viernes, 10 de enero de 2014

Midnight Sun Capítulo 3 Final




Llevaban tiempo saliendo como pareja oficial, aunque sólo Taeyang lo sabía, porque a Jiyong le daba vergüenza contárselo a sus padres, que tontos no eran y se imaginaban ya algo, y Seungri creyó que contárselo a sus amigos sólo le causaría problemas. Al fin y al cabo, Jiyong no quería que la gente supiese sobre su enfermedad, y ni Seung Hyun ni Daesung entenderían por qué su novio no puede salir con ellos o por qué sólo se ven por la noche.
Jiyong volvió a retomar su rutina de tocar por las noches, sólo que esta vez solía cambiar de sitio, sobre todo porque Seungri le llevaba de un lado a otro. A veces también se les unía Yungbae, él y el menor se llevaban mejor desde que pudieron hablar fríamente sobre lo ocurrido y Seungri se había disculpado sinceramente por los problemas que había causado.
Cada día que pasaba, se gustaban más y no podían evitar querer estar juntos. Así pasaron casi cinco meses, casi sin que se pudiesen dar cuenta.
-Me gusta el ruido de las olas…- Comentó el moreno, sentado con las piernas totalmente estiradas. Con la mano izquierda se apoyaba en la arena y con la derecha acariciaba el pelo de Jiyong, que descansaba la cabeza en su regazo, acostado en el suelo.
-A mí la brisa marina.- Comentó con los ojos cerrados.
Seungri sonrió y aspiró el olor a mar que había en el aire.
-Ya son casi las tres.- Comentó, mirando la hora en su móvil.- ¿Quieres que te lleve a tu casa?-
-Mmh… Quedémonos un poco más. Total, por esta época amanece más tarde…-
-Está bien, pero con una condición.-
Jiyong abrió los ojos.
-¿Cuál?-
-Levántate.- Le ordenó, y el rubio obedeció a  regañadientes.- Bésame.- Pidió, mirándole fijamente.
El mayor se sonrojó un poco, sorprendido al principio, pero después se calmó y se le acercó, depositando un beso. Era un suave roce, Seungri tomó su rostro entre sus manos y le siguió el ritmo, que poco a poco iba incrementando. Pronto el rubio necesitó más e introdujo su lengua en la boca del menor, sorprendiéndole de tal manera que se comenzó a excitar. El moreno cada vez lo atraía más hacia sí, hasta que se acostó completamente en el suelo, boca arriba, y Jiyong quedó encima de él. El beso aumentó y Jiyong, entre las piernas de Seungri, notó el miembro del menor algo endurecido contra su muslo, lo que le hizo reaccionar a él también.
El moreno, tímidamente, coló sus manos bajo la camiseta, tocando la pálida piel del chico y haciéndole estremecer por el frío de sus dedos. Paseó por sus costados hasta su espalda, sintiendo el cuerpo ajeno y el propio cada vez más calientes.
El mayor pasó de los labios al cuello del menor, besándole y mordiéndole levemente. Éste sacó sus manos del interior de la camiseta y lo detuvo.
-Ji… Para…-
-¿Eh? ¿Qué pasa?- Se incorporó para verle la cara.
-Mejor parar antes de que sea tarde…-
El rubio reflexionó un largo momento antes de hablar.
-¿No quieres…?-
-No es eso, sí que quiero…Me encantaría, pero no es un buen momento, ni lugar…-
-Mh...- Hundió su rostro en el cuello del menor.
-¿Creías que no quería porque no me atraes verdad?- Sintió que el rubio se tensaba y apretaba su chaqueta, lo tomó como un “sí”.- Deberías tener más confianza en ti mismo, Jiyong.- Agarró su rostro entre ambas manos y le hizo mirarle.- Eres precioso.-


Yungbae estaba concentrado intentando ganar al enemigo de esa fase, pulsando los botones con suma destreza, mientras Jiyong practicaba una nueva composición con su guitarra. Sus dedos bailaban sobre las cuerdas creando la melodía que acompañaba su voz con una improvisada letra. Sin embargo, de repente sus dedos no le obedecieron y se estancaron antes de cambiar el acorde. Por un momento los miró extrañado, pero lo ignoró y volvió a tocar. De nuevo, su mano izquierda no obedeció y se detuvo en  medio de la canción, Jiyong sintió miedo, pero trató de no pensar en ello y abrió y cerró el puño por si tenía la mano entumecida. Volvió a tocar y volvió a pasar lo mismo, esta vez, no pudo volver a cerrar el puño.
-¿Qué pasa?- Preguntó Youngbae que por fin había acabado la fase y miraba preocupado a Jiyong.
-Llama a mis padres, por favor…-

