Black Lotus Capítulo 3

Unos golpes en la puerta lo despertaron, se incorporó un poco adormilado y se apartó el pelo de la frente. El reloj marcaba las 9:13 y los rayos del sol se colaban por las finas cortinas iluminando las sábanas blancas que los cubrían. Miró al joven que se encontraba su lado, durmiendo plácidamente boca abajo, con su rostro girado hacia él. Acarició con la punta de los dedos su piel deleitándose con su belleza, parte de su espalda estaba al aire, y el resto de su cuerpo lo cubría esa fina tela de seda que delineaba su figura. Los golpes lo interrumpieron, y esta vez escuchó la puerta abrirse ligeramente.
-Kris, soy yo, ¿puedo pasar?- escuchó la voz de Lay
-Pasa.- le indicó sentándose del todo, lo que hizo que la sábana se deslizara dejando ver su torso desnudo.
-Podría haber esperado a que te vistieras…- dijo suponiendo que bajo esas sábanas tampoco llevaba ropa.
-No tengo ganas… ¿Qué quieres?- Kris acariciaba la cabeza del menor aún dormido, jugando con su pelo.
-Bueno, es sobre lo de ayer… - Lay hablaba con cautela.- No creo que debiésemos precipitarnos, no estamos hablando de cualquiera, Kris, si no del hijo de Jung Yunho…-
-Lo sé.-
Lay suspiró aliviado, si su jefe se volvía testarudo respecto a ese tema, sabía que sería un problema.
-Entonces, ¿qué hacemos?- dijo y esperó por una respuesta de su primo.
Éste se quedó pensativo por unos momentos, observando el adorable rostro de Tao.
-Olvida lo del aviso, por supuesto. Alguna razón tienen que tener para hacer esto, después de años respetando mutuamente nuestros negocios. Descubre el por qué.-
-De acuerdo. ¿Algo más?-
-Mmh~- Tao se movió un poco en la cama, a punto de despertarse.
-Bueno…- dijo Kris con una media sonrisa.- Te puedes quedar si quieres, aunque…-
Lay se sonrojó, sabiendo lo que se le estaba pasando por la mente a su primo al mirar a Tao con esos ojos llenos de deseo.
-Creo que mejor me voy…- dijo, y salió de la habitación cerrando la puerta tras de sí.
Kris soltó una risa inaudible, y volvió a mirar a su pequeño, que refunfuñaba por la claridad que no le dejaba dormir.
-Hey, ¿eres un panda o una marmota?- se burló cariñosamente.
-Mmh~- no dijo nada entendible y pasó su brazo sobre el mayor, haciendo que éste riera.
Kris lo giró para que se pusiera boca arriba y comenzó a besar su cuello. Poco a poco se deslizaba hacia su pecho.
-Kri… Kris…-
Tao sentía esos labios sobre su piel, cálidos y suaves, se estremecía con las sensaciones que le provocaban.
-¿Cómo me llamo?- susurró respirando sobre uno de sus pezones.
-Yi Fan…-
-Bien.-
El mayor sonrió y lamió esa zona del menor en la que había parado para después seguir su camino hacia sus abdominales.
-¿Qué... qué vas a hacer?-
Kris se acercó a su rostro para humedecer con su lengua esos labios resecos.
-Darte tu recompensa.- susurró, y luego se dirigió a su oreja, para morderla ligeramente.
La mano de Kris comenzó a deslizarse por el torso del menor, sin parar, seguía y seguía bajando, mientras Tao sentía su respiración sobre su oreja.
-Pero… ayer ya…- Tao intentaba a duras penas que no se le escapasen gemidos.
Lamió el lóbulo lentamente, haciendo que el menor no pudiese seguir hablando.
-Lo de ayer fue demasiado poco para ti, mi pequeño.- susurró en su oído.

Tao no pudo evitar soltar un sonoro gemido cuando notó que la mano de Kris llegaba a su objetivo.

Se despertó y paseó por su cuarto arrastrando los pies por la suave moqueta azul. Llevaba un pijama blanco de algodón ya que hacia frio, pero se quitó la camisa mostrando su blanco y delgado cuerpo. Entró en el cuarto de su compañero pero este no estaba, suspiró levemente y cogió su móvil esperando ver alguna notificación del pequeño, pero nada, caminó hasta la cocina, abrió la nevera y sacó un bote de zumo del que bebió directamente.

