No hay muchas imágenes SuLay TT_TT No importa, nosotros los shipeamos igual, ¿verdad? XD Bueno, aquí tienen el 8º capítulo, esperamos que les guste ^^
-Suho, tu móvil está
vibrando.- dijo Baekhyun cogiéndolo y tendiéndoselo.
El mayor ni se había dado cuenta así que se acercó
rápidamente y lo tomó, el ver “número desconocido” le dio esperanzas de que la
llamada que llevaba esperando por más de una semana por fin llegase.
-¿Sí?-
-Buenas, ¿hablo con
Suho?- dijo una voz al otro lado de la línea.
-Sí, ¿Quién es?-
-Soy Lay, de Black
Dragon.- le confirmó.
-Oh, pensé que te habías olvidado de mí…- dijo dejando notar
su tono divertido.
-Por desgracia, no.-
dijo seco.- He estado investigando sobre
lo que me dijiste. ¿Podríamos vernos para hablar?-
-Claro. ¿Dónde?-
-Te iré a buscar en mi
coche. ¿Dónde estás?-
Suho vaciló un poco, ¿por qué no le podía decir directamente
donde ir, en vez de recogerlo?
-En el Black Pearl.-
-De acuerdo, en quince
minutos estaré frente la puerta.-
-Está bien.-
La llamada terminó y Suho le indicó a Baekhyun que se iría y
le pidió que informase a su jefe en cuanto volviese de donde quiera que estuviese. Quince minutos
después, Lay le recogía frente al restaurante, Suho se sentó en el asiento del
copiloto ya que el chino conducía. Miró en los asientos traseros comprobando
que no había nadie más que ellos dos.
-¿A dónde vamos?- le preguntó.
-A investigar algo. He estado recopilando información sobre
lo que me contaste y, relacionándolo con los asesinatos, me ha llevado a una
banda de asesinos a sueldo.-
-¿En serio?- dijo Suho sorprendido ya que él no había podido
encontrar culpables aún.
Lay asintió sin apartar la vista de la carretera.
-Pocos días antes de los asesinatos y de otros incidentes
que nos afectaban directamente a nosotros, se reunieron en un bar cerca de
aquí, y hoy también han ido allí, por lo que mis informantes me han dicho.-
Suho lo miró incrédulo.
-Espera, estás llevándonos allí?- Lay asintió.- ¿Tú estás
loco? No sabemos con qué nos encontraremos y somos sólo dos personas.
-Tú no te fías de mi de mi gente, ni yo de la tuya.- habló
Lay de mala gana.- Ni de coña voy a dejar que más miembros de tu banda se me
acerquen, y tú igual… Pensaba traer a Chen, pero ya tenía trabajo.-
Suho entendió la postura del chino, pero el recordar a su
hermano le hacía entristecer.
-¿Cómo está Jong Dae?- dijo mirando por la ventana.
Lay le miró de reojo por un momento.
-Bien…- dijo sin saber muy bien qué más responder.
-¿Por qué no lo dejáis irse?-
-¡Ja! Dudo que él quiera irse…- aseguró.
-Tsk… Como le pase algo…-
-Cortaste todo contacto con él por años y ahora te vas a
poner en plan hermano protector?- le interrumpió Lay.
Suho se puso rojo de la rabia. ¿Quién le mandaba a ese tío a
meterse en sus asuntos? El coche se detuvo y Suho se reprimió el enfado, ambos
salieron del coche y Lay lo llevó hasta unas escaleras que bajaban hasta la
entrada de un local. Cuando entraron pudieron ver que era un bareto más bien
poco agradable, había poca gente, no llegarían a diez personas, incluyendo el
camarero que había tras la barra, quien al verlos sentarse en una mesa se
acercó y les preguntó qué tomarían.
-Un par de cañas.- pidió Lay.
El hombre volvió tras la barra y los chicos se dedicaron a
observar un poco el panorama. Había un par de hombres en la barra, el resto se
encontraba en una mesa al fondo del lúgubre bar. Podían escuchar su
conversación a duras penas, pero notaron que era una reunión entre dos grupos
ya que la mitad de ellos iban trajeados y la otra mitad iban informales.
-…llevamos dos semanas esperando por el pago!- se quejaba
uno.
-Nuestro jefe está enfadado…- creyó entender Suho, y esa voz
le resultó familiar.-…acabado el trabajo...- escuchaba palabras sueltas.
