jueves, 7 de marzo de 2013

Black Lotus Capítulo 8

No hay muchas imágenes SuLay TT_TT No importa, nosotros los shipeamos igual, ¿verdad? XD Bueno, aquí tienen el 8º capítulo, esperamos que les guste ^^


-Suho,  tu móvil está vibrando.- dijo Baekhyun cogiéndolo y tendiéndoselo.
El mayor ni se había dado cuenta así que se acercó rápidamente y lo tomó, el ver “número desconocido” le dio esperanzas de que la llamada que llevaba esperando por más de una semana por fin llegase.
-¿Sí?-
-Buenas, ¿hablo con Suho?- dijo una voz al otro lado de la línea.
-Sí, ¿Quién es?-
-Soy Lay, de Black Dragon.- le confirmó.
-Oh, pensé que te habías olvidado de mí…- dijo dejando notar su tono divertido.
-Por desgracia, no.- dijo seco.- He estado investigando sobre lo que me dijiste. ¿Podríamos vernos para hablar?-
-Claro. ¿Dónde?-
-Te iré a buscar en mi coche. ¿Dónde estás?-
Suho vaciló un poco, ¿por qué no le podía decir directamente donde ir, en vez de recogerlo?
-En el Black Pearl.-
-De acuerdo, en quince minutos estaré frente la puerta.-
-Está bien.-
La llamada terminó y Suho le indicó a Baekhyun que se iría y le pidió que informase a su jefe en cuanto volviese de  donde quiera que estuviese. Quince minutos después, Lay le recogía frente al restaurante, Suho se sentó en el asiento del copiloto ya que el chino conducía. Miró en los asientos traseros comprobando que no había nadie más que ellos dos.
-¿A dónde vamos?- le preguntó.
-A investigar algo. He estado recopilando información sobre lo que me contaste y, relacionándolo con los asesinatos, me ha llevado a una banda de asesinos a sueldo.-
-¿En serio?- dijo Suho sorprendido ya que él no había podido encontrar culpables aún.
Lay asintió sin apartar la vista de la carretera.
-Pocos días antes de los asesinatos y de otros incidentes que nos afectaban directamente a nosotros, se reunieron en un bar cerca de aquí, y hoy también han ido allí, por lo que mis informantes me han dicho.-
Suho lo miró incrédulo.
-Espera, estás llevándonos allí?- Lay asintió.- ¿Tú estás loco? No sabemos con qué nos encontraremos y somos sólo dos personas.
-Tú no te fías de mi de mi gente, ni yo de la tuya.- habló Lay de mala gana.- Ni de coña voy a dejar que más miembros de tu banda se me acerquen, y tú igual… Pensaba traer a Chen, pero ya tenía trabajo.-
Suho entendió la postura del chino, pero el recordar a su hermano le hacía entristecer.
-¿Cómo está Jong Dae?- dijo mirando por la ventana.
Lay le miró de reojo por un momento.
-Bien…- dijo sin saber muy bien qué más responder.
-¿Por qué no lo dejáis irse?-
-¡Ja! Dudo que él quiera irse…- aseguró.
-Tsk… Como le pase algo…-
-Cortaste todo contacto con él por años y ahora te vas a poner en plan hermano protector?- le interrumpió Lay.
Suho se puso rojo de la rabia. ¿Quién le mandaba a ese tío a meterse en sus asuntos? El coche se detuvo y Suho se reprimió el enfado, ambos salieron del coche y Lay lo llevó hasta unas escaleras que bajaban hasta la entrada de un local. Cuando entraron pudieron ver que era un bareto más bien poco agradable, había poca gente, no llegarían a diez personas, incluyendo el camarero que había tras la barra, quien al verlos sentarse en una mesa se acercó y les preguntó qué tomarían.
-Un par de cañas.- pidió Lay.
El hombre volvió tras la barra y los chicos se dedicaron a observar un poco el panorama. Había un par de hombres en la barra, el resto se encontraba en una mesa al fondo del lúgubre bar. Podían escuchar su conversación a duras penas, pero notaron que era una reunión entre dos grupos ya que la mitad de ellos iban trajeados y la otra mitad iban informales.
-…llevamos dos semanas esperando por el pago!- se quejaba uno.