Entonces escuchó como unas llaves golpeaban la cerradura de la puerta principal, rápidamente se acercó a ella esperando a su amigo, el cual entró con una gran sonrisa al verlo.

-¡Chanyeol! Buenos días.- dijo sonriente, cerró la puerta y vio como el alto se acercaba y le rodeaba con sus largos brazos en un tierno abrazo, acurrucó su cabeza en el pecho desnudo de su amigo y sonrió levemente. Le encantaba lo protector que era aunque a veces sentía que era un poco exagerado, en el fondo le agradaba.

El alto olió el pelo del pequeño y suspiró.

-Estaba preocupado.-

-Lo sé, y lo siento.- Dijo apartándose, le puso una carita tierna y el alto sonrió.

- No pasa nada, pero, cuéntame ¿Que tal tu salida?- Dijo mientras se separaba e iba a la cocina a prepararse unas tostadas.

-Divertida, he conocido a mucha gente...- Baekhyun se perdió en sus recuerdos, se sentó en el sofá naranja de la estancia y enmudeció.

-Oh, que bien...- Untó sus tostadas en silencio, sabía que al pequeño le pasaba algo y no parecía querer contárselo, le irritaba pensar que no confiaba en él, suspiró y se sentó junto a él ofreciéndole una de sus tostadas.

-No, gracias.- Sonrió y se quedaron unos minutos en silencio.

-Verás... me voy a mudar.- Dijo nervioso, dejando a su compañero confuso.

-¿Conseguiste un trabajo?-

-Algo así...- Había decidido que sería mejor no contarle todo por el bienestar de su amigo.

-¿Algo así? ¿A qué te refieres?- No entendía esa decisión repentina ya que estaban a gusto en ese apartamento y se llevaban bien, hasta ahora no habían tenido problemas.

-Bueno, ayer conocí a unos chicos que me ofrecieron trabajo como tesorero...- Sonrió y cogió la mano de su amigo intentando calmarlo.

-Oh, eso está muy bien, me alegro por ti…- Dijo Chanyeol algo más aliviado aunque le parecía sospechoso.- ¿Y por qué te vas a mudar? Sabes que no tienes problemas para quedarte aquí...- El alto acarició la cara del pequeño suavemente y jugó con el fleco mientras le dedicaba una cálida sonrisa, Baekhyun se sonrojó levemente y miró hacia otro lado.

-No quiero estar aquí siempre, sabes...- Contestó algo brusco haciendo que su amigo se sintiera algo dolido.

-Tienes razón, no tienes ningún motivo para quedarte.- El alto recogió las cosas y se levantó, mientras que el pequeño se quedó sentado mordiéndose los labios, odiaba mentir y menos a su mejor amigo pero debía hacerlo si quería protegerlo de los peligros que de ahora en adelante podrían pasar. Suspiró y se levantó del sitio.

-Bueno, voy a recoger mis cosas.- El alto observó como pasaba por su lado sin siquiera mirarlo, no entendía qué le había pasado por la cabeza al pequeño, tampoco quería atarlo, sabía que esto pasaría algún día, pero no entendía las prisas.

Tras dos horas guardando sus pocas pertenencias en una maleta con ruedas de color gris metalizado, salió de su habitación encontrándose de frente con su amigo, el cual tenía una expresión preocupada.

-¿Te vas de verdad?- Le dijo observando su maleta.

-Si...- Bajó su mirada lentamente y comenzó a caminar hacia la puerta, la abrió cuando escuchó al otro acercarse rápidamente.

-Baekhyun...- Le llamó desesperado mientras le agarraba del brazo obligándole a darse la vuelta, acercó su cara al pequeño y le besó despacio, entrecerró sus ojos disfrutándole y pudo notar como el otro le correspondió pero le supo a poco ya que el chico se separó, se sonrojo levemente y suspiró.

-Lo siento, Chanyeol.- susurró, se dio la vuelta y siguió su camino.

-Promete... prométeme que me llamaras.- le suplicó pero su corazón se contrajo al ver una leve sonrisa y ninguna respuesta, observó como se alejaba y apretó sus dientes con rabia, entró en la casa y cerró la puerta con fuerza.