Había recibido el mensaje de Youngbae, así que nada más terminar  las clases fue corriendo a casa de los Kwon. Le abrió la madre de su novio y le informó de que estaba en su cuarto. Subió las escaleras con el corazón en el puño, recordando cada palabra del mensaje de Youngbae. “Jiyong ha sufrido una recaída, se le está paralizando la parte izquierda del cuerpo. Puede que no se recupere”. Había leído mucho sobre la enfermedad del mayor y sabía qué significaban esos síntomas, podía sufrir una parálisis completa del cuerpo, incluso morir. El corazón le dio un vuelco y sintió un nudo en la garganta. Cuando llegó a la puerta del cuarto de Jiyong, tocó y esperó una respuesta que poco tardó en llegar.
-Hola…- Dijo entrando tímidamente en la estancia.
Jiyong estaba acostado en la cama y le saludó con un monosílabo sin siquiera mirarle.
-¿Có… Cómo estás?- Era una pregunta estúpida y se arrepintió en seguida de hacerla.
-No hace falta que vengas.-
-¿Qué?-
-No hace falta que pierdas el tiempo conmigo solo porque te doy pena…- Dijo con semblante triste.
Seungri apretó el puño, enfadado.
-Si vengo es porque quiero. ¿Por qué sigues pensando que sólo estoy contigo por pena?- Le cuestionó, irritado.- Te quiero, joder.- Dijo finalmente, frustrado.
El corazón de Jiyong dio un vuelco, se levantó despacio, ya que sólo podía apoyarse en su mano derecha y le miró sentado desde la cama, arrepentido de sus palabras.
-Lo siento…-
Seungri suspiró, calmándose.
-No, tranquilo, en realidad creo que entiendo cómo te debes sentir…- Se acercó y se agachó frente a él para depositar un casto beso sobre sus labios.
La sonrisa de Jiyong se hizo visible por fin y contagió al menor. Después de unos momentos mirándose y dándose pequeñas caricias, Seungri se levantó y se dirigió a la ventana.
-¿Desde aquí me veías?- Jiyong asintió.
-Es raro verte ahora en el sitio desde el que te observaba.- Se levantó y se le acercó para besar su mejilla.
Seungri sonrió gratamente, poniéndose frente a él, y le besó. Posó sus manos a los costados del chico y le agarró con más fuerza que nunca, con miedo de que se fuera de su lado.

Después de eso, Jiyong empeoró. Su pierna  y brazo izquierdos se paralizaron y ya casi no podía valerse por sí mismo para andar. Sin embargo, ya no tenía miedo ni vergüenza por su enfermedad, el hecho de que alguien desconocido le aceptara tal como era hizo que se aceptara a sí mismo también.
Cuando Seungri tuvo un partido de fútbol y le invitó, no le importó ir en silla de ruedas a verle, porque al moreno tampoco le importaba que supieran que ese chico era su novio, de hecho, quería presentarle a sus amigos. Tampoco levaba ya ningún gorro en su cabeza, después de que le dijera tantas veces lo bonito que era su pelo, pensó que ese accesorio sobraba.
El partido acabó con un 2-1 a favor del equipo de Seungri, así que éste felizmente corrió desde el otro lado del campo hasta la grada donde Jiyong observaba el partido. El rubio, al verlo correr hacia él, se levantó, ante la sorpresa tanto de sus padres como del propio Seungri y caminó a duras penas hacia él.  El menor vio emocionado cómo avanzaba poco a poco hacia él, con una sonrisa en su rostro.
De repente, Jiyong se precipitó hacia delante y Seungri temió que se cayese, prácticamente se tiró al suelo para agarrarlo en su caída, pero el chico no llegó a caer. Cuando levantó la vista, vio al rubio riendo escandalosamente.
-¡Picaste!- Dijo, señalándole, después apretó su mejilla y tiró de ella, haciéndole formar una mueca bastante graciosa.- Jajaja qué cara más rara.