-Nuestro jefe está enfadado…- creyó entender Suho, y esa voz le resultó familiar.-…acabado el trabajo...- escuchaba palabras sueltas.
El camarero el trajo las cañas y poco después los hombre trajeados salieron, Lay pudo ver que uno de ellos le lanzaba una mirada a Suho, que, como él, bebía de su caña para ocultar su cara. No pasaron ni dos minutos en los que volvió uno de los hombres y les dijo algo a los que se habían quedado en el bar, después volvió a irse. Lay dejó dinero de sobra en la mesa para pagar ambas cañas y se levantó, algo no le gustaba en todo eso y pensó que era mejor irse ya, Suho le siguió, pero antes de que se diese cuenta alguien tiró de él. Lay vio a Suho agarrado por un hombre y con una pistola en la cabeza, el resto los apuntaban con sus armas a una prudente distancia.
-Mierda…- maldijo por lo bajo.


Decidido y con paso ligero entró en el restaurante del que tanto había oído hablar. Sí, era muy elegante pero eso más bien le importaba poco, miró a todos lados hasta encontrar lo que buscaba: un hombre fornido frente a una puerta.
-Dile a tu jefe que Kris está aquí.- prácticamente le ordenó.
El hombre lo miró sorprendido y vio que tras él había cuatro hombres más, vaciló un poco, pero por el semblante del rubio estaba seguro de que era alguien importante, así que le pidió que esperase y se adentró en aquella puerta.
-Kai.- El nombrado despegó la vista de su escritorio y observó a uno de sus guardaespladas subir a toda velocidad. -¿Qué pasa?- Arrugó su nariz molesto. -Veras... Un tal Kris quiere verte.- El moreno se levantó de golpe del sitio, seguido por Chanyeol, Sehun y Baekhyun que le miraron esperando una orden, el chico suspiró y movió su mano indicando que les dejara pasar.
-Atentos.- Les miró serio y Sehun corrió a su lado.
Segundos después entraba el alto chico con cuatro hombres más tras él, uno de ellos lo reconoció como el hermano de Chen, otro alto con un cuerpo bien formado y dos chicos que parecían adolescentes por sus caras aniñadas, el más alto de ellos mantenía la mirada clavada en el suelo. El líder de Black Dragon miró al moreno con esa expresión sobria e intimidante.
-Tú eres Kai.- más que una pregunta era una afirmación.
-Así es.- Contestó sonriendo con sorna.-¿A qué se debe el placer?- Se sentó en su silla intentando disimular su nerviosismo, juntó sus manos y le observó.-Tomen asiento, por favor.-
Dicho y hecho, Kris se sentó, pero no en una de las sillas frente a Kai, si no que se dejó caer en uno de los sillones de la estancia, con aire de superioridad, obviando las miradas de los demás. En ese momento Xiumin notó a Luhan temblar levemente y supo que él se encontraba en esa sala también, ese tal Sehun, le hirvió la sangre al pensar en él, pero intentó calmarse, ya era suficiente con que Lay estuviese desaparecido, y encima eso, Luhan debía tener mucha presión encima, así que el pequeño le dedicó una pequeña caricia en la mano, intentando darle un mínimo de apoyo moral.
-Llevo horas intentando localizar a uno de los míos. La última vez que lo vi se marchaba a una reunión con ese tal Suho.- le dirigió una mirada fulminante a Kai.- Espero que seas breve en decirme dónde está mi hombre.
-Sinceramente, no lo se.- Le retó con la mirada.- Y ya que lo nombras... Yo tampoco sé dónde está Suho.- Observó a los demás, esperando respuestas pero ninguno sabía su paradero.
En ese momento, sonó el móvil de Xiumin, haciendo dar un respingo a todos los presentes.
-¿Sí?... Ajá… De acuerdo, buen trabajo.- colgó y miró a su jefe.-Ya sabemos donde fueron.- le comunicó.
-Perfecto.- Kris se levantó y se dispuso a irse sin decir nada más.
