XiuHan (Uncommitted)

Aquí les dejo la historia paralela sobre el XiuHan que sale en "Uncommitted" <3 +18

Por fin Luhan se había atrevido a invitar a aquel adorable chico a salir una noche de fiesta con sus amigos, y afortunadamente había aceptado muy emocionado. Llevaba desde que lo conoció el primer día de clase prendido de él, le había encantado y, lo que en principio pensaba que era simple atracción se acabó convirtiendo en mucho más. Pasaban muchísimo tiempo juntos, iban a comer juntos después de clase y estudiaban juntos, pero nunca sacaba el valor para invitarlo a salir si no era con la excusa del hambre o de estudiar, hasta ese día.

Cuando llegó, sus amigos Sehun y Jongin se encontraban en la entrada, les saludó efusivamente.

-Qué feliz estás, ¿no?- preguntó el moreno, últimamente estaba bastante irritable.

-Es que hoy viene su querido.- bromeó Sehun, consiguiendo que el chino le diese un empujón.

-¡Imbécil!- rio.

-¿Quién?- preguntó Jongin sin entender.

-Xiumin, el chico del que os hablé.- dijo llamándole por el mote chino que le había puesto al conocerlo ya que no podía recordar su nombre real.

-¿El pollo?-

-¿Qué? ¡¡Bollo!!- corrigió.- Es un bollito lindo.- dijo como si se sintiese orgulloso de ello.

El moreno lo miró alzando una ceja mientras Sehun reía por lo bajo.

-Vale, pues ten cuidado no te lo vayas a comer…- bromeó haciendo que los otros dos rieran.- ¿Vamos adentro ya?-

-Yo tengo que esperar aquí a Xiumin.-

-Bueno, pues yo voy entrando, ¿vienes, Sehun?-

-Me quedaré esperando con él.-

El moreno desapareció tras la puerta del local y sus amigos aprovecharon para hablar sobre él. Hacía poco su novio había cortado con él, tampoco es que llevasen mucho tiempo, pero les tenía preocupados, su amigo rara vez salía con alguien, normalmente tenía relaciones espontáneas, de una noche, de las cuales poco recordaba al día siguiente. De repente sintió una presión en su cintura, era Xiumin abrazándole por la espalda.

-¡Hola, Lulu!- dijo sonriente.

-¡Xiumin! ¿Qué tal?

Sehun arqueó una ceja, ¿de verdad Luhan tenía dudas sobre si le gustaba a ese chico? Se notaba a leguas que quería más que una simple amistad con él.

Entraron en la discoteca y no tardaron mucho en animarse a ir a bailar. Luhan se estaba animando, su compañero no paraba de reír y de hablar con él, y era muy sociable con sus amigos, además en algún momento mientras bailaban tuvieron ciertos roces intencionados.

Sin embargo, Luhan lo vio todo perdido cuando vio a Jongin bailando frente a Xiumin, intentando provocarle, como lo había visto hacer tantas veces intentando llevarse a la cama a alguien. ¿Cómo podía su amigo hacerle eso? Sabía lo mucho que le gustaba y aun así se lo intentaba ligar. Lo vio rodearle con un brazo mientras seguía bailándole y le susurró algo al oído, en seguida Xiumin abrió los ojos como platos, y Luhan estuvo a punto de abalanzarse sobre el moreno, pero Sehun se lo llevo a rastras antes de que le pudiese hacer nada.

-Vaya, tu amigo baila muy bien…- dijo el chico, impresionado.

Luhan asintió ligeramente y no se calló lo que estaba pensando, porque no quería alargar la cosa más si Xiumin estaba interesado en Jongin.

-¿Te gusta?-

-¿Eh?- no le podía oír por culpa de la música, se agarró a sus hombros y acercó su oreja a los labios del chino.

-¿Que si te gusta Jongin?-

-¡Oh! Es muy guapo…- dijo colocándose para hablarle cerca del oído.- …pero me gustas más tú.- susurró sobre su oreja.

Luhan se quedó paralizado, no se esperaba el comentario, el chico le cogió de la mano con una sonrisa y le pidió que saliesen de la pista. Volvieron con sus amigos, ya estaban JunMyeon y Kyunngsoo ahí así que los saludaron y comenzaron a charlar.