El camarero el trajo las cañas y poco después los hombre
trajeados salieron, Lay pudo ver que uno de ellos le lanzaba una mirada a Suho,
que, como él, bebía de su caña para ocultar su cara. No pasaron ni dos minutos
en los que volvió uno de los hombres y les dijo algo a los que se habían
quedado en el bar, después volvió a irse. Lay dejó dinero de sobra en la mesa
para pagar ambas cañas y se levantó, algo no le gustaba en todo eso y pensó que
era mejor irse ya, Suho le siguió, pero antes de que se diese cuenta alguien
tiró de él. Lay vio a Suho agarrado por un hombre y con una pistola en la
cabeza, el resto los apuntaban con sus armas a una prudente distancia.
-Mierda…- maldijo por lo bajo.
Decidido y con paso ligero entró en el restaurante del que
tanto había oído hablar. Sí, era muy elegante pero eso más bien le importaba
poco, miró a todos lados hasta encontrar lo que buscaba: un hombre fornido
frente a una puerta.
-Dile a tu jefe que Kris está aquí.- prácticamente le
ordenó.
El hombre lo miró sorprendido y vio que tras él había cuatro
hombres más, vaciló un poco, pero por el semblante del rubio estaba seguro de
que era alguien importante, así que le pidió que esperase y se adentró en
aquella puerta.
-Kai.- El nombrado despegó la vista de su escritorio y
observó a uno de sus guardaespladas subir a toda velocidad. -¿Qué pasa?- Arrugó
su nariz molesto. -Veras... Un tal Kris quiere verte.- El moreno se levantó de
golpe del sitio, seguido por Chanyeol, Sehun y Baekhyun que le miraron
esperando una orden, el chico suspiró y movió su mano indicando que les dejara
pasar.
-Atentos.- Les miró serio y Sehun corrió a su lado.
Segundos después entraba el alto chico con cuatro hombres
más tras él, uno de ellos lo reconoció como el hermano de Chen, otro alto con
un cuerpo bien formado y dos chicos que parecían adolescentes por sus caras
aniñadas, el más alto de ellos mantenía la mirada clavada en el suelo. El líder
de Black Dragon miró al moreno con esa expresión sobria e intimidante.
-Tú eres Kai.- más que una pregunta era una afirmación.
-Así es.- Contestó sonriendo con sorna.-¿A qué se debe el
placer?- Se sentó en su silla intentando disimular su nerviosismo, juntó sus
manos y le observó.-Tomen asiento, por favor.-
Dicho y hecho, Kris se sentó, pero no en una de las sillas
frente a Kai, si no que se dejó caer en uno de los sillones de la estancia, con
aire de superioridad, obviando las miradas de los demás. En ese momento Xiumin
notó a Luhan temblar levemente y supo que él se encontraba en esa sala también,
ese tal Sehun, le hirvió la sangre al pensar en él, pero intentó calmarse, ya
era suficiente con que Lay estuviese desaparecido, y encima eso, Luhan debía
tener mucha presión encima, así que el pequeño le dedicó una pequeña caricia en
la mano, intentando darle un mínimo de apoyo moral.
-Llevo horas intentando localizar a uno de los míos. La
última vez que lo vi se marchaba a una reunión con ese tal Suho.- le dirigió
una mirada fulminante a Kai.- Espero que seas breve en decirme dónde está mi
hombre.
-Sinceramente, no lo se.- Le retó con la mirada.- Y ya que
lo nombras... Yo tampoco sé dónde está Suho.- Observó a los demás, esperando
respuestas pero ninguno sabía su paradero.
En ese momento, sonó el móvil de Xiumin, haciendo dar un respingo
a todos los presentes.
-¿Sí?... Ajá… De acuerdo, buen trabajo.- colgó y miró a su
jefe.-Ya sabemos donde fueron.- le comunicó.
-Perfecto.- Kris se levantó y se dispuso a irse sin decir
nada más.
-¿A donde crees que vas?- El moreno golpeó la mesa y se
levantó. - Vienes aquí a tocar las narices y te vas...- Suspiró tragándose sus
palabras, no tenía ganas de discutir prefería saber dónde estaba su amigo, se
revolvió el pelo y observó al rubio.- ¿Dónde están? Al menos dime eso.-
Kris lo miró un momento, notó todos los suyos estaban en
guardia por la brusca reacción del moreno. Si fuera otra persona no le
permitiría hablarle de ese modo, pero era quien era, y tenía que respetarlo.
