban los dos chicos, se sorprendieron de ver al alto allí mirándoles con tanto odio, el moreno buscó con la mirada a Kyungsoo y le respondió.-¿Qué pasa?-

-Eh, yo, eh…- No sabía que decir, la situación era algo incomoda, pero de repente el más alto se dio la vuelta y con furia le pegó un puñetazo a uno de los ventanales partiéndolo en miles de pedazos además de rajar su brazo de manera preocupante, aun así, siguió caminado hasta su habitación seguido de un alterado D.O. que le miraba expectante e iba a buscar el botiquín.

Abrió la puerta con rabia y se sentó en la cama intentando calmarse.

-Déjame ver.- Escuchó frente a él y observó como el chico de ojos grandes estaba allí para socorrerle con una botella de alcohol y gasas, ahí se dio cuenta de que se había hecho daño, asintió y se dejó hacer por aquel chico que se puso de rodillas en el suelo y le sujetó el brazo. Vertió el alcohol para detener la hemorragia y notó como el alto se tensó en silencio, limpió la zona con la gasas y vio una herida a lo largo del brazo, agradeció que ninguna vena se hubiera cortado porque entonces sería demasiado grave, increíblemente no era tan profunda como esperaba, aun así, le echó un espray anestésico y le cosió la herida, terminó poniéndole unas gasas impregnadas en desinfectante pegadas a la piel.

-Procura no moverlo mucho- Le dijo con una cálida sonrisa.

-Mmm, Gracias... y... lo siento- Dijo arrepentido.

- De... de nada y tranquilo, ya se arreglará...-

Chanyeol sonrió y le acarició la mejilla.

-Eres muy mono.-

-Gracias...-Se sonrojó y agachó un poco la cabeza mientras el otro seguía acariciándole.

-Oh, veo que estás bien.-Dijo Kai entrando en la habitación, Kyungsoo se levantó del suelo rápidamente, recogió las cosas y salió.

-Sí, me ha curado, no parece grave.- Dijo mientras se levantaba.

-Deberías...-comenzó a hablar mientras se secaba el pelo con una toalla.- Controlar tu ira...-

-Sí, lo sé y me disculpo por el desastre de antes, lo puedo pagar si quieres...- dijo cansado.

-Bah, eso no importa, el caso es... ¿A que vino esa actitud?- Dijo con el semblante serio.

-Yo...- El alto se sintió atrapado, ni siquiera entendía su propia mente y no tenía ganas de hablarlo precisamente con él.

-Perdona Kai...- Interrumpió Baekhyun.- ¿Me dejas hablar con él?-el moreno asintió y salió de allí dejándolos a solas.

El más bajo se quedó en el umbral de la puerta en silencio, sabía que a su mejor amigo le pasaba algo y lo más seguro es que tuviera relación con el beso que le dio antes de marcharse, sospechaba que el alto sentía algo por él, pero no sabía cómo hablar del tema, además, los acontecimientos pasados no le habían facilitado nada, descubrir que le había estado mintiendo tan descaradamente le dolía, aunque también le comprendía. Era obvio que tenían que hablar por muy incómodo que fuera.

-No me importa que me hayas mentido durante estos años...- Dijo creyendo que era una frase que resumía todo lo que estaba pasando por su mente.

-No te lo dije por tu bien.- Dijo el alto.

-Lo sé.- concluyó.

-Te aprecio mucho y no quería que te preocuparas cuando, tú tenías problemas más importantes...- se acercó al chico y le abrazó.- Estos días... He estado preocupado, no sabía dónde estabas y yo...- dijo mientras le apretaba con fuerza contra su pecho.

-Tranquilo...-Dijo sonriendo y correspondió el abrazo.- Lo que importa es que, estamos bien, y juntos.-

-Sí, pero sólo quiero saber algo...- dijo separándose, le sujetó de los hombros y le clavó la mirada.

-Dime.-

-¿Estás aquí porqué te obligan?- el más bajo rio.

-No, estoy aquí porque quiero, necesitaba un cambio en mi vida y tú más que nadie lo sabes.- dijo con una cálida sonrisa.-Espero que decidas quedarte conmigo... yo también estaba preocupado.- agachó la mirada apenado, a pesar de todo se sentía culpable por marcharse como lo hizo.

-Estaré donde tu estés... siempre.- confesó, ambos rieron levemente.-Lo siento.-

-Y yo.-Dijo el bajo, sintió como el otro le acarició la cabeza y sonrió.