-¿A donde crees que vas?- El moreno golpeó la mesa y se levantó. - Vienes aquí a tocar las narices y te vas...- Suspiró tragándose sus palabras, no tenía ganas de discutir prefería saber dónde estaba su amigo, se revolvió el pelo y observó al rubio.- ¿Dónde están? Al menos dime eso.-
Kris lo miró un momento, notó todos los suyos estaban en guardia por la brusca reacción del moreno. Si fuera otra persona no le permitiría hablarle de ese modo, pero era quien era, y tenía que respetarlo.
-Puedes venir con nosotros, pero cuidado con lo que haces.- le advirtió y salió de la sala seguido por los demás.
Luhan miró fugazmente a Sehun antes de salir y Xiumin siguió el camino de su mirada para ver quién de ellos era ese maldito, lo vio, alto, delgado y atractivo, podría jurar que jamás se le borraría de la memoria esa fría mirada. El baozi instintivamente cogió la mano de Luhan llevándoselo consigo, el chino agradeció el gesto protector, aunque no sabía que ese toque lo habían provocado los celos.
Sehun frunció el ceño al ver como el más bajo le miraba y agarraba la mano a su novio, se sintió incómodo y amenazado, pero prefirió ignorarlo, ya hablaría con el rubio.
-Venid conmigo,  Chanyeol, llama a Kyungsoo y háblale sobre la situación.- Kai cogió una chaqueta negra y siguió al otro grupo junto a sus compañeros.
                                                                                                               


Suho despertó con un fuerte dolor de cabeza, estaba aturdido, pestañeó un poco intentando que su vista se normalizara. Aún sin saber muy bien qué pasaba, intentó incorporarse, ya que estaba mal apoyado sobre la pared de ese diminuto cuarto, sintió un peso sobre él y un fuerte dolor en su hombro izquierdo que hizo que todo su cuerpo se estremeciera, incluso dio un corto grito sin querer. Notaba que el dolor le mataría, y ese peso encima de él no le dejaba moverse bien, se fijó en lo que tenía encima: una persona. Cayó en la cuenta de que era Lay, que apoyaba la espalda en su pecho, por un momento temió que estuviese muerto, pero el chino se removió un poco sobre él por el al despertarse por el movimiento y los ruidos del otro, y se incorporó, parecía tan aturdido como él.
-Ahh…- soltó un quejido sin fuerzas, poniéndose la mano en la cabeza.
Miró su mano y comprobó que la humedad que acompañaba ese dolor era sangre, al sentir algo detrás suya se giró y vio sentado tras él a Suho, parecía estar sufriendo bastante.
-¡Eh! ¿Estás bien?- preguntó algo alarmado.
-Ugh…  Sí…- Suho hablaba a duras penas.- Me… duele mucho el hombro… Ugh…-
Lay, intentó levantarle la chaqueta para observar la zona de la que se quejaba, pero el coreano soltó un alarido de dolor que lo sobresaltó. ¿Tan grave era? A lo peor era un disparo, realmente no se acordaba muy bien de lo que había pasado, aunque recordaba flashes de forcejeos. Le pidió que aguantara y levantó de nuevo la tela, viendo que, afortunadamente, no era un disparo, aunque tampoco es que fuera muy alentador ver que tenía el hombro dislocado.
-Tengo que colocártelo.- le dijo.
-¡¿Qué?!- Suho lo miraba con los ojos muy abiertos, dejando ver el temor en ellos.
-No seas nenaza, anda, sólo será un dolor momentáneo.-
-¿Pe… pero tú has hecho esto alguna otra vez?- dijo con voz temblorosa.
-Sí, quítate la chaqueta.- se acercó a ayudarle a desvestirse Suho iba a reclamar, cuando de repente el chino pareció recordar algo.- Por cierto, ¿y mi chaqueta?
Miró alrededor del pequeño cuarto, que más bien parecía un armario grande o un trastero, tendría dos metros cuadrados como mucho, y estaba a rebosar de cajas y botellas. Suspiró frustrado, había perdido su chaqueta nueva. Suho se fijó entonces en que el chino sólo llevaba una camiseta sin mangas y con un cuello demasiado escotado para su gusto, de nuevo.
-¿Esa camiseta no enseña demasiado para ser de hombre?- cuestionó.
El chino lo miró con una mueca de disgusto.