-Puedes venir con nosotros, pero cuidado con lo que haces.-
le advirtió y salió de la sala seguido por los demás.
Luhan miró fugazmente a Sehun antes de salir y Xiumin siguió
el camino de su mirada para ver quién de ellos era ese maldito, lo vio, alto,
delgado y atractivo, podría jurar que jamás se le borraría de la memoria esa
fría mirada. El baozi instintivamente cogió la mano de Luhan llevándoselo
consigo, el chino agradeció el gesto protector, aunque no sabía que ese toque
lo habían provocado los celos.
Sehun frunció el ceño al ver como el más bajo le miraba y
agarraba la mano a su novio, se sintió incómodo y amenazado, pero prefirió
ignorarlo, ya hablaría con el rubio.
-Venid conmigo,
Chanyeol, llama a Kyungsoo y háblale sobre la situación.- Kai cogió una
chaqueta negra y siguió al otro grupo junto a sus compañeros.
Suho despertó con un fuerte dolor de cabeza, estaba
aturdido, pestañeó un poco intentando que su vista se normalizara. Aún sin
saber muy bien qué pasaba, intentó incorporarse, ya que estaba mal apoyado
sobre la pared de ese diminuto cuarto, sintió un peso sobre él y un fuerte
dolor en su hombro izquierdo que hizo que todo su cuerpo se estremeciera, incluso
dio un corto grito sin querer. Notaba que el dolor le mataría, y ese peso
encima de él no le dejaba moverse bien, se fijó en lo que tenía encima: una
persona. Cayó en la cuenta de que era Lay, que apoyaba la espalda en su pecho,
por un momento temió que estuviese muerto, pero el chino se removió un poco
sobre él por el al despertarse por el movimiento y los ruidos del otro, y se
incorporó, parecía tan aturdido como él.
-Ahh…- soltó un quejido sin fuerzas, poniéndose la mano en
la cabeza.
Miró su mano y comprobó que la humedad que acompañaba ese
dolor era sangre, al sentir algo detrás suya se giró y vio sentado tras él a
Suho, parecía estar sufriendo bastante.
-¡Eh! ¿Estás bien?- preguntó algo alarmado.
-Ugh… Sí…- Suho
hablaba a duras penas.- Me… duele mucho el hombro… Ugh…-
Lay, intentó levantarle la chaqueta para observar la zona de
la que se quejaba, pero el coreano soltó un alarido de dolor que lo sobresaltó.
¿Tan grave era? A lo peor era un disparo, realmente no se acordaba muy bien de
lo que había pasado, aunque recordaba flashes de forcejeos. Le pidió que
aguantara y levantó de nuevo la tela, viendo que, afortunadamente, no era un
disparo, aunque tampoco es que fuera muy alentador ver que tenía el hombro
dislocado.
-Tengo que colocártelo.- le dijo.
-¡¿Qué?!- Suho lo miraba con los ojos muy abiertos, dejando
ver el temor en ellos.
-No seas nenaza, anda, sólo será un dolor momentáneo.-
-¿Pe… pero tú has hecho esto alguna otra vez?- dijo con voz
temblorosa.
-Sí, quítate la chaqueta.- se
acercó a ayudarle a desvestirse Suho iba a reclamar, cuando de repente el chino
pareció recordar algo.- Por cierto, ¿y mi chaqueta?
Miró alrededor del pequeño cuarto,
que más bien parecía un armario grande o un trastero, tendría dos metros
cuadrados como mucho, y estaba a rebosar de cajas y botellas. Suspiró
frustrado, había perdido su chaqueta nueva. Suho se fijó entonces en que el
chino sólo llevaba una camiseta sin mangas y con un cuello demasiado escotado
para su gusto, de nuevo.
-¿Esa camiseta no enseña demasiado
para ser de hombre?- cuestionó.
El chino lo miró con una mueca de
disgusto.
-¿Te digo yo a ti cómo vestir?-
no, no lo hacía, porque la verdad era que le gustaba mucho como vestía ese
chico, por ello había llevado esa chaqueta nueva ese día, quería estar tanto o
más bien vestido que él, pero nunca peor que él, aunque pareciera un tontería.