-¿Tocas la guitarra?- Preguntó el chico de ojos pequeños, Daesung, mientras cogía una papa.- Yo toco el piano.-
-¿Sí? Mi amigo Youngbae también lo toca.- Comentó Jiyong.
-Es una pena que no haya podido venir.- Dijo Seungri antes de darle un mordisco a su hamburguesa.
Jiyong había hecho buenas migas con Seung Hyun, el grande, y Daesung, lo que hacía muy feliz al moreno. Sus amigos trataban al rubio con total normalidad, aunque la verdad era que no esperaba menos de aquellos dos chicos, los conocía bien y sabía que aceptarían al chico sin ningún problema. Cuando les explicó antes del partido lo que padecía el chico, ninguno de los dos vio el problema de no poder conocerlo a causa de la enfermedad. Lo que le sorprendió fue que se tomaran tan bien el hecho de que fueran pareja, casi ni se sorprendieron, tal vez era cierto eso que se rumoreaba de que ellos dos tenían un lío. Rió internamente por sus pensamientos, despejándolos de su mente para volver  enfocarse en su conversación.

-Muchas gracias por venir a verme.- Dijo Seungri  dejando a Jiyong en su cama.
-No es nada, tenía ganas de verte jugar, qué suerte que el partido fuera de noche.- Sonreía mientras veía cómo el menor le acercaba el pijama.- Gracias por ayudarme a subir a mi cuarto.- Seungri depositó un beso en su frente.- Es tarde y no has traído la moto… ¿Quieres quedarte aquí a dormir?
-¿Eh? No quiero molestar.-
-No molestas.- Aseguró.
Después de insistir un largo rato, Seungri tuvo que quedarse, se puso una camisa y un pantalón de Jiyong y se acostó a su lado en la cama, pasando el brazo sobre el torso del chico, que estaba deseando girarse para mirarlo a los ojos, pero apenas podía moverse y esa posición era la más cómoda.
-Mañana me dan los resultados de las pruebas…- Susurró el rubio en la oscuridad.
Seungri sintió una opresión en el pecho, eso significaba que mañana le darían la mejor o la peor noticia de su vida: si Jiyong viviría o no.
-Tengo miedo.- Confesó el mayor.
-Y yo…-
Seungri se abrazó más fuertemente a él, pidiendo a todos los dioses que conocía que no le permitieran morir, que no le quitasen a la persona que más amaba.

Una hermosa melodía lo despertó, era relajante y sonaba alegre, daba un sentimiento de paz interior. Seungri abrió los ojos y vio la pared ligeramente iluminada, en seguida se dio cuenta de que era de día y de que no se encontraba en su cama, pero no vio al mayor a su lado. Frotando uno de sus ojos, se incorporó y se giró sobre la cama, descubriendo de dónde procedía la música.
Jiyong estaba sentado en el suelo, con la guitarra en su regazo, tocando aquella composición que nunca había podido terminar porque su mano paralizada no se lo permitió. Ahora sus dedos se movían con total libertad sobre las cuerdas, como si bailasen sobre ellas creando la hermosa melodía. Cuando la canción terminó, levantó la vista hacia Seungri, que se había quedado en el sitio, paralizado, con los ojos abiertos de par en par, clavado en la mano izquierda del chico. Apartó la mirada de los dedos para mirar el rostro del mayor, tímidos rastros de lágrimas decoraban sus mejillas y Seungri no puedo mover su cuerpo hasta ver la pequeña sonrisa de Jiyong formarse en su rostro, mientras más lágrimas se deslizaban desde sus ojos. Fue como si el corazón del moreno volviese a latir después de haber estado años parado, notó cómo la vista se le nublaba y, con los ojos llorosos, salió de la cama y se abalanzó hacia Jiyong para darle un fuerte abrazo, aferrándose a él de tal manera que nunca se pudiera separar. Con el chico entre sus brazos, comenzó a llorar, temblando con cada sollozo, mientras el rubio, más tranquilo, le daba caricias en la espalda.
-¡Jiyong! ¡Jiyong!- La madre del chico entró en la habitación corriendo, tras ella estaba su padre, con cara de total sorpresa.
La mujer paró de golpe al ver a los chicos abrazados, llorando en el suelo. Ambos se separaron un poco y Jiyong la miró, mientras Seungri seguía escondiendo su rostro para ocultar sus lágrimas.
-Ha… ha llamado el médico…- Comenzó a explicar la mujer, con la mano en el pecho.- Te vas a recuperar, cariño.-
-Lo sé.- Jiyong asintió, sonriente, y se levantó a abrazar a la mujer, que rompió a llorar en los brazos de su hijo.
El rubio le hizo señales a su padre, que lloraba en silencio en el marco de la puerta, para que se le uniese al abrazo. El hombre obedeció y rodeó a ambos con sus grandes brazos, sintiéndose por fin libre de la carga que suponía pensar que no podía hacer nada por salvar la vida de su hijo.