-¿Te digo yo a ti cómo vestir?- no, no lo hacía, porque la verdad era que le gustaba mucho como vestía ese chico, por ello había llevado esa chaqueta nueva ese día, quería estar tanto o más bien vestido que él, pero nunca peor que él, aunque pareciera un tontería.
Suho dejó ahí la discusión, no tenía fuerza ni ganas de seguirla por culpa de ese dolor que le estaba matando. Lay se le volvió a acercar para ayudarle a deshacerse de la chaqueta, algo bueno de esa camiseta era que, al menos, poder ver el marcado cuerpo del chino le distraía un poco del dolor. Posó la mirada en sus marcados hombros, en su cuello largo, en su clavícula, en esa línea que separaba sus pectorales y, cuando el chino estuvo en la posición correcta, pudo admirar esos rosados botones que parecían tan apetecibles. No sabía cómo había podido ver eso con la poca luz que había en el cuarto, pero para ser sinceros tampoco sabía qué demonios hacía pensando en esas cosas, él siempre había tenido mucho auto-control. Era cierto que el chino era muy guapo, pero la situación no era como para pensar en violarlo ahí en es preciso instante. “Suho, ¿qué demonios piensas? ¡Si este tío, de lo insoportable que es, da asco!” se regañó a sí mismo. Por fin Lay le consiguió quitar la prenda, entre incesantes quejidos del mayor, miró alrededor como en busca de algo sin éxito, así que recogió la chaqueta del coreano y enrolló las mangas.
-Muerde esto con fuerza.- le dijo, Suho obedeció y miró algo asustado como Lay cogía su muñeca, agradeció mentalmente que el tacto del joven fuera tan suave. El chino apoyó el pie en su pecho, respiró hondo y lo volvió a mirar a los ojos.- Bien, ahora coge aire lentamente… y suéltalo… coge aire… y suéltalo…- le indicaba a medida que el coreano obedecía.- Coge aire…-
Cuando comprobó que los pulmones de Suho estaban llenos, tiró fuertemente, en un movimiento seco y decidido. Escuchó un fuerte alarido reprimido por la mordaza y miró el hombro para comprobar que lo había hecho bien, el coreano respiraba agitadamente.
-¿Ves? Ya está, no era para tanto.- le sonrió el chino.
Por primera vez había visto la sonrisa amable de Lay y tuvo que aceptar que le atrajo demasiado.
-Gracias…- susurró algo avergonzado.
El chino se poyó agotado en la pared contraria, hacer esas cosas le ponía de los nervios, pero al menos esos conocimientos básicos de medicina que tenía le eran útiles. Se levantó y comprobó que la puerta estaba cerrada con llave, bloqueándoles la única salida.
-La herida de tu cabeza… ¿Es grave?- preguntó el coreano.
-¿Eh? No, es superficial, aunque creo que tendré dolor de cabeza durante un par de días.- bromeó.
Suho rio, hasta que recordó un pequeño detalle.
-…Si duramos un par de días…- dijo mirando al suelo, Lay se dio cuenta en ese momento de la situación real.- No deberíamos haber venido solos… ¿A quién se le ocurre?- dijo mirando al chino, como queriendo reprocharle que todo era culpa suya.
-¿Y qué querías que hiciera?- cuestionó Lay.- Ni de coña hubieses dejado que viniese alguien de mis compañeros por si era una emboscada, y yo tampoco iba a arriesgarme del mismo modo.-
Comenzaron otra discusión inútil sobre quién tenía razón, ninguno delos dos se dignaba a ceder ni un poco. Lay, alterado, hizo un movimiento brusco con el brazo golpeando unas cajas, éstas cayeron casi sobre él, así que tuvo que abalanzarse hacia Suho para evitar que le diesen. Un estruendoso ruido de cristales rompiéndose invadieron el cuarto y el chico se vio acurrucado entre las piernas de Suho.
-Bien, ahora si te quedas quietecito, mejor.- le dijo con sorna el coreano.
Lay refunfuñó palabras inentendibles por lo bajini y se quedó ahí, sentado entre las piernas abiertas del otro, dándole la espalda, acercó los muslos a su pecho apoyó la cabeza en sus rodillas, prefería quedarse así a ponerse más cómodo y clavarse todos los cristales rotos que habrían esparcidos por esa diminuta estancia.