Suho dejó ahí la discusión, no
tenía fuerza ni ganas de seguirla por culpa de ese dolor que le estaba matando.
Lay se le volvió a acercar para ayudarle a deshacerse de la chaqueta, algo
bueno de esa camiseta era que, al menos, poder ver el marcado cuerpo del chino
le distraía un poco del dolor. Posó la mirada en sus marcados hombros, en su
cuello largo, en su clavícula, en esa línea que separaba sus pectorales y,
cuando el chino estuvo en la posición correcta, pudo admirar esos rosados
botones que parecían tan apetecibles. No sabía cómo había podido ver eso con la
poca luz que había en el cuarto, pero para ser sinceros tampoco sabía qué
demonios hacía pensando en esas cosas, él siempre había tenido mucho
auto-control. Era cierto que el chino era muy guapo, pero la situación no era
como para pensar en violarlo ahí en es preciso instante. “Suho, ¿qué demonios
piensas? ¡Si este tío, de lo insoportable que es, da asco!” se regañó a sí
mismo. Por fin Lay le consiguió quitar la prenda, entre incesantes quejidos del
mayor, miró alrededor como en busca de algo sin éxito, así que recogió la chaqueta
del coreano y enrolló las mangas.
-Muerde esto con fuerza.- le dijo,
Suho obedeció y miró algo asustado como Lay cogía su muñeca, agradeció
mentalmente que el tacto del joven fuera tan suave. El chino apoyó el pie en su
pecho, respiró hondo y lo volvió a mirar a los ojos.- Bien, ahora coge aire
lentamente… y suéltalo… coge aire… y suéltalo…- le indicaba a medida que el
coreano obedecía.- Coge aire…-
Cuando comprobó que los pulmones
de Suho estaban llenos, tiró fuertemente, en un movimiento seco y decidido.
Escuchó un fuerte alarido reprimido por la mordaza y miró el hombro para
comprobar que lo había hecho bien, el coreano respiraba agitadamente.
-¿Ves? Ya está, no era para
tanto.- le sonrió el chino.
Por primera vez había visto la
sonrisa amable de Lay y tuvo que aceptar que le atrajo demasiado.
-Gracias…- susurró algo
avergonzado.
El chino se poyó agotado en la
pared contraria, hacer esas cosas le ponía de los nervios, pero al menos esos
conocimientos básicos de medicina que tenía le eran útiles. Se levantó y comprobó
que la puerta estaba cerrada con llave, bloqueándoles la única salida.
-La herida de tu cabeza… ¿Es
grave?- preguntó el coreano.
-¿Eh? No, es superficial, aunque
creo que tendré dolor de cabeza durante un par de días.- bromeó.
Suho rio, hasta que recordó un
pequeño detalle.
-…Si duramos un par de días…- dijo
mirando al suelo, Lay se dio cuenta en ese momento de la situación real.- No
deberíamos haber venido solos… ¿A quién se le ocurre?- dijo mirando al chino,
como queriendo reprocharle que todo era culpa suya.
-¿Y qué querías que hiciera?-
cuestionó Lay.- Ni de coña hubieses dejado que viniese alguien de mis
compañeros por si era una emboscada, y yo tampoco iba a arriesgarme del mismo
modo.-
Comenzaron otra discusión inútil
sobre quién tenía razón, ninguno delos dos se dignaba a ceder ni un poco. Lay,
alterado, hizo un movimiento brusco con el brazo golpeando unas cajas, éstas
cayeron casi sobre él, así que tuvo que abalanzarse hacia Suho para evitar que
le diesen. Un estruendoso ruido de cristales rompiéndose invadieron el cuarto y
el chico se vio acurrucado entre las piernas de Suho.
-Bien, ahora si te quedas
quietecito, mejor.- le dijo con sorna el coreano.
Lay refunfuñó palabras
inentendibles por lo bajini y se quedó ahí, sentado entre las piernas abiertas
del otro, dándole la espalda, acercó los muslos a su pecho apoyó la cabeza en
sus rodillas, prefería quedarse así a ponerse más cómodo y clavarse todos los
cristales rotos que habrían esparcidos por esa diminuta estancia.