Por fin había llegado el momento, Chen estaba de los nervios en aquella azotea. Desde que Tao le dijo a Kris sobre sus increíbles habilidades, se había estado preparando para colarse en la sede de Lotus, pero ahora que estaba en el edificio vecino, a punto de comenzar la operación, lo veía todo mucho más peligroso. Eran las cuatro de la madrugada, Xiumin había estado todos esos días estudiando las entradas y salidas del local, estaba seguro de que no habría nadie allí. Según él, aún había cabos sin atar, sospechaba que había una segunda entrada, por ello no quería que la operación se llevase a cabo tan pronto, pero Chen insistió en que lo averiguarían antes si se colaba allí y la buscaba él mismo.

-¿Estás listo?- escuchó la voz de Xiumin desde el pinganillo.

El Baozi se encontraba en el coche esperando para recogerlo en cuanto acabase el trabajo.

-Sí.- dijo con decisión mientras se colocaba el pasamontañas.

No tardó mucho más y saltó a la azotea de en frente sin hacerse un solo rasguño. Aseguró bien la cuerda en un hierro y se puso el arnés para comenzar a deslizarse hasta la ventana del despacho. Se asomó para comprobar que no hubiese nadie y forzó la cerradura para entrar. Una vez en el despacho, desabrochó su arnés y comenzó a buscar, encontró el ordenador y, junto a éste, un montón de carpetas y papeles de contabilidad, encargos, perfiles de diferentes personas (a algunos los reconoció ya que también eran sus clientes). Encendió el ordenador y hackeó la contraseña, tal como le había enseñado Xiumin, cuando pudo acceder a la sesión colocó el pendrive para hacer una copia del disco duro. Tardaría un poco, así que mientras tanto siguió buscando, fisgó en las estanterías, sin encontrar nada interesante, hasta que vio un montón de libros mejor colocados que el resto, lo que le llamó la atención. Apartó las novelas, la mayoría literatura inglesa del siglo XIX, y echó un vistazo al fondo de la estantería, había como una especie de caja fuerte. Miró los botones con dígitos del 0 al 9 y empezó a darle vueltas a cómo abrirla, sin encontrar ninguna forma factible.

-¿Te echo una mano?-

Chen escuchó una voz tras de sí y, alarmado, se giró, pero no le dio tiempo si quiera a ver el rostro de su atacante cuando sintió una fuerte punzada en un costado de su cráneo. Después, todo se volvió oscuro.

-¿Chen?- no había respuesta.- ¿Chen?... ¡CHEN!-

Xiumin seguía intentando recibir una respuesta tras escuchar un fuerte golpe, pero nada, estaba desesperándose cuando por fin escuchó algo.

-Tu amigo no se encuentra muy bien, ¿por qué no vienes a buscarlo?- tras oír esto, sonó una fuerte interferencia y luego silencio.

Esa voz… esa maldita voz sin vida que le había arrebatado tanto… jamás la olvidaría, la había escuchado tantas veces a través del móvil de Luhan…

-Más te vale que tengas una buena razón para despertarme a estas horas.- advirtió Suho apuntándole con el dedo índice.

Tras él, D.O. venía frotándose los ojos, aún adormilado.

-Una bastante buena, créeme.- aseguró Sehun mientras lo guiaba por el pasillo.- Por cierto, ¿y Kai? No me coge el teléfono.-

-Normal, ¿acaso crees que ese gandul va a levantarse a cogerte el teléfono?-

El menor no dijo nada más, tenía razón, a las cuatro y media de la madrugada Kai no iba a interrumpir su sueño por nada del mundo, fuera lo que fuera, para eso ya estaba Suho.

Sehun se detuvo frente la puerta de un pequeño cuarto que usaban como almacén.

-Encontré un roedor fisgando en el despacho de Kai.- dijo el menor abriendo la puerta.

-¡¿Qué demonios..?!- exclamó D.O. al ver a un hombre vestido completamente de negro atado con las manos tras el respaldo de una vieja silla de madera y los pies amarrados a las patas.

-¿Se coló en el despacho?- preguntó Suho perplejo.

-Sí, trataba de sacar una copia del ordenador.-

-¿Sabes quién es?- preguntó Kyungsoo aún sorprendido.

-No.-

-¿Por qué no le has quitado el pasamontañas?- le reprendió Suho.

-Hey, yo lo he pillado, el resto es cosa vuestra…- dijo molesto.

-No me extraña que tú y Kai os llevéis tan bien…-

Chen escuchaba una discusión a la lejanía, poco a poco abrió los ojos, veía borroso y le dolía la cabeza. Se sentía incómodo, algo apretaba sus muñecas y no podía moverse, se removió en su asiento un poco pero se dio cuenta de que estaba atado de pies y manos.

-Mira, el roedor despertó.- juraría que no era la primera vez que escuchaba esa voz.