-Baozi…- dijo cuando los otros estaban entretenidos hablando.- Sobre lo que dijiste antes…-

-¿El qué?- Le preguntó.

-Lo de que te gusto más que Jongin…- dijo acercándose a él.

-Ah…-

-¿Hasta qué punto te gusto?- preguntó sobre su oído.

-Mucho.- dijo simplemente.

Luhan sonrió y agarró su mentón para que le mirara, podría jurar que tenía las mejillas rojas. Se mordió el labio inferior y se acercó, sin dejar de mirar esos grandes y brillantes ojos, acarició su rostro, suave y aparentemente delicado y ladeó la cabeza, juntando sus labios. Sintió esa acolchada presión, caliente y suave, se encajó con él, moviéndose lentamente, poco a poco abriendo más la boca, para profundizar el beso. Luhan delineó la carnosidad rosada del chico con su lengua, para después introducirla despacio, rozando el músculo del otro. La sensación hizo que una cálida descarga les recorriese el cuerpo, el beso se iba intensificando cada vez más, sus cuerpos cada vez más cerca. Xiumin rodeaba la cintura del rubio y éste no soltaba su rostro, como si tuviese miedo de que se le fuera a escapar. Se separaron por la falta de aire, pero iniciaron otro candente beso en apenas un segundo, éste más apasionado que el anterior. Cuando se separaron, se miraron a los ojos y comenzaron a reír tontamente, ambos felices de que por fin hubiese pasado lo que tanto deseaban desde hacía meses, pero entonces Xiumin cayó en la cuenta de algo.

-Lulu… ¿tú qué pretendes de esto?- dijo mirando sus manos ahora entrelazadas con las del chino, quien se tensó. Tal vez a Xiumin sólo le gustaba físicamente y no quería atarse a una relación seria.

-Yo… bueno… Me gustas, mucho, y quisiera que fueras mi novio…- el chico lo miró sorprendido.- Pero me conformaré con lo que tú quieras sacar de esto…-dijo, suponiendo ya que no querría nada serio y demasiado excitado como para negarle simple sexo a ese chico que lo traía de cabeza.

-¿Lo que yo quiera?- el chino asintió.- Bueno, pues quiero… que me invites a tu casa esta noche…- dijo, y Luhan sintió una mezcla de emociones, entre excitación por lo que significaba la propuesta, y tristeza porque su relación no podría llegar más lejos que eso.- …y mañana por la noche, y la siguiente, y la siguiente…-

El rubio lo miró perplejo, la sonrisa del coreano fue como una cura para su malestar y, de nuevo, le salió esa risa tonta. Volvió a besarlo, fogoso y entusiasmado, devoró la boca del chico como si no hubiese mañana, dejándolo sin aire.  Cuando lo dejó respirar, lo abrazó y depositó un beso en su suave cuello, se acercó a su oreja con una sonrisa y susurró sobre ésta.

-¿Sabes? Me parece perfecto, en casa no me quedan baozis, y me apetece comerme uno…-

Xiumin se sonrojó y rio, aunque se quejaba a menudo, le encantaba el mote que le había puesto el chino, tal vez eso fue lo que el enamoró de él, su originalidad y su felicidad contagiosa, y ahora estaba seguro de que incluso le gustaba mucho más ese nombre.

-¿Nos vamos?- preguntó el chino, su pareja asintió, sonriente, como respuesta. Luhan cogió su mano y se levantó para despedirse de sus amigos.- Nosotros nos vamos, que es tarde.

Sabía que todos los allí presentes sabían a donde iban y qué harían, y que al día siguiente lo atosigarían a preguntas y bromas como una pandilla de adolescentes, pero no le importaba, porque él también lo hacía y reconocía que era divertido. De camino a la salida se encontró con Jongin, le dedicó una mirada llena de desdén y prosiguió su camino, sintiendo un ligero jalón en su brazo.

-Lo siento…- dijo el moreno, arrepentido.

Luhan suspiró, era incapaz de guardarle rencor a nadie, y menos a Jongin. Sabía que últimamente estaba pasándolo mal, tal vez porque había pasado por una ruptura hacía poco, tal vez no… no lo sabía, pero entendía que, en sus malos momentos, era otra parte de su cuerpo quien tomaba el control, no su cerebro. Le dio un abrazo para demostrarle que le perdonaba y siguió su camino con el pequeño.