Ya habían pasado varios meses desde la recuperación de Jiyong, y ahora se encontraba estudiando junto a Youngbae en su habitación.
-Oye, ¿ya hiciste la inscripción?- Jiyong asintió.
-Daesung me ayudó a hacer el papeleo, porque él también va a entrar a la carrera de Música.-
-Es verdad, me lo comentó. Por cierto, toma, conseguí los apuntes de Historia.- Comentó entregándole un tocho de papeles.
-¡Gracias!- Los tomó alegremente.- Estoy nervioso, es la primera vez que haré un examen así. –Rió un poco, sintiéndose algo estúpido.
-Eres muy inteligente, podrás entrar en la universidad sin problemas.- Aseguró Youngbae.
-¡Hola! –En ese momento, entró Seungri en el cuarto y ambos le saludaron alegremente.- ¿Qué tal va eso?
-Bien, estudiando sin descanso.- Rió el mayor.- Ah, me llamó el médico hoy. Al parecer, la enfermedad está remitiendo del todo.
Seungri le abrazó, contento.
-Me alegro, cielo.-
-Y yo. –Comentó Youngbae.- Bueno, me voy para dejarles a solas, tortolitos.- Se levantó y recogió sus cosas.
-¿Ya? –Jiyong lo miró con cierta decepción.
-Sí, tengo que hacer unos recados.- El chico se despidió de ambos y no tardó mucho más en salir, dejándolos estudiando.
Tras horas y horas frente a aquellas páginas llenas de información, Seungri apartó la vista y se estiró soltando un sonoro bostezo.
-¿Ya estás cansado?- Rió el mayor.
-Ah, ayer no dormí muy bien.- Asintió con la cabeza.
-Ya veo…- Dijo alzando una ceja.- ¿Quieres algo de comer? –El menor asintió con energía.- Jajaja, vale, ahora vengo.
Jiyong salió de la habitación a por algo de fruta y cuando volvió se encontró con el adorable rostro de Seungri dormido sobre la mesa. Sonrió y dejó el plato con comida en la mesa, para después sentarse a su lado y apoyar la cabeza en el mueble, mirando directamente al moreno. El chico abrió los ojos, sorprendiéndose a sí mismo de que se hubiese quedado dormido.
-Ah, perdona, me dormí…- Dijo levantando la cabeza.
-No importa.- Negó levemente con la cabeza. -¿Quieres dormir un poco en la cama?
-No, no quiero quedarme dormido…-
-No me importa, así duermo yo también un poco.-
Seungri dudó un poco, pero finalmente, aceptó, sonriente, y le dio un beso en la mejilla antes de levantarse para ir a tumbarse en la cama. Jiyong se acostó a su lado y los tapó a ambos con la sábana.