Suho veía divertido como el chino llevaba ya unos 30 minutos en esa incómoda posición, aunque tal vez había pasado menos, no lo sabía. Se apiadó por fin del pobre chico, al fin y al cabo le había colocado el hombro, así que lo rodeó desde atrás con su brazo bueno y lo acercó hacia sí, procurando no apoyarlo sobre el hombro herido. Lay se asustó por el repentino movimiento, pero Suho lo agarró con fuerza impidiendo que se incorporara.
-Ponte cómodo, puede que estemos mucho tiempo aquí.- le dijo, sin soltarlo, notando el bien formado cuerpo del chino bajo su palma.
-Peso… ¿No te aplasto?-dijo Lay tras un rato en el que se recuperó de la sorpresa.
-No te preocupes, estoy muy cómodo.- dijo con un tono algo pícaro que le salió inconscientemente.
Estuvieron largo rato en esa posición, Lay agradecía poder apoyar su espalda en algo y Suho… Suho no entendía qué demonios le pasaba, pero le estaba costando horrores no imaginar escenas obscenas con el chino. Era cierto que hacía tiempo que no tenía relaciones por culpa del trabajo, pero él nunca había tenido el problema de no poder controlarse,  por eso hacía tan buen equipo con Kai, complementaba lo playboy y cabeza loca que era el moreno. Encima Lay complicaba las cosas moviéndose de vez en cuando, rozándose con él en busca de una posición más cómoda. Intentó centrarse en la situación tan peligrosa que se encontraban, sus compañeros no sabían donde estaba y no tenía forma de salir de esa pequeña habitación.
-¿Los tuyos saben dónde estamos?-le preguntó acercando un poco su rostro al chino para intentar ver su rostro.
-¡¡Ah!! ¡No hagas eso! – gritó.
Suho creyó notar de nuevo ese rubor que había provocado el día que lo conoció.
-¿Qué no haga el qué?- dijo perplejo.
Lay apartó la mirada, el coreano estaba seguro de que el rubor estaba de nuevo en sus mejillas aunque no lo vio, el chico volvió a apoyarse en su pecho sin decir nada más. Suho estaba un poco descolacado, pero trató de ignorar su actitud y repitió la pregunta.
-¿Los de tu banda saben…?-
-¡Ngh! –Lay se volvió a alejar bruscamente.- ¡Que no hagas eso!-
El coreano lo miró anonadado, todavía no entendía que era lo que hacía que le molestaba tanto, además, habría podido jurar que el ruido que salió de los labios del chino era un gemido. El chino se volvió a apoyar en él, y trató de convencerse a sí mismo de que era su imaginación, hasta que reparó en que Lay tenía los hombros ligeramente encogidos. “Tal vez…” una idea loca se le pasó por la cabeza. Lo rodeó con su brazo derecho y se acercó a su oreja para susurrarle.
-Te preguntaba si tus compañe…- Suho soltó más aire del que realmente tenía que soltar con cada palabra, y notó a Lay encogerse a la vez que reprimía otro de esos extraños sonidos.-Jaja, ¿te referías a esto?- le dijo acercándose más, respirando sobre su oreja.
-¡Estate quieto!- se quejó, intentando soltarse sin éxito, pues el otro le tenía bien agarrado.
Suho sonrió divertido, sin darse cuenta estaba perdiendo todo su auto-control.
-¿Qué pasa? ¿Tienes cosquillas?-
Sopló suavemente sobre el lóbulo de su oreja y Lay se encogió sobre sí mismo, soltando una especie de gemido que dejó sin aliento a Suho.
-No me digas que te pone cachondo...- dijo medio en broma, aunque realmente llegó a pensarlo.
-…¡Déjame en paz!- Lay estaba muy irritado.
Suho rio al ver que no se lo había negado.
-¿En serio? ¿Te pone?- dijo divertido.
-¿Qué coño dices? ¡Claro que no, gilipollas!-
-Ahm… Entonces ¿por qué te pones así?-
-Me molesta.- dijo de la manera más borde que pudo, aunque se notó el tono avergonzado de su voz.
Suho sonrió, ideas traviesas pasaban por su mente, ya ni se acordaba de donde estaban.
-Entonces si te toco aquí…- dijo llevando su mano a la entrepierna del chino.