Suho veía divertido como el chino
llevaba ya unos 30 minutos en esa incómoda posición, aunque tal vez había
pasado menos, no lo sabía. Se apiadó por fin del pobre chico, al fin y al cabo
le había colocado el hombro, así que lo rodeó desde atrás con su brazo bueno y
lo acercó hacia sí, procurando no apoyarlo sobre el hombro herido. Lay se
asustó por el repentino movimiento, pero Suho lo agarró con fuerza impidiendo
que se incorporara.
-Ponte cómodo, puede que estemos
mucho tiempo aquí.- le dijo, sin soltarlo, notando el bien formado cuerpo del
chino bajo su palma.
-Peso… ¿No te aplasto?-dijo Lay
tras un rato en el que se recuperó de la sorpresa.
-No te preocupes, estoy muy
cómodo.- dijo con un tono algo pícaro que le salió inconscientemente.
Estuvieron largo rato en esa
posición, Lay agradecía poder apoyar su espalda en algo y Suho… Suho no
entendía qué demonios le pasaba, pero le estaba costando horrores no imaginar
escenas obscenas con el chino. Era cierto que hacía tiempo que no tenía
relaciones por culpa del trabajo, pero él nunca había tenido el problema de no
poder controlarse, por eso hacía tan
buen equipo con Kai, complementaba lo playboy y cabeza loca que era el moreno.
Encima Lay complicaba las cosas moviéndose de vez en cuando, rozándose con él
en busca de una posición más cómoda. Intentó centrarse en la situación tan
peligrosa que se encontraban, sus compañeros no sabían donde estaba y no tenía
forma de salir de esa pequeña habitación.
-¿Los tuyos saben dónde
estamos?-le preguntó acercando un poco su rostro al chino para intentar ver su
rostro.
-¡¡Ah!! ¡No hagas eso! – gritó.
Suho creyó notar de nuevo ese
rubor que había provocado el día que lo conoció.
-¿Qué no haga el qué?- dijo
perplejo.
Lay apartó la mirada, el coreano
estaba seguro de que el rubor estaba de nuevo en sus mejillas aunque no lo vio,
el chico volvió a apoyarse en su pecho sin decir nada más. Suho estaba un poco
descolacado, pero trató de ignorar su actitud y repitió la pregunta.
-¿Los de tu banda saben…?-
-¡Ngh! –Lay se volvió a alejar
bruscamente.- ¡Que no hagas eso!-
El coreano lo miró anonadado,
todavía no entendía que era lo que hacía que le molestaba tanto, además, habría
podido jurar que el ruido que salió de los labios del chino era un gemido. El
chino se volvió a apoyar en él, y trató de convencerse a sí mismo de que era su
imaginación, hasta que reparó en que Lay tenía los hombros ligeramente
encogidos. “Tal vez…” una idea loca se le pasó por la cabeza. Lo rodeó con su
brazo derecho y se acercó a su oreja para susurrarle.
-Te preguntaba si tus compañe…-
Suho soltó más aire del que realmente tenía que soltar con cada palabra, y notó
a Lay encogerse a la vez que reprimía otro de esos extraños sonidos.-Jaja, ¿te
referías a esto?- le dijo acercándose más, respirando sobre su oreja.
-¡Estate quieto!- se quejó,
intentando soltarse sin éxito, pues el otro le tenía bien agarrado.
Suho sonrió divertido, sin darse
cuenta estaba perdiendo todo su auto-control.
-¿Qué pasa? ¿Tienes cosquillas?-
Sopló suavemente sobre el lóbulo
de su oreja y Lay se encogió sobre sí mismo, soltando una especie de gemido que
dejó sin aliento a Suho.
-No me digas que te pone
cachondo...- dijo medio en broma, aunque realmente llegó a pensarlo.
-…¡Déjame en paz!- Lay estaba muy
irritado.
Suho rio al ver que no se lo había
negado.
-¿En serio? ¿Te pone?- dijo
divertido.
-¿Qué coño dices? ¡Claro que no,
gilipollas!-
-Ahm… Entonces ¿por qué te pones
así?-
-Me molesta.- dijo de la manera
más borde que pudo, aunque se notó el tono avergonzado de su voz.
Suho sonrió, ideas traviesas
pasaban por su mente, ya ni se acordaba de donde estaban.
-Entonces si te toco aquí…- dijo
llevando su mano a la entrepierna del chino.