Lay y Chen se encontraban ya en el despacho de Luhan esperando por Xiumin para la reunión que habían convocado. No era propio de él llegar tarde, por lo que Lay se extrañó y aún se le hizo más raro cuando vio que Luhan se tensaba cada vez que nombraban al Baozi y desviaba la mirada. Supuso que algo había pasado entre ellos dos, y debía ser por algún tema grave, porque nunca antes se habían peleado o algo parecido.
Cuando por fin llegó Xiumin todas sus sospechas se confirmaron. El joven saludó secamente y se sentó junto a Chen en el sofá, bastante alejado de Luhan, además evitaban mirarse en todo momento, se notaba en el aire el momento incómodo que estaban pasando.
Lay ignoró la situación y les explicó que por fin Kris se había calmado y que a partir de ese momento comenzarían una intensa investigación sobre las actividades de Lotus y las empresas con las que ésta se había involucrado.
-Xiumin y Chen, vosotros os ocuparéis de conseguirnos información directa de Lotus. Luhan y yo hablaremos con nuestros socios para ver que nos pueden contar.- se dirigió a Xiumin.- Enséñale a Chen cómo va la cosa, sabes que esto no es como cualquier otra operación.-
Xiumin asintió y se levantó indicándole a Chen que le acompañase, y sin más se fue, sin dirigirle una palabra a Luhan. Lay miró al rubio intrigado, parecía bastante triste.
-¿Y bien…?- le preguntó en chino, esperando que le contara algo.
-¿Eh?- lo miró confundido, estaba algo ausente.
-¿Me vas a contar qué ha pasado con Xiumin? Jamás me imaginé que vosotros dos llegaseis a pelearos o algo así…-
-Es lo que pasa cuando te metes donde no te llaman…- dijo Luhan algo molesto.
Lay lo observó escéptico, Xiumin no era alguien que se metiese en los asuntos de los demás a menos que se lo pidieran, respetaba mucho la intimidad de sus amigos, por ello todos le tenían tanta confianza, le podían contar cualquier cosa, que él sólo les escucharía y les abrazaría. Era como una especie de máquina con la que podían desahogarse soltando todas sus frustraciones sin temer que repercutiese en nada más.
-Luhan, no sé qué habrá pasado, pero si es tan grave como para que Xiumin tome cartas sobre el asunto y te diga algo, tal vez deberías plantearte tu punto de vista.-
El rubio se molestó por el comentario.
-¡Pero si ni siquiera sabes de qué va el tema!-
-Precisamente, Lulu. Tú no me lo quieres contar y por lo que veo Xiumin no está de acuerdo contigo, tanto que arriesga su amistad por conseguir que veas las cosas desde su punto de vista. Debe ser algo grave.- Luhan empezó a entender lo que Lay le quería decir.- Lulu, conoces a Min, sabes que algo estás haciendo mal para que se enfade y no te quiera hablar.
El rubio se levantó y se dirigió a su escritorio.
-Bah, es normal que los amigos se enfaden a veces…-
Lay soltó una risita egocéntrica.
-¡Ja! Amigos… Si tú lo dices…- se levantó y se acercó a la mesa, dejando una carpeta sobre ésta.- Recuerda obtener la información que te pedí.
El menor salió del despacho y, aunque nadie lo diría, el tema de Xiumin y Luhan le tenía muy preocupado. Hacía tiempo que Kris y él habían notado el extraño comportamiento del rubio, pero confiaban en que el baozi lo arreglaría, pues estaban seguros que él sabía qué pasaba y podrían confiar en que se ocupase de todo si Luhan estaba cometiendo algún error. Pero ahora las cosas se le habían ido de las manos a Xiumin y Lay podría apostar a que el error era del chino. Nada más salir de la habitación recibió una llamada, era el encargado de una importante zona de venta al norte de Seúl.

-Dime.-                                                                              

-Jefe, debería venir al almacén 21. Es urgente.-

Lay se extrañó por esa manera de hablarle, prácticamente se lo estaba ordenando, o puede que más bien suplicando. Le comunicó que en seguida iría hacia allá y colgó para apresurarse a descubrir el motivo de tanta urgencia.

Por desgracia, Seúl era una ciudad demasiado grande y el viaje se le hizo más largo de lo que esperaba, para cuando llegó a su destino, estaba ya desesperado por saber qué había ocurrido. Tal vez la policía había descubierto el almacén, y eso era un gran problema porque era uno de los puntos de venta más importantes que tenían. Bajó del coche encontrándose con el encargado que le llamó, un hombre de treinta largos, alto, con aire intimidatorio.

-¿Qué pasa?- le preguntó Lay sin vacilar.

-Sígame.- dijo poniendo un cigarrillo en su boca.