-¡¿Se puede saber qué coño crees que haces?!- dijo el chino completamente escandalizado, apartando esa mano intrusa y tapando su intimidad con las propias.
El otro comenzó a reír.
-Sólo quería comprobarlo. Jajajaja pero ya veo que si estás cachondo.-
-¡¿Qué?! ¡NO!- insistió.
-Me apuesto lo que quieras a que si toco ese bulto está más duro que esta pared.-se burló golpeando ligeramente el muro con los nudillos.
-Apuesta lo que quieras entonces…- dijo con indiferencia.
-Está bien… Si estás duro me darás acceso ilimitado a toda la información de Black Dragon.-
Lay se giró y lo miró incrédulo un momento, resultaba que en esa tontería de juego Suho estaba buscando algo, y él también vio una oportunidad para sacar algo de eso, así que se tragó el orgullo y se centró en los beneficios de la banda.
-Está bien, si no, tú me darás acceso ilimitado, no sólo a toda la información, si no a todas la instalaciones bajo vuestro mando.- Suho levantó una ceja, viendo una diferencia bastante grande en los beneficios que podía sacar uno y los que podía sacar el otro, Lay se encogió de hombros.- Es a mí al que le van a meter mano.-
El coreano soltó una risa por el comentario.
-Jajaja! Está bien, está bien…. Aunque deberías sentirte afortunado.- le dijo enarcando una ceja a lo que Lay chasqueó la lengua, en un gesto de burla.
El chino se tensó al notar la diestra de Suho sobre su muslo, bastante cerca dela zona. Intentó relajarse, era verdad que no se le había levantado, aunque intentaba obviar esa vocecita que le decía a gritos que estuvo a punto de hacerlo, se concentró en pensar en otra cosa, era absurdo que se pusiera porque le tocara el idiota ese. De repente, sintió aire caliente en su cuello y se encogió inconscientemente.
-¡¿Qué haces?!-le gritó al coreano.
-No me dijiste que no podía hacer trampas…- le sonrió.
-Sólo tienes que tocar y comprobar que no está dura, ¿vale? Además ya te he dicho que eso no me pone.-
-Vaale, vaale…- rio, divertido.
Acarició el muslo interior del chino lentamente, acercándose a la zona mientras, disimuladamente, respiraba sobre su cuello. Lay estaba viendo las intenciones del chico y tampoco estaba seguro de que no se le acabara levantando, al fin y al cabo estaba dándole demasiadas atenciones a una zona muy sensible. Harto por la espera e inseguro sobre cuanto aguantaría, cogió la mano de Suho y la puso sobre su miembro, el toque fue sorprendentemente excitante para él, pero su orgullo no le permitiría que mostrara reacción alguna.
-¿Ves? Ya está. Gané.- le dijo, victorioso.
Entonces sintió una presión sobre su entrepierna, Suho la estaba masajeando a consciencia.
-¡¿Qué haces?!- preguntó por enésima vez ese día.
-Aún puedo conseguir que se levante.- le susurró con voz grave sobre el oído y lamió su oreja.
-¡¡Nnngh!! ¡Para!-
-No.-
Suho lo inmovilizó con su brazo izquierdo, olvidándolo adolorido que estaba, mientras su diestra masajeaba el ya semi-erecto miembro del chino. Lay sentía que le apretaban cada vez más los pantalones. “Mierda…” La saliva de Suho bajaba ahora por su cuello, haciéndole estremecerse e igualando su temperatura a la de esa caliente lengua. “Mierda”. El coreano lo acercó más hacia sí y notó algo duro en la parte baja de su espalda, dudó por un momento, hasta que Suho comenzó a mover las caderas, no cabía ninguna duda de lo que era. “¡Mierda!” Su miembro estaba completamente erecto y no pudo evitar dejarse llevar cuando los hábiles dedos del joven desabrocharon su pantalón y se colaron dentro de su ropa interior para masturbarlo con más facilidad.
-¡¡Nnngh!!- gimió y echó su cabeza hacia atrás, sintiendo ese delicioso tacto que apretaba su miembro, que lo bombeaba y masajeaba haciendo que un placer exquisito recorriera todo su cuerpo.