-¡¿Se puede saber qué coño crees
que haces?!- dijo el chino completamente escandalizado, apartando esa mano
intrusa y tapando su intimidad con las propias.
El otro comenzó a reír.
-Sólo quería comprobarlo. Jajajaja
pero ya veo que si estás cachondo.-
-¡¿Qué?! ¡NO!- insistió.
-Me apuesto lo que quieras a que
si toco ese bulto está más duro que esta pared.-se burló golpeando ligeramente
el muro con los nudillos.
-Apuesta lo que quieras entonces…-
dijo con indiferencia.
-Está bien… Si estás duro me darás
acceso ilimitado a toda la información de Black Dragon.-
Lay se giró y lo miró incrédulo un
momento, resultaba que en esa tontería de juego Suho estaba buscando algo, y él
también vio una oportunidad para sacar algo de eso, así que se tragó el orgullo
y se centró en los beneficios de la banda.
-Está bien, si no, tú me darás
acceso ilimitado, no sólo a toda la información, si no a todas la instalaciones
bajo vuestro mando.- Suho levantó una ceja, viendo una diferencia bastante
grande en los beneficios que podía sacar uno y los que podía sacar el otro, Lay
se encogió de hombros.- Es a mí al que le van a meter mano.-
El coreano soltó una risa por el
comentario.
-Jajaja! Está bien, está bien….
Aunque deberías sentirte afortunado.- le dijo enarcando una ceja a lo que Lay
chasqueó la lengua, en un gesto de burla.
El chino se tensó al notar la
diestra de Suho sobre su muslo, bastante cerca dela zona. Intentó relajarse,
era verdad que no se le había levantado, aunque intentaba obviar esa vocecita
que le decía a gritos que estuvo a punto de hacerlo, se concentró en pensar en
otra cosa, era absurdo que se pusiera porque le tocara el idiota ese. De
repente, sintió aire caliente en su cuello y se encogió inconscientemente.
-¡¿Qué haces?!-le gritó al
coreano.
-No me dijiste que no podía hacer
trampas…- le sonrió.
-Sólo tienes que tocar y comprobar
que no está dura, ¿vale? Además ya te he dicho que eso no me pone.-
-Vaale, vaale…- rio, divertido.
Acarició el muslo interior del
chino lentamente, acercándose a la zona mientras, disimuladamente, respiraba
sobre su cuello. Lay estaba viendo las intenciones del chico y tampoco estaba
seguro de que no se le acabara levantando, al fin y al cabo estaba dándole
demasiadas atenciones a una zona muy sensible. Harto por la espera e inseguro
sobre cuanto aguantaría, cogió la mano de Suho y la puso sobre su miembro, el
toque fue sorprendentemente excitante para él, pero su orgullo no le permitiría
que mostrara reacción alguna.
-¿Ves? Ya está. Gané.- le dijo,
victorioso.
Entonces sintió una presión sobre
su entrepierna, Suho la estaba masajeando a consciencia.
-¡¿Qué haces?!- preguntó por
enésima vez ese día.
-Aún puedo conseguir que se
levante.- le susurró con voz grave sobre el oído y lamió su oreja.
-¡¡Nnngh!! ¡Para!-
-No.-
Suho lo inmovilizó con su brazo
izquierdo, olvidándolo adolorido que estaba, mientras su diestra masajeaba el
ya semi-erecto miembro del chino. Lay sentía que le apretaban cada vez más los
pantalones. “Mierda…” La saliva de Suho bajaba ahora por su cuello, haciéndole
estremecerse e igualando su temperatura a la de esa caliente lengua. “Mierda”.
El coreano lo acercó más hacia sí y notó algo duro en la parte baja de su
espalda, dudó por un momento, hasta que Suho comenzó a mover las caderas, no
cabía ninguna duda de lo que era. “¡Mierda!” Su miembro estaba completamente
erecto y no pudo evitar dejarse llevar cuando los hábiles dedos del joven
desabrocharon su pantalón y se colaron dentro de su ropa interior para
masturbarlo con más facilidad.
-¡¡Nnngh!!- gimió y echó su cabeza
hacia atrás, sintiendo ese delicioso tacto que apretaba su miembro, que lo
bombeaba y masajeaba haciendo que un placer exquisito recorriera todo su
cuerpo.