Lo llevó hasta la puerta del almacén y le hizo entrar. La escena con la que se encontró Lay fue mucho peor de lo que se podía imaginar. Estaba todo destrozado y comenzó a contar lo peor: uno, dos, tres, cuatro, cinco hombres muertos desplomados en diferentes zonas del lugar, en algunos pudo ver marcas de balazos en sus cabezas. El olor a sangre le estaba comenzando a dar nauseas, así que salió sin que su rostro cambiara en absoluto, se mantenía serio y aparentemente tranquilo.

-¿Qué ha pasado?- le arrebató el cigarrillo a su subordinado y comenzó a fumar.

Rara vez fumaba, sólo cuando estaba realmente nervioso.

-Anoche, no sabemos muy bien qué pasó, pero se llevaron toda la mercancía, 500 kg de cocaína y 200 de marihuana. También teníamos varias cajas de pastillas, LCD, Éxtasis…-

-¿Tenemos alguna pista de los culpables?- le interrumpió.

-Ayer uno de los nuestros recibió una llamada, nos intentaron avisar de que les estaban atacando, escucharon disparos antes de que quien llamó pudiese decir algo coherente, pero al llamada no se cortó. ¡¡Dong, ven aquí!!- llamó a uno de los hombres que se encontraban por ahí.- Cuéntale lo que oíste en la llamada.-

-Mi compañero intentó decir algo como “vengan rápido” pero no lo entendí muy bien, porque se escuchaban disparos y gritos. Dejé de escucharlo y  después de un rato escuchándose todo ese barullo, escuché “rápido, hay que llevar esto al Black Pearl”.

Lay se tensó cuando reconoció ese nombre.

-¿Estás seguro de que fue eso lo que escuchaste?-

-Sí, incluso lo apunté nada más escucharlo, por si me olvidaba. Después creo que vieron el móvil porque se cortó la llamada.-

El chino tiró el cigarrillo al suelo y lo pisó para apagarlo.

-Limpia esto y trae nueva mercancía- ordenó al encargado.- Cubre las bajas y aumenta la seguridad en todas las zonas.-

-Sí, señor.-

Volvió al coche y le indicó al chófer que le llevase de nuevo al Machine mientras marcaba el número de su primo, ahora tendría que volver a reunirse.

Habían pasado varios días desde que Baekhyun se había instalado definitivamente en el hotel y poco había descubierto de sus compañeros. Conoció al callado Sehun, que no sabía si era tímido o simplemente un antisocial, supo que D.O. era un experto en recabar información, es decir, era un espía y Suho era el hombre de confianza de Kai, parecía amable pero pudo verlo levemente enfadado una vez y deseó no verlo más. De momento todo iba con calma, no tenía que salir apenas del hotel, una vez que terminaba el papeleo se lo tenía que entregar a D.O. y este se lo llevaría al jefe, por lo tanto, no había podido ver al chico de piel morena desde entonces, él no dormía en el hotel y eso le hacía preguntarse dónde se quedaría si sus hombres de confianza estaban allí.

Suspiró levemente y volvió a leer el último mensaje recibido en su móvil.

-Espero que estés bien.- Chanyeol seguía enviándole mensajes aunque él no respondiera ninguno y aunque le dolía, también le animaban.

Decidió que era hora de levantarse, llevaba toda la mañana tirado en su cama, eran las 12:00 y sus tripas pedían alimento, así que se levantó, se dio una rápida ducha, se vistió con un elegante traje azul marino y salió de la estancia hasta llegar al salón.

-Buenos días.- Dijo al ver a alguien allí de pie.

-Buenos días pequeño.- Baekhyun se paró de inmediato al ver de quien se trataba.

-Bu-buenos días Kai.- Sonrió y se agachó levemente a modo de saludo, el moreno rio por lo bajo y se apoyó en el sillón.

-Ven aquí...- Dijo con los brazos cruzados.

El chico se acercó hasta estar justo en frente de su jefe pero no era capaz de levantar la mirada, el moreno sonrió y le agarró el mentón levantándolo.

-Deja que te arregle la corbata.- Dicho y hecho, sus manos volaron hasta el cuello del chico ajustando el nudo, respiraba con dificultad, sentía las suaves manos rozar su cuello y la respiración de Kai cerca de su cara ya que, éste, estaba bastante cerca, rio algo nervioso haciendo que el moreno sonriera ya que sabía lo que provocaba en él.

-Te has adaptado fácilmente.- dijo terminando de arreglar la corbata.

-Sí.- Dijo sonriente, entonces notó como le tiraban de la corbata y con un rápido movimiento de manos, se vio atrapado entre los brazos de su jefe.

-Así me gusta.- susurró sobre sus labios, Baekhyun cerró sus ojos sintiendo el aliento caliente, pero alguien tosiendo intencionadamente interrumpió el momento.

-D.O. de nuevo...- Dijo Kai sonriéndole lascivo.

-Sí, de nuevo...- Contestó algo enojado, se separaron y saludaron al recién llegado.

-Yo... voy a desayunar, nos vemos.- El pequeño prácticamente huyó del lugar.

-Siempre me los espantas.- Dijo el moreno riendo, D.O. suspiró y se sentó en el sofá seguido de su jefe.

-Ya lo hemos hablado, ser un playboy no te sirve de nada.-

-Bah, estamos en el mismo bando, no pasará nada.- Rio.

-Si algo malo pasa, tú verás.-

-Sé cuidarme solo.- dijo molesto.- pero, si tanto lo deseas puedes cuidarme.- Se mordió levemente el labio inferior y miró a su compañero con deseo.

-Ya lo hago.- dijo intentando ignorarlo, Kai resopló y dejó de insistir.

-Por cierto, no me habías contado sobre las "habilidades" del nuevo.-

-¿A qué te refieres?- Dijo desinteresado.

- Ya sabes, dos carreras con 21 años, es una verdadera joyita el chico.- El moreno abrió sus ojos sorprendido.

-¿Es un genio o algo así?- D.O. le miró extrañado, pensaba que había descubierto la razón por la que había decidido meter al chico en la banda, le había dicho que confiara en él pero su trabajo era velar por la seguridad de la banda y evidentemente habló con algunos contactos para saber todo lo que pudiera de él, tampoco fue muy difícil, un superdotado como él destacaba demasiado.

-Pues sí, un pequeño superdotado... hijo de padres ricos, pero parece ser que decidió marcharse hace dos años de su casa...-

Kai rio levemente.

-Las cosas me salen mejor de lo que pensaba.- susurró. - Ya veo que te has informado bien, perfecto.- Se levantó y caminó hasta la escalera. -Estaré en mi habitación...- hizo una pequeña pausa, parecía pensativo.- Si quieres algo... ya sabes.- Dijo guiñando un ojo, dejándole aturdido.

-¿Cinco hombres?- repitió Xiumin sorprendido.

Estaban todos los miembros de Black Dragon en la sala de reuniones del Machine, Lay les acababa de informar sobre lo que había visto y lo que le habían contado.

-Sí, no sé a qué viene un ataque así… Y hemos perdido mucho dinero por culpa del robo.-

-Pe… pero no puede ser…- decía Luhan muy nervioso.- Después de tantos años de paz, ¿por qué de repente hacen esto sin motivo alguno?-

-No lo sé, me esperaría esto de cualquiera, excepto de la familia Jung…-

Kris tenía las manos entrelazadas, pensando sobre la situación. Una cosa era meterse en sus negocios, otra muy distinta cargarse a sus subordinados y encima robarles cantidades tan grandes de mercancía, pareciera que estuviesen pidiendo la guerra a gritos… Y si querían guerra, la tendrían.

-No sé de qué te sorprendes Luhan, llevas en este mundo desde que naciste, sabes que no hay nadie de quien te puedas fiar.- dijo curioso por la reacción del rubio.- Hasta yo me arriesgo confiando en vosotros, mi padre me lo dice constantemente… Aunque él es tan estúpido como para confiar en mí…- rio y Tao frunció el ceño.- Bueno, entonces, habrá que darles una lección.

-¡¿Qué?! No…- Luhan se levantó de repente, bastante preocupado.- Kris… no deberíamos…-

-¿Por qué no? Han matado a varios de los nuestros…- dijo interesado por su actitud.

Luhan se quedó en blanco por un momento, era completamente normal que Kris reclamase venganza, es lo que debía hacer para hacerse respetar. Su jefe antes que nada era su amigo, y se daría cuenta de su extraña actitud si seguía así.

-Es que no es cualquier banda mediocre…- intervino Xiumin dudoso.- Es Lotus, es el hijo de Jung Yunho… A mí tampoco me hace gracia el iniciar conflictos con ellos.

-Los conflictos los han iniciado ellos…- aseguró Kris.

Luhan y Xiumin se acomodaron en sus asientos dándole la razón, después se miraron como diciéndose algo en secreto, algo que no pasó desapercibido para Kris.

-Lo primero será descubrir a qué viene esto de repente, y qué pretenden con ello.- dijo Lay rompiendo el incómodo silencio.

-Xiumin, Chen, conseguid un topo para que os proporcione información.-ordenó Kris, y ambos asintieron.- Lay, mejora la seguridad en todos los almacenes, que estén alerta.

-Ya lo he hecho.-

-Perfecto, entonces ya está. Podéis iros. Ah, Luhan. Vigila tus negocios también, ve con cuidado.- le recomendó.

Luhan no estaba seguro, pero podría jurar que esas palabras iban con doble sentido. Seguidamente todos abandonaron la sala dejando solos a Kris y Tao, el menor tenía aún esa expresión molesta en su rostro.

-¿Te pasa algo, pequeño?-

-¿Por qué dijiste eso sobre tu padre?- soltó.

-Oh, era eso… ¿Qué más da? Ese viejo idiota…- calló cuando vio la expresión ofendida del panda.

A veces olvidaba lo mucho que le envidiaba Tao tan sólo por tener un padre y una madre.

-No digas eso, cuando te falte, te arrepentirás…- le aseguró.

-Oye, ya te lo he dicho… no todos tenemos la suerte de tener unos buenos padres…-

-Pero…- hizo un puchero y Kris no pudo resistirse a esa cara tan adorable.

-Está bien, está bien… No lo diré más.- dijo levantando la mano.- Aunque tal vez debería… Estás tan mono cuando te enfadas...-

Lo atrajo hacia sí para besarlo tiernamente, dejándolo completamente rojo por el “cumplido”. Siguió acercándolo más y más, sin importarle que la silla no dejase al menor seguir su camino. Profundizó el beso, acariciando su lengua, y agarró una de las piernas de Tao para hacer que se pusiera sobre él en el asiento, con una pierna a cada lado  suyo. Lo abrazó con más fuerza haciendo que sus cuerpos estuviesen completamente juntos, Kris notó su entrepierna crecer y rozarse con la del menor. Los gemidos del menor le excitaron sobremanera y rápidamente se deshizo de la chaqueta de cuero que llevaba para luego comenzar a quitarle la camiseta, en cuanto la pasó por encima de su cabeza devoró el cuello de Tao con lujuria. Entre suspiros y gemidos no escucharon la puerta abrirse, y Chen entró lanzado pero se quedó de piedra al ver a su jefe lamiendo el cuerpo de su guardaespaldas personal, quien se encontraba sentado sobre él. Ambos pararon cuando lo vieron, Tao estaba completamente rojo, pero a Kris no parecía importarle la situación.

-Oh… lo-lo siento… Me dejé el informe.- dijo recogiendo rápidamente una carpeta que había sobre la mesa.- Disculpen, adiós.- habló formalmente y salió disparado de la habitación, aún perplejo.

Xiumin entró tímidamente en el despacho de Luhan, como pidiéndole permiso, cuando éste le vio se sorprendió, pero le dejó pasar sin dudarlo. Tras unos cortos saludos y un incómodo silencio, Xiumin habló.

-¿Estás bien?-

-Sí… Espero que todo se solucione.- dijo con aire de tristeza y decepción.

-Luhan, ahora más que nunca… deberías alejarte de él…-

El chino cambió su expresión, de repente parecía ofendido.

-Ya te he dicho que no, ¿por qué no puedes confiar en él?-

De nuevo, Xiumin se enfadó, pero intentó controlarse.

-Oye, tú llevas más tiempo en este mundo que yo, deberías de saber que cualquiera te puede traicionar cuando menos lo esperas, crees que alguien es tu aliado y puede acabar siendo tu asesino…-

-¡¡Él nunca me haría daño!!- protestó indignado.

-¡Eso es lo que tú crees, pero no te puedes fiar de nadie!- le recordó.

Luhan se dio cuenta de las palabras de aquél que había sido su amigo todo ese tiempo.

-Sí, ya veo...- dijo con sarcasmo, sin apartar la vista de él.

Otra vez la escena de hacía unos días, Xiumin salía de la estancia, dolido y enfadado, dando un portazo, y Luhan se quedaba cuestionándose si lo que hacía estaba bien. Estaba seguro de que sí, pero no podía dejar de escuchar un susurro en su interior que le decía que algo iba a salir mal con todo eso.

Habían pasado dos semanas desde que su mejor amigo se había ido de la casa que compartían sin casi mediar palabra, desde ese día se culpaba a sí mismo por no haber impedido que se fuera. ¿Qué clase de amigo era? eso se preguntaba la mayor parte del tiempo. Así que dedicó todo ese tiempo en descubrir donde se había metido y le sorprendió donde había acabado su amigo, no entendía como un chico como él estaba en tal sitio y lo primero que pensó, es que lo estaban extorsionando o algo por el estilo, y era obvio que no lo permitiría.

Por fin había llegado a su objetivo, restaurante "Black Pearl" leyó en el letrero luminoso, vio la entrada principal pero, no era lo que buscaba, observó el edificio y lo encontró, la puerta de servicio, custodiada por un enorme gorila, se acercó decidido y encaró al hombre.

-Vengo a hablar con Kai, dígale, de parte de Park Chanyeol.- Dijo con voz firme y mirada desafiante, el hombre dio un suave golpe en la puerta, dio el comunicado al otro lado y esperó paciente a la respuesta, a los pocos minutos se abrió la puerta.

-Adelante, el jefe te estaba esperando.- Era Suho quien le daba paso, le observó confundido por sus palabras pero entró decidido, la puerta se cerró tras de sí y, guiado, llegó a la estancia donde estaba quien tanto había estado buscando sentado en su silla de cuero, nada más ver a su invitado sonrió.

- Chanyeol, bienvenido.-

-¿Dónde está Baekhyun?- Dijo con rabia, desde la aparición de aquel chico su amigo había cambiado y eso le mataba por dentro.

-Vaya, qué directo.- Rio.- y yo que quería hablar un poco.-

-Yo no tengo nada que hablar contigo.-

-Yo no estaría tan seguro.- Dijo confiado, descolocando al alto.

-¿Qué le has hecho? ¡¿Por qué cojones está en tu jodida banda?!- Gritó mientras se acercaba rápidamente al moreno.

-No le he hecho nada... todavía.- rio, pero eso hizo enfurecerle más, se acercó y le agarró de la camisa con violencia.

-Si te debe algo lo devolveré pero déjale en paz.-

-No te preocupes, está por su propia voluntad.-

-No te creo, ¿Qué iba hacer un chico indefenso como él en este mundo?- Dijo preocupado.

-Si tanto te importa, ¿por qué no te unes y le proteges?- Kai sonrió a medio lado.

-No, simplemente, le diré que vuelva ¿Dónde está?-

-No lo se, debe estar haciendo algo peligroso.- rio pícaro.

- ¡Vas a morir hijo de puta!- Chanyeol se tiró prácticamente sobre el moreno, pero un puñetazo en su barriga le hizo desistir del ataque y se tiró al suelo por el intenso dolor.

-Sehun, no hacía falta...-

-Sabemos de lo que es capaz y no quiero arriesgarme.- Dijo sin apartar la mirada del adolorido chico.

-¿De qué me conocéis?- Dijo intentando levantarse a pesar del intenso dolor.

-Obvio.- Dijo el moreno.- Peleas callejeras.-

Chanyeol chasqueó su lengua molesto, era un tema del que prefería no hablar y menos desde que conoció a su mejor amigo.

-¿Qué es lo que quieres de mi?- Dijo finalmente.

-Protección, lealtad...-

-No voy a trabajar para ti.- soltó con mirada desafiante.

-Apenas nos conoces, sólo conoces una pequeña parte de este oscuro mundo, imagina cómo debe sentirse tu amigo.- Dijo riendo, Chanyeol se mordió los labios aguantando toda su ira, tenía unas enormes ganas de partirle la cara al chico que tenía en frente, pero no estaba en el lugar adecuado, además aun no sabía dónde estaba Baekhyun.

-Hagamos un trato.- Dijo levantándose.- Trabaja para mí y te doy mi palabra de que no le pasará nada al pequeño.-

-Mejor, ¿Por qué no dejas que se vaya?-

-No creo que quiera, le gusta ser mi pequeña mascota.- Dijo riendo, haciendo que al alto le hirviera la sangre.- Además, un chico tan listo como él aporta bastante.-

-Seguro...- Susurró mientras apretaba sus puños.

-Chanyeol, te doy mi palabra de que no le pasará nada, necesito que estés en nuestro bando, por lo tanto no me interesa hacerle daño, pero tampoco le dejaré marcharse.- Dijo finalmente.

El alto suspiró comenzando a pensar en sus palabras, prefería estar con él y ver que realmente estaba bien, si Baekhyun había decidido estar ahí respetaría su decisión, pero no podría vivir sabiendo que cualquier cosa podría pasarle.

-Está bien, pero quiero hablar con Baekhyun.-

Kai comenzó a reír satisfecho y cogió una cerveza de la nevera.

-Por supuesto, esta misma noche le veras...- abrió el botellín y simulando un brindis bebió un largo trago.

Al llegar al salón del hotel se encontraron con Baekhyun, que se levantó de golpe al ver a su amigo.

-¡Oh, oh, Tú!- Exclamó D.O. señalando al más alto.- ¡Tú eres Chanyeol! Vi tu última pelea, fue alucinante.- El chico estaba emocionado, como una fan enloquecida al ver a su artista favorito, el aludido sonrió agradecido mientras evitaba las confusas miradas del pequeño.

-Tranquilo.-Habló el jefe.- A partir de ahora, le veras más a menudo, podrás pedirle un autógrafo en otro momento.-Bromeó mientras el otro le puso mala cara. -Sehun y él unirán fuerzas.-

-Suena bien.-

-Es perfecto.-interrumpió el recién llegado Suho, mientras sonreía.-Todos sabemos lo bueno que es Sehun pero necesitamos a alguien más que le ayude a organizar...-

-Informa a los demás de lo sucedido, Sehun.- Dijo Kai mientras se sentaba en uno de los sofás seguido de los otros.

-Veréis.- Comenzó.- El día que tuve que ocuparme de aquel tío que estaba causando pequeño estragos en los suburbios...- Explicó y continuó.- Llevé conmigo a algunos matones para meter miedo, fue algo sencillo, cuando llegamos al cabecilla del grupo... era el tipo del que tenía que encargarme, pero este suplicó por su vida a cambio de darnos información... así que decidí escucharlo.- juntó sus manos y suspiró.- Por lo visto él había sido contratado por alguien de mayor influencia, pero no sabía nada de ellos... ya que eran trabajos sencillos muy bien pagados, nunca preguntó, aun así al día siguiente se lo habían cargado...- Los demás le escuchaban atentos algo inquietos, el moreno se levantó y observó a todos.- Los que nos lleva a deducir que es más grave de lo que pensábamos, tenemos un enemigo en potencia del cual no sabemos nada y pareciera como si ellos nos conocieran bastante bien, por eso, es bueno tener gente nueva en la que se puede confiar...- Observó a los últimos integrantes y sonrió.- ¿Verdad?- Ambos chicos asintieron un poco inseguros. -Suho, llévate a Chanyeol y Sehun al despacho y organízate con ellos, necesitamos estar preparados...- El chico asintió, se levantó y seguido por los otros dos se adentraron en la habitación.

-Emm, Kai...- Baekhyun habló tímidamente.- ¿Qué hace él aquí?- preguntó refiriéndose a su amigo.

El nombrado rio, mientras que Kyungsoo sólo observaba en silencio.- Por lo que veo... Él no te ha hablado de su otra vida...-

-¿A qué te refieres?- Dijo confuso.

-Desde hace cuatro años que lucha en peleas ilegales, apuestas y demás...- Dijo mientras se revolvía el pelo acalorado.

-No... No puede ser...- El pequeño no entendía nada, todo le parecía una mala broma.

-No quiero mentirte pequeño, pero la razón por la que dejé que entraras, era él, cuando os vi en la playa lo reconocí en seguida, aunque parecía una persona completamente diferente...-

-¿Diferente?-

-Si, en sus peleas... bueno... da miedo.- concluyó

-Es increíble.- Dijo D.O. con un brillo en los ojos.

-Pe...Pero no entiendo... ¿Tendré que irme?- dijo mirando suplicante al moreno.

-No, claro que no, he descubierto una mina de oro en ti.- Dijo sentándose a su lado y pasando un brazo por encima.- Además...- Miró a Kyungsoo y sonrió, se acercó al oído del pequeño y le susurró.- me gustas mucho...- El chico se enrojeció mientras que el otro les miraba con rabia, ni siquiera había escuchado lo que dijo.

-¿Y de qué os conocéis?- preguntó D.O. intrigado.

-Es mi mejor amigo... vivíamos juntos.-

- ¿Y no sabías nada de esto?- Dijo sorprendido, a lo que el pequeño le contestó negando con la cabeza.

-Si no les importa... me voy a mi cuarto.- Se levantó cabizbajo y se fue en silencio bajo la atenta mirada de los otros dos.

-Qué sutil eres.- Dijo el moreno tirándose sobre el sofá mientras reía.