Suho aprovechó la posición para devorar el cuello del chino con lujuria, dándole pequeñas mordidas y dejando pequeñas marcas, siguió saboreando esa suave piel hasta sus marcados hombros, besándolos y lamiéndolos, deleitándose con los gemidos de Lay que provocaba esa mano traviesa. Estaba disfrutando de tocar al chino, le estaba encantando sentir como se endurecía bajo sus dedos, como ese cuerpo se arqueaba cuando hacía ciertos movimientos que sabía muy bien que le gustaría. Rozaba su propia erección con el menor, sintiendo pequeñas descargas de placer, desesperándose por más.
-Nnngh… ya basta… para…- Lay agarraba la mano de Suho sobre su pene, no sabía de donde había sacado la fuerza de voluntad para intentar detenerlo, pero lo había hecho, sin embargo el coreano seguía masturbándolo sin piedad.
-No quiero…- le susurró en el oído.
-Joder… nngh…no es el momento…-
-Lay…-
Suho lo llamó por su nombre, con esa voz ronca que delataba su estado de excitación y sintió que la sangre le hervía. Lo miró viendo por primera vez esos ojos que reclamaban saciar sus deseos más íntimos, Lay se sonrojó completamente y ansió más, necesitaba más. No les hizo falta decirlo, sabían que se morían por saborear esos labios, por unirse en un beso apasionado, que les dejase sin aire. Desesperados, se acercaron rápidamente en busca de ese contacto. Sin embargo, la puerta del almacén se abrió, se separaron bruscamente, Lay sintió algunos cristales clavándose en su piel. Frente a ellos vieron una esbelta silueta en el marco de la puerta.
-¿Suho?-
El coreano bajó la guardia, sorprendido.
-¿Kai?-
El moreno los miró sin poder creerlo.
-¡¡Jajajaja!! ¿En serio, Suho? ¿Aquí? ¡¡Jajajaja!!-
Las carcajadas de Kai alertaron a los demás y comenzaron a escuchar “¿qué pasa?”, “¿los has encontrado?”, acompañados de pasos apresurados. Lay no supo en qué momento se abrochó el pantalón pero lo hizo antes de que Chen entrara embalado en el cuarto y se lanzara sobre Suho.
-¡Jun Myeon! ¿Estás bien?- dijo muy preocupado.
El chico se quedó perplejo por la actitud de su hermano, sintió un alivio repentino, como si una carga se le quitara de encima, la carga de haber decepcionado a su hermanito y de estar siendo odiado por él. Lo abrazó con ternura, aún un poco aturdido por todo lo que había pasado.
-Estoy bien, Jong Dae. Gracias por venir.-
-¡¡LAY!!-
El chico miró a la puerta aún descolocado, allí vio a Xiumin y había más gente detrás pero no pudo verlos.
-Mejor dejadlos salir, estarán hartos de estar ahí dentro.- escuchó una voz desconocida.
-¡Lay, estás sangrando!- se dio cuenta Chen cuando quiso acercársele a abrazarlo
El chino dijo que no era nada grave y salió del agobiante cuarto, viendo a todos sus compañeros en la cocina, pensó que probablemente seguían en el bar. Los abrazó y les afirmó que se encontraba bien, Suho hizo lo mismo con sus amigos, aunque tuvo que soportar la sonrisa burlona de Kai, que nadie más entendía excepto él y Lay.
-¿Cómo nos habéis encontrado?- preguntó el chino a su jefe.
-Con nuestros contactos no fue difícil, y los cinco o seis tíos que habían allí arriba fueron coser y cantar.- le explicó.- ¿Qué ha pasado?-
-No sé, cuando ya nos íbamos a ir, nos rodearon, nos pegaron una paliza y cuando desperté estaba ahí.- dijo mirando el pequeño almacén en el que habían estado por horas.
-¿Quiénes eran?-preguntó Xiumin.
-Ni idea…-
-La voz de uno de ellos me sonaba…- interrumpió Suho, haciendo que todos se giraran a mirarle.- Pero no logro recordar por qué… a lo mejor son imaginaciones mías…-
Kris miró a Kai.
-Tal vez te deba una disculpa…- le dijo.
El moreno sonrió de lado.