Una vez subieron al taxi, el silencio invadió el vehículo, tenían sus dedos entrelazados y notaban el nerviosismo de la situación, la espera de lo que sabían que estaba por ocurrir. Llegaron a su destino y Luhan se apresuró a abrir la puerta, pues hacía bastante frío, vivía en un dúplex compartido con tres amigos chinos, y, por primera vez, agradeció ser el único que tenía cuarto en la planta baja. Siempre les reclamaba a Zi Tao su cuarto, ya que la mayoría de las noches la pasaba en la habitación de Yi Fan, pero el menor se negaba argumentando que necesitaba un sitio donde poder estudiar estando completamente sólo, el rubio, en cambio, aseguraba que  la colección de ropa y accesorios del moreno jamás cabrían en su cuarto. Sin embargo, ahora le veía sus ventajas a tener la habitación en una planta distinta a los demás.

-Pasa.- le invitó y Xiumin se quitó los zapatos y se adentró en el salón comedor, desde el que podía ver la cocina al fondo.- ¿Quieres pasar al baño?- dijo guiándolo por un pasillo, justo al lado de una puerta.

-No, gracias.-

-¿Algo de beber o comer?- el coreano negó con la cabeza.- Vale, pues pasa y ponte cómodo.- Se dirigió a la puerta de enfrente y la abrió, dándole paso a su habitación, que era bastante grande. Luhan lo dejó solo un momento y pudo observar el lugar, había una cama de matrimonio en una de las esquinas al fondo, y, al lado, una mesilla seguida de un sofá frente al que había un televisor. A la izquierda del cuarto había un escritorio con un ordenador de mesa rodeado de estanterías, también reparó en un armario cuyas puertas eran espejos que había en la pared a los pies de la cama. Era un cuarto con muebles sencillos, equipado con lo que le hacía falta a un estudiante de su edad, aunque también repleto de decoración acorde con los gustos del chino.

-Perdona…- dijo entrando con una bandeja sobre la que traía dos tazas.- Traje chocolate caliente, porque hace mucho frío y se nos estropeó al calefacción.

-No hacía falta.- dijo viendo como colocaba la bandeja sobre la mesilla y se sentaba a su lado en el sofá.

-No quiero que te me vuelvas un baozi congelado.- bromeó dándole la taza.

Xiumin rio y  tomó la bebida, que le calentó agradablemente el cuerpo.

-Mmmm, que rico. Gracias.-

-No es nada.- aseguró, y se fijó en la boca del coreano, llena de chocolate sobre el labio y en las comisuras, lo que le hizo reír.

-¿De qué te ríes?-

-Jajaja, pareces un niño pequeño.- rio llevando su pulgar  a la zona manchada.

Quitó un poco de chocolate y, inconscientemente, se lamió el dedo. Su sonrisa cambió de dulce a pícara cuando vio al otro sonrojarse, se dio cuenta de que ese gesto era algo erótico, y le gustó que el castaño lo mirase con esos ojos. Se acercó a él y lamió la comisura del labio, limpiándolo cuidadosa y lentamente, el coreano agarró fuerte la taza, temiendo que se le cayera por los nervios. Después de saborear toda la zona manchada, se separó, relamiéndose.

-¡Jajaja! Sigues hecho un asco.- rio.

Xiumin aún estaba paralizado, vio al chino levantarse a por unas toallitas en la estantería y lo limpió, dejando ver de nuevo su rosada piel. Le sonrió y tomó su taza para dejarla sobre la estantería, en una zona alejada de  cualquier objeto delicado. Sintió unas manos rodear su cintura, Xiumin apoyó la cabeza en su espalda.

-No sabía que fueras tan malo...- comentó dibujando formas abstractas sobre la camiseta del rubio.

-¿Qué? ¿Por qué piensas que soy malo?- dijo divertido mientras agarraba las manos sobre su abdomen.

-Porque haces esas cosas.-

-¿Qué cosas?-

-Lo del chocolate, por ejemplo.-

-Ah… pero eso no es ni la mitad de lo malo que puedo llegar a ser.- dijo girándose aun en el abrazo del castaño.