Suho aprovechó la posición para
devorar el cuello del chino con lujuria, dándole pequeñas mordidas y dejando
pequeñas marcas, siguió saboreando esa suave piel hasta sus marcados hombros,
besándolos y lamiéndolos, deleitándose con los gemidos de Lay que provocaba esa
mano traviesa. Estaba disfrutando de tocar al chino, le estaba encantando
sentir como se endurecía bajo sus dedos, como ese cuerpo se arqueaba cuando
hacía ciertos movimientos que sabía muy bien que le gustaría. Rozaba su propia
erección con el menor, sintiendo pequeñas descargas de placer, desesperándose
por más.
-Nnngh… ya basta… para…- Lay
agarraba la mano de Suho sobre su pene, no sabía de donde había sacado la
fuerza de voluntad para intentar detenerlo, pero lo había hecho, sin embargo el
coreano seguía masturbándolo sin piedad.
-No quiero…- le susurró en el
oído.
-Joder… nngh…no es el momento…-
-Lay…-
Suho lo llamó por su nombre, con
esa voz ronca que delataba su estado de excitación y sintió que la sangre le
hervía. Lo miró viendo por primera vez esos ojos que reclamaban saciar sus
deseos más íntimos, Lay se sonrojó completamente y ansió más, necesitaba más.
No les hizo falta decirlo, sabían que se morían por saborear esos labios, por
unirse en un beso apasionado, que les dejase sin aire. Desesperados, se
acercaron rápidamente en busca de ese contacto. Sin embargo, la puerta del
almacén se abrió, se separaron bruscamente, Lay sintió algunos cristales
clavándose en su piel. Frente a ellos vieron una esbelta silueta en el marco de
la puerta.
-¿Suho?-
El coreano bajó la guardia,
sorprendido.
-¿Kai?-
El moreno los miró sin poder
creerlo.
-¡¡Jajajaja!! ¿En serio, Suho?
¿Aquí? ¡¡Jajajaja!!-
Las carcajadas de Kai alertaron a
los demás y comenzaron a escuchar “¿qué pasa?”, “¿los has encontrado?”,
acompañados de pasos apresurados. Lay no supo en qué momento se abrochó el
pantalón pero lo hizo antes de que Chen entrara embalado en el cuarto y se
lanzara sobre Suho.
-¡Jun Myeon! ¿Estás bien?- dijo
muy preocupado.
El chico se quedó perplejo por la
actitud de su hermano, sintió un alivio repentino, como si una carga se le
quitara de encima, la carga de haber decepcionado a su hermanito y de estar
siendo odiado por él. Lo abrazó con ternura, aún un poco aturdido por todo lo
que había pasado.
-Estoy bien, Jong Dae. Gracias por
venir.-
-¡¡LAY!!-
El chico miró a la puerta aún
descolocado, allí vio a Xiumin y había más gente detrás pero no pudo verlos.
-Mejor dejadlos salir, estarán
hartos de estar ahí dentro.- escuchó una voz desconocida.
-¡Lay, estás sangrando!- se dio
cuenta Chen cuando quiso acercársele a abrazarlo
El chino dijo que no era nada
grave y salió del agobiante cuarto, viendo a todos sus compañeros en la cocina,
pensó que probablemente seguían en el bar. Los abrazó y les afirmó que se
encontraba bien, Suho hizo lo mismo con sus amigos, aunque tuvo que soportar la
sonrisa burlona de Kai, que nadie más entendía excepto él y Lay.
-¿Cómo nos habéis encontrado?-
preguntó el chino a su jefe.
-Con nuestros contactos no fue
difícil, y los cinco o seis tíos que habían allí arriba fueron coser y cantar.-
le explicó.- ¿Qué ha pasado?-
-No sé, cuando ya nos íbamos a ir,
nos rodearon, nos pegaron una paliza y cuando desperté estaba ahí.- dijo
mirando el pequeño almacén en el que habían estado por horas.
-¿Quiénes eran?-preguntó Xiumin.
-Ni idea…-
-La voz de uno de ellos me
sonaba…- interrumpió Suho, haciendo que todos se giraran a mirarle.- Pero no
logro recordar por qué… a lo mejor son imaginaciones mías…-
Kris miró a Kai.
-Tal vez te deba una disculpa…- le
dijo.
El moreno sonrió de lado.