-Da igual.- Se removió el pelo y suspiró.- Lo mejor es que nos vayamos ahora.- De repente su teléfono empezó a sonar. -¿Si?-
-Kai, ¿Todo bien?- Kyungsoo le llamó preocupado.
-Perfecto. ¿Dónde estás?-
-En el "Black Pearl"-
-Bien, iremos ahora.- Echó un vistazo al jefe de la banda contraria y cortó la llamada.- Nosotros nos iremos, aunque me gustaría hablar contigo.-
-Si pudiésemos ahora sería ideal. Después de esto estarán alerta.- apuntó Kris.
-Vamos al "Black pearl", si no tienes objeción.- Dijo el moreno mientras sonreía al alto.
-De acuerdo.- no tardó en responder.                 
Poco después ya se encontraban todos en el Black Pearl. Cuando llegaron al lugar, D.O. se acercó inmediatamente a Suho para saber su estado. Ambas bandas se esparcieron por la sala, pero siempre con un deje de desconfianza y precaución, los jefes se sentaron en los dos sillones, uno en frente del otro.
-¿Quieres beber algo?- el moreno estaba intentando calmar un poco los nervios de todo lo sucedido.
-No, yo estoy, bien…  Aunque tal vez Lay…- miró a su primo por si necesitaba algo.
-Oh, agradecería un poco de agua, la verdad…-
-Oh, claro, Kyungsoo, ayúdale en lo que necesite.-
 El chico de ojos grandes asintió, cogió una botella de agua de la nevera y se la ofreció.
- Si necesitas algo más...- Sonrió amablemente.- Voy a curar las heridas de Suho...- Le dijo mirando la sangre de sus manos.- Tengo un botiquín por aquí...-
-Gracias…- dijo Lay débilmente sorprendido por la amabilidad del chico.
-Creo que deberíamos replantearnos muchas cosas…- dijo Kris haciendo que muchos de los allí presentes le prestaran atención.- Alguien quiere jodernos, pero no quiere ser descubierto, porque está tratando de que nos destruyamos entre nosotros…- reflexionó.
-Exacto, es lo que hemos pensado durante todo este tiempo, pero no nos hemos acercado ni un ápice, solo son un montón de pistas falsas.- Soltó el moreno frustrado.-Pero algo bueno podemos sacar de esto, ellos no saben que podríamos aliarnos... es decir, podemos seguir actuando como siempre, nuestra información podría estar filtrándose por cualquier sitio...- Hubo un silencio en la sala.- No podemos confiar en nadie.- concluyó.
-No, no podemos… Voy a investigar  a mi gente, estoy seguro de que tanto tú como yo tenemos infiltrados. Por ahora, sería bueno tener el mínimo contacto posible.- se quedó pensativo unos pocos segundos.- Te daré un número de teléfono que sólo los cinco que están aquí conmigo tienen.- dijo cogiendo un boli y papel que había sobre la mesita-
-Tienes razón, yo también tendré que hacer mi trabajo.- Sonrió levemente y cogió el número que le daba el rubio. -Estaremos en contacto.

***

Gracias por leer ^^




4 comentarios:

  1. JJSHAHSHHSHAJHZBXYDBDHBXBSJSHSZHSBSHJSJSJDHDJSJSJHDHDJDJDHHDHDHDUJDDJHDDJJDJHD JAJSJSISHDUHSHA ESE SULAY OMG !! *0* PERO .... NECESITAMOS SULAY HARD !! *0*

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  2. Waaaaa! Me gusto es pocoo! me encantoooooooo! LOL! SuLay its reall! ♥__~

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  3. Ostias que guarro el Suho.... me gusta *-* Oish, el sulay me pierde. Cuanta tensión en el momento Xiumin, Luhan y Suho en la misma habitación, pero al fin se me arrejuntan un poco los dos grupos *^* Y por cierto, que oportuno el Kai ¿no? =_=

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  4. ASFHKÑSHFÑHKLBK! Kai, no podías llegar en otro momento? e____e El SuLay estaba en su apogeo y llega Kai a arruinarlo... Btw...
    Fue corto, pero estuvo jhfsdhgslfgkfldg *___*

    Qué más... Me muero de la curiosidad...
    Como siempre, muy buen capítulo!
    Sigan así, es uno de mis fics favoritos... ;D

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