Le costó un poco recordar qué había pasado, estaba seguro de que alguien lo había pillado en el despacho, no tenía idea de qué había pasado después, pero sabía que estaba metido en un gran problema. Era consciente de que a lo mejor no salía de esta.

-D.O, ve a buscar a Kai. Me da igual cómo, pero despiértalo y haz que venga.-

Esta vez la voz que sonó era otra, pero cuando la escuchó una sensación cálida recorrió su cuerpo. La conocía, pero ¿de qué? ¿Por qué le era tan familiar? Aún algo mareado, levantó la vista para descubrir quién era el dueño de esa voz. Entonces, lo vio y sintió que el corazón le daba un vuelco, no podía creerlo, después de tanto tiempo buscándolo ahí estaba, frente a él. Quería llamarlo, gritar su nombre, pero no podía, estaba completamente paralizado.

Uno de los hombres se fue y él se le acercó con semblante serio y amenazante.

-Bien, veamos quién es este pequeño entrometido.- dijo poniendo una mano sobre su cabeza.

Rápidamente le quitó el pasamontañas y Chen pudo ver ese cambio en su expresión, estaba perplejo. Suho recorrió su rostro con la mirada varias veces intentando descubrir algo que no encajase, algo que le dijera que ese rostro no era el que conocía tan bien, pero no lo encontró, conocía perfectamente cada detalle de esa cara que lo miraba tan incrédulo como él.

-Sehun, vete y avísame cuando vuelva D.O. con Kai, por favor.-

-¿Eh? Bueno… como quieras.- dijo desinteresadamente.

El menor salió y Suho cerró la puerta con el pestillo.

-¿Qué haces tú aquí?- dijo sin girarse.

Definitivamente era él, por fin volvía a escucharle hablar, otra vez todo se volvía borroso y sintió sus ojos húmedos.

-Jun Myeon…- fue lo único que pudo decir mientras su voz se quebraba.

El nombrado se dio la vuelta y lo miró.

-¡¿Qué demonios haces tú aquí, joder?!- alzó la voz, se sentía impotente, él no debería estar ahí, y mucho menos así. ¿En qué momento las cosas se habían torcido tanto?

Chen se sintió intimidado, no entendía por qué le gritaba.

-He estado buscándote, todo este tiempo…-

A Suho se le encogió el corazón, pero sabía que tenía que mantenerse fuerte, ya había pensado en cómo reaccionar si lo volvía a encontrar, aunque no esperaba que fuese en esas condiciones.

-¿Tienes idea de dónde estás, Jong Dae?- no podía creer que pronunciase ese nombre después de tanto tiempo.

-Sí… No sabía que trabajaras para Lotus…- dijo algo triste.

Ignoraba cómo el pequeño sabía tanto, pero creyó que debía acabar con eso rápido, antes de que los nervios lo traicionasen y se le fuera de las manos.

-Entonces dime, ¿a qué coño has venido?- dijo con un falso tono agresivo.

Chen lo miró incrédulo e irritado.

-¿Por qué me hablas así? ¡Soy yo el que tendría que hacer las preguntas!- le reprochó molesto.- ¿Desapareces de la noche a la mañana y cuando por fin te encuentro después de más de dos años me tratas así? ¿Qué demonios te pasa? ¿Tienes idea de lo que he pasado?- Chen seguía gritándole mientras las lágrimas inundaban su rostro.

A Suho le estaba matando ver a Jong Dae frente a él de nuevo y contenerse, quería abrazarlo y más viéndolo en ese estado, pero le hacía sentir impotente que después de todo lo que había hecho, nada hubiese servido para proteger al pequeño.

-¿Y yo qué quieres que le haga?- hablarle así le destrozaba, pero sabía que era la mejor forma de actuar, debía olvidarle y alejarse de él.

-Jun Myeon…- lo llamó con un hilo de voz, casi suplicante.- Me abandonaste… te fuiste, sin importarte nada.

-¿Por qué deberías importarme?-  dijo sin mirarlo.

-Jun… soy tu hermano…-

-En realidad, no. Ni siquiera te he considerado mi hermano…-

Esas palabras le rompieron el corazón a Chen, y Suho lo sabía, pero no haría nada por arreglarlo, era mejor que el pequeño creyese lo que no era.

-¿Cómo dices eso?-

-Es lo que siento Jong Dae… Tus sentimientos y los míos son muy distintos… No soporto estar contigo… Mejor olvídame. Aléjate de la gente con la que te hayas juntado para descubrir mi paradero y vuelve  a hacer una vida normal.

Chen en algún momento dejó de llorar, de la tristeza, su rostro pasó al odio, a la rabia…

-¡¿En qué momento he tenido una vida normal?!- le recordó, pero no obtuvo ninguna respuesta por parte de él, simplemente, salió de la habitación sin mediar palabra.