La pierna de Seungri se movía sin parar, dejando ver su nerviosismo, lo que hacía reír a Jiyong.
-¿Quieres sentarte?- Más que una pregunta era una petición.
-Mh…- Se sentó en la arena, aunque su pierna aun sufría ese tick nervioso.- ¿Seguro que quieres que sea aquí? Podemos esperar en tu cuarto y si pasa algo, cerrar la ventana en un momento…-
-Ya te he dicho que no. Quiero que sea aquí.- Asintió, muy seguro de sus palabras.
Seungri volvió la vista al horizonte y miró por enésima vez su reloj.
-Ri, estás tú más nervioso que Jiyong.- Rió Seung Hyun, sentado a su lado, con Daesung  entre sus piernas, apoyado en su pecho.
Seungri hizo una mueca mientras todos se reían de él.
-Listo.- Youngbae apareció por detrás, sentándose un poco más a delante de ellos.
-¿Listo el qué?- Preguntó el señor Kwon, que estaba abrazando con un brazo a su esposa, al lado de Jiyong.
-La cámara.- Señaló a sus espaldas, y todos miraron el trípode que se hallaba a pocos metros tras ellos.- Ya está grabando.
-Oh, qué gran idea. Tendremos el momento inmortalizado para siempre.- La señora Kwon le dio un beso en la mejilla a su hijo, emocionada.
-Ya es la hora.- Comentó el padre de Jiyong, haciendo que un silencio sepulcral se apoderara de todos los presentes.
Ahora sólo se escuchaba el ruido de las olas rompiendo en la orilla. El cielo comenzó a aclararse cada vez con más rapidez y el primer rayo de sol asomó tímidamente por el horizonte. Jiyong se aferró a la mano de Seungri con fuerza, respirando profundamente. Poco a poco fue apareciendo la figura redondeada que era el Sol, coloreando con cálidos tonos el cielo, iluminando primero los edificios más alto y llegando minutos después a las carreteras, aceras y a la orilla en la que ahora se encontraban ellos. La piel de Jiyong pareció brillar a la luz del sol, sus ojos brillosos no soltaron ninguna lágrima, impidiéndose a sí mismo perderse un solo instante de ese amanecer, su primer amanecer.
Estuvieron tal vez 20 o 30 minutos mirando el horizonte, cada vez sintiéndose más cálidos gracias a los rayos del sol que daban en sus cuerpos. Para Jiyong ese calor era agradable, sintiendo por fin lo que cualquier persona normal sentía, no quemaba, no dolía, sólo era un calor agradable y reconfortante.
El chico se levantó ante la atenta mirada de los demás y se quitó la camiseta, dejándola caer en la arena.
-¿Jiyong…?- Su madre lo miró preocupada mientras el chico se descalzaba.
El chico avanzó unos pasos y luego se giró mirándoles.
-¡Tonto el último!- Dicho esto les dio la espalda y comenzó a correr hacia la orilla.
Seungri soltó una sonora carcajada, se descalzó rápidamente y corrió tras él mientras se quitaba la camiseta. El rubio se detuvo un poco al llegar a la orilla, estremeciéndose por la fría agua. Sin embargo, cuando llegó Seungri a su lado, lo abrazó por detrás y comenzó a andar hacia dentro del agua.
-¡Ahhh!- Jiyong pataleó entre risas, tratando de soltarse del agarre del chico, pero para su desgracia, llegaron el resto de sus amigos y lo agarraron entre los cuatro para adentrarse un poco más en el agua y finalmente, tirarlo sin piedad alguna dentro de ésta.
Los padres del chico observaban todo desde la arena, emocionados porque jamás habían visto esa sonrisa en los labios de su hijo, que ahora trataba de vengarse hundiendo a Seungri bajo el agua.
Entre los juegos, Seungri abrazó a Jiyong y le dio un intenso beso, olvidándose de que no estaban solos.
-Jiyong.-
-¿Mh?- El chico le miró, ruborizado, tratando de recuperarse de la impresión del beso.
-Te quiero.-
-Y yo a ti, Seungri. Te quiero.-

Ambos se fundieron en un tierno abrazo que no duró mucho porque sus amigos decidieron romper el momento romántico para tirarlos de nuevo bajo el agua.

viernes, 3 de enero de 2014

Capítulo 14 Final

;3; Podeis matarnos... ok. Pero bueno, lo prometido es deuda y aquí teneis. Os queremos mucho, gracias por vuestra paciencia y esperamos que les guste. =D