Lo apretó contra sí y devoró sus labios con lujuria, probando su saliva de sabor a chocolate. Dio la vuelta y lo tomó de los muslos para subirlo al escritorio, le quitó la chaqueta y se dedicó a dar besos y pequeñas mordidas en su cuello. Xiumin dio un respingo al sentir la mano del chino colándose dentro de su camiseta, explorando su torso, jadeó sobre sus labios, falto de aire, pero sin desear que aquello acabara ni un segundo. Pero acabó. Luhan se separó y apoyó su frente contra la suya, respirando agitadamente.

-¿Qu… quieres que me controle?- le preguntó.

-No.-

Luhan lo miró sorprendido, no había dudado ni un segundo en responder, lo miraba expectante, como esperando a que hiciera algo, tenía ese rubor adorable en sus mejillas y el chino no pudo evitar acercarse y morderle con suavidad uno de esos rechonchos cachetes. Levantó la camiseta del chico y se la quitó, viendo ese cuerpo que tanto había deseado, era delgado y no estaba muy marcado pero era sumamente excitante. Besó su clavícula y bajó por todo su torso saboreándolo lo máximo posible, mientras, Xiumin le ayudaba deshacerse de su chaqueta. Llegó a la entrepierna del chico y éste se tensó, incapaz de saber qué haría el chino. Luhan vio el bulto que se formaba bajo la tela vaquera y lo mordió con delicadeza, consiguiendo sacarle un gemido por primera vez en la noche. Sonrió, satisfecho de causar ese sonido, y desabrochó el pantalón repartiendo besos sobre esa dureza, agarró el borde del pantalón y el coreano se levantó ligeramente para que se los pudiera quitar, pero Luhan decidió quitarle los boxers junto al vaquero directamente, lo que sorprendió al baozi. Suspiró sobre su erección y lo miró lascivo, disfrutando de su rostro que clamaba que lo devorase entero, lamió toda la extensión, gustoso, lentamente, y al llegar a la punta se lo metió en la boca y comenzó a succionar.

-¡Mmgh! Aangh~ - sonaron más gemidos que deleitaban los oídos del rubio.

Se miraban a los ojos, incrementando más aún su excitación, Xiumin enredó los dedos en el pelo de Luhan, dejándolo seguir el ritmo que quisiera. Mentiría si dijera que no había soñado con eso antes, pero sin duda era mucho mejor de lo que jamás había imaginado. La boca del chino aprisionaba su pene mientras su legua seguía jugando con su glande, provocándole.

-Ah… ngh… Luhan, para.- dijo apartándolo suavemente.

-¿Qué pasa?-

-No quiero correrme así…- confesó.

Luhan se sorprendió por la poca timidez del chico al hablar de eso.

-¿Y cómo quieres correrte?- dijo sobre su oído.

-Tú… ¿tú qué crees, tonto?- balbuceó, completamente rojo.

Luhan rio, pero en seguida fue él quien se ruborizó, debido a que Xiumin lo acercó a sí para lamer su cuello, subió hasta su oreja y la mordió.

-No es justo que yo esté así y tú aun tengas toda la ropa.- dijo mientras le quitaba la chaqueta.

Cuando la primera prenda cayó al suelo, se deshizo de la camiseta del rubio y aprovechó para besar su clavícula bajando hasta su pecho mientras desabrochaba el pantalón, lo bajó junto a los calzoncillos hasta los muslos y después cayeron solos. Xiumin no pudo resistirlo, dirigió su mirada a la erección de Luhan y la rodeó con su diestra, comenzó a bombear lentamente mientras masajeaba el glande. El chino llevó su mano al miembro ajeno, pero el baozi la tomó y la llevó frente a su rostro. Besó los dedos y los atrapó entre sus labios, metiéndolos cada vez más en su boca, empapándolos con su caliente saliva ante la atenta mirada del rubio.

Retiró la mano de esa cavidad y separó las piernas del coreano para poder incrustar un dedo en su entrada. Xiumin soltó un quejido y el chino llevó la mano a su erección, masturbándolo para que se distrajera. Para cuando terminó de dilatar la zona, el coreano ya soltaba gemidos constantes.

-Ugh, no puedo aguantar más…- dijo Luhan en un susurro.