-Da igual.- Se removió el pelo y suspiró.- Lo mejor es que
nos vayamos ahora.- De repente su teléfono empezó a sonar. -¿Si?-
-Kai, ¿Todo bien?- Kyungsoo
le llamó preocupado.
-Perfecto. ¿Dónde estás?-
-En el "Black
Pearl"-
-Bien, iremos ahora.- Echó un vistazo al jefe de la banda
contraria y cortó la llamada.- Nosotros nos iremos, aunque me gustaría hablar
contigo.-
-Si pudiésemos ahora sería ideal. Después de esto estarán
alerta.- apuntó Kris.
-Vamos al "Black pearl", si no tienes objeción.-
Dijo el moreno mientras sonreía al alto.
-De acuerdo.- no tardó en
responder.
Poco después ya se
encontraban todos en el Black Pearl. Cuando llegaron al lugar, D.O. se acercó
inmediatamente a Suho para saber su estado. Ambas bandas se esparcieron por la
sala, pero siempre con un deje de desconfianza y precaución, los jefes se
sentaron en los dos sillones, uno en frente del otro.
-¿Quieres beber algo?- el
moreno estaba intentando calmar un poco los nervios de todo lo sucedido.
-No, yo estoy, bien… Aunque tal vez Lay…- miró a su primo por si
necesitaba algo.
-Oh, agradecería un poco de
agua, la verdad…-
-Oh, claro, Kyungsoo, ayúdale en lo que necesite.-
El chico de ojos
grandes asintió, cogió una botella de agua de la nevera y se la ofreció.
- Si necesitas algo más...- Sonrió amablemente.- Voy a curar
las heridas de Suho...- Le dijo mirando la sangre de sus manos.- Tengo un
botiquín por aquí...-
-Gracias…- dijo Lay débilmente sorprendido por la amabilidad
del chico.
-Creo que deberíamos replantearnos muchas cosas…- dijo Kris
haciendo que muchos de los allí presentes le prestaran atención.- Alguien
quiere jodernos, pero no quiere ser descubierto, porque está tratando de que
nos destruyamos entre nosotros…- reflexionó.
-Exacto, es lo que hemos pensado durante todo este tiempo,
pero no nos hemos acercado ni un ápice, solo son un montón de pistas falsas.-
Soltó el moreno frustrado.-Pero algo bueno podemos sacar de esto, ellos no
saben que podríamos aliarnos... es decir, podemos seguir actuando como siempre,
nuestra información podría estar filtrándose por cualquier sitio...- Hubo un
silencio en la sala.- No podemos confiar en nadie.- concluyó.
-No, no podemos… Voy a investigar a mi gente, estoy seguro de que tanto tú como
yo tenemos infiltrados. Por ahora, sería bueno tener el mínimo contacto
posible.- se quedó pensativo unos pocos segundos.- Te daré un número de
teléfono que sólo los cinco que están aquí conmigo tienen.- dijo cogiendo un
boli y papel que había sobre la mesita-
-Tienes razón, yo también tendré que hacer mi trabajo.-
Sonrió levemente y cogió el número que le daba el rubio. -Estaremos en
contacto.
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Gracias por leer ^^
JJSHAHSHHSHAJHZBXYDBDHBXBSJSHSZHSBSHJSJSJDHDJSJSJHDHDJDJDHHDHDHDUJDDJHDDJJDJHD JAJSJSISHDUHSHA ESE SULAY OMG !! *0* PERO .... NECESITAMOS SULAY HARD !! *0*
ResponderEliminarWaaaaa! Me gusto es pocoo! me encantoooooooo! LOL! SuLay its reall! ♥__~
ResponderEliminarOstias que guarro el Suho.... me gusta *-* Oish, el sulay me pierde. Cuanta tensión en el momento Xiumin, Luhan y Suho en la misma habitación, pero al fin se me arrejuntan un poco los dos grupos *^* Y por cierto, que oportuno el Kai ¿no? =_=
ResponderEliminarASFHKÑSHFÑHKLBK! Kai, no podías llegar en otro momento? e____e El SuLay estaba en su apogeo y llega Kai a arruinarlo... Btw...
ResponderEliminarFue corto, pero estuvo jhfsdhgslfgkfldg *___*
Qué más... Me muero de la curiosidad...
Como siempre, muy buen capítulo!
Sigan así, es uno de mis fics favoritos... ;D