Desde que Kai disolvió su equipo, su padre, Yunho, le dijo que se alejara de todo por un tiempo, él se haría cargo de Taemin e intentarían que todo fuera a mejor. Kai sinceramente lo agradeció, al fin y al cabo su hermano tenía razón, no sabía nada a diferencia de su padre, pero tampoco quería saberlo y menos ahora que tenía a Kyungsoo a su lado. Le miró sonriendo con cariño mientras hablaba con Sehun por el teléfono, contándole todas las noticias.
-Tu padre me ha pedido que le ayude y… Suho se ha ido con su hermano.-
Kai suspiró.- Eso está muy bien, es mejor que estén juntos.-
-Si, aunque al parecer ahora trabaja para Lay.-
El moreno soltó una corta risa al escuchar el nombre del chino. - Era de esperar… ¿Ese chico ahora se hace cargo de Black Dragon?
-Eso parece.-
-Espero que les vaya bien, bueno Sehun, ten cuidado. Tenme informado, en cuanto mi padre me diga, volveré a Corea.-
-Gracias, Kai. Eso haré pero seguro que pase un largo tiempo antes de que vuelvas.- El nombrado miró a su pareja que estaba sentado junto a él en el sofá y asintió aunque Sehun no le viera.
-Pues si… seguramente.-
-Ya hablamos, cuida de Kyungsoo.- Se despidió Sehun.
-Espera. ¿Y Chanyeol?-
-Creo… que se ha ido con Baekhyun, pero no sé nada concreto….-

El vaivén del coche le mecía tranquilamente, observó a Baekhyun que le acompañaba y le sonrió levemente, giró su cara y se apoyó en el cristal, durmiéndose, llevándolo a un profundo y placentero sueño.

Chanyeol salió de las escuela de idiomas a la misma hora de siempre, el sol se ocultaba y esos dulces rayos de calor le calentaban lo suficiente como para olvidarse de lo fuerte que tenía el aire acondicionado su profesor, si seguía con esos cambios acabaría poniéndose enfermo. Se rió de sus propios pensamientos mientras caminaba, recibiendo varias miradas extrañadas, pero no le importaba. Llegó al parque que todas las tardes cruzaba para llegar a su casa, encontrándose con el mismo chico de siempre, sentado en silencio en un banco junto  las maquinas expendedoras.
-Hola de nuevo.-Sonrió y saludó como siempre hacía, pero aquel joven solo le dedicaba una ojeada y movía la cabeza, para después volver su mirada al libro que tenía entre sus manos.
Metió algunas monedas, escogió una bebida caliente y un dulce. Se sentó a su lado y suspiró.
Ya llevaba tiempo intentando conversar con él, normalmente le daba igual los demás e iba siempre a su ritmo, pero aquel chico le llamaba la atención y sentía como si tuviera que protegerlo, siempre intentaba sacarle algún tema y aunque no le hablara siempre asentía o le escuchaba en silencio, incluso pensó que el chico era mudo.
Chanyeol se dio cuenta de que en una de las carpetas del chico tenía una revista relacionada con los videojuegos y sonrió satisfecho.
-¿Juegas On-line?-
Entonces, le prestó absoluta atención y asintió con energía.
-¿A qué?-
-Bueno…-El corazón del alto dio un pequeño brinco al escuchar su voz.-Me gusta jugar de todo un poco y comentarlos en foros…-Habló tímidamente.
-¡Oh, qué bien! A mí también me gustan, un día podríamos jugar juntos.-Dijo sonriendo.
-Sí, claro, porque no…-Habló cabizbajo.
A pesar de lo poco que fue la conversación para Chanyeol había sido un gran paso, desde ese día intentaba informarse de las últimas novedades y comentarlas con él, aunque realmente no tenía ni idea del tema y menos tenía para comprarse alguna consola para jugar. Poco a poco se fueron llevando bien, quedaban en otros lugares y jugaban en algunos recreativos, comenzando a hablar de más cosas a parte de los videojuegos, pero siempre con un aire de misterio alrededor del pequeño, ya que él, simplemente era un gran libro abierto.

Un bache hizo que su cabeza botara contra el cristal despertándolo, miró a su alrededor sobresaltado, intentando adivinar por cual parte del camino iban sin resultado alguno.
-¿Queda mucho?-
Baekhyun intentaba contenerse la risa al ver la cara de susto que había puesto su amigo.-Una hora aproximadamente…-
-Vaya…Estaba teniendo un buen sueño…- Bostezó y se estiró.
-¿Ah si?- Baekhyun le miraba intrigado.
-Sí, soñaba sobre nosotros, cuando nos empezamos a conocer.- Sonrió.
El pequeño rió. -Que recuerdos…-
-Si…-

Tras conocer a Chanyeol su vida había cambiado drásticamente, los únicos amigos que tenía, vivían a miles de kilómetros de él o simplemente no salían