Colocó su pene en la entrada del castaño y lo introdujo con cuidado y determinación, cuando sintió el cuerpo de Xiumin apretando toda su extensión, dejo soltar un gemido y apoyó la cabeza sobre su hombro, intentando tranquilizarse para no hacer daño al otro.

-Muévete…- pidió el coreano.

Luhan obedeció y comenzó un vaivén lento y profundo, que poco a poco fue volviéndose más rápido y salvaje. Los gemidos del baozi no tardaron mucho más en volver a escucharse, acompañados de la melodiosa voz del rubio.

-Ah~ ¡Ungh! ¡Lulu, ahí!-

El chino entendió y siguió golpeando en esa zona, aunque le costaba llegar, lo recostó un poco sobre el escritorio, teniendo más accesibilidad a ese punto. El mueble comenzó a chirriar y Luhan temió que en cualquier momento se rompiese, así que salió del interior del coreano y lo agarró, haciendo que rodease su cintura con las piernas, lo llevó hasta la cama y lo dejó caer en ella.

-Ponte de rodillas…-pidió.

El chico obedeció y se quedó de rodillas, apoyando las palmas en el colchón, Luhan se colocó tras él, y lo pudo ver, pudo ver esa sonrisa lasciva y se sonrojó completamente, pues tenía el gran espejo en forma de puerta de armario frente a él. Se veía a sí mismo, despeinado, jadeante, completamente desnudo, en esa posición tan comprometedora y a Luhan en las mismas condiciones, terriblemente sexy.

El chino lo agarró de las caderas y se hundió en él.

-Angh~- gimió sin poder reprimirse.

Xiumin pudo ver el movimiento de caderas que coincidía con los golpes de placer que recorrían su cuerpo. El rubio besó su espalda sin dejar de embestirle y fue subiendo, mordió su hombro y lamió su oreja, haciendo que gimiera. El baozi también vio la sonrisa que provocó ese ruido inconsciente.

Las estocadas cada vez eran más fuertes y rápidas.

-Ah, Luhan~-

El rubio llevó su mano al miembro del mayor, bombeándolo con destreza, notando como se endurecía hasta llegar al clímax.

-¡¡Aahngh!!- Xiumin soltó un fuerte gemido cuando su semen inundó la mano del chino, quien dio mil gracias al espejo que tenía en frente por haberle permitido ver ese rostro orgásmico, sus ojos cerrados, el ceño fruncido y la boca entreabierta en señal de puro placer.

Se incorporó de nuevo para seguir dando estocadas, agarrándose fuerte a las caderas del chico, hundiéndose rápido en él, sintiendo como ahora ese placer crecía y crecía en su interior hasta hacerlo explotar, inundando el interior del joven con su esencia, y soltando un gemido demasiado grave para que saliese de su garganta.

Se dejaron caer en la cama, agotados, jadeando e intentando recuperar la respiración sin dejar de mirarse.

-¿No me dijiste que odiabas que la gente tocara tu cama?- sonrió el coreano.

-Sí, bueno… tú serás la excepción.- dijo apartándole un mechón de la frente.

Xiumin rio y se acurrucó más cerca de él, se fundieron en un tierno abrazo y poco después decidieron acomodarse para dormir.

-¿Luhan?- escuchó una voz en la puerta de la habitación.

-¿Qué pasa, Yixing?- el chico estaba cambiando las sábanas de su cama y se giró para ver a su compañero.

-Hay alguien duchándose en el baño, pero Tao y  Yi Fan están arriba… ¿Es un amigo tuyo?-

-Sí.- dijo, y pudo ver cómo le miraba divertido.- ¿Qué?- dijo con voz cansada.

-Nada…- Yixing se adentró en el cuarto y se apoyó en el escritorio, observando a su amigo con una sonrisa ladina.- ¿Y durmió en tu cama?- rio.

Luhan se giró dispuesto a reclamarle al chico, pero entonces entró Xiumin.

-Lulu, ¿dónde pongo la toalla?-dijo con el pelo aun mojado.

Un fuerte golpe les asustó y se giraron en un acto reflejo hacia el fondo de la habitación, donde vieron al pobre Yinxing con cara de susto en el suelo, la pantalla del ordenador sobre él, y la mesa rota bajo su trasero.

-El karma.- dijo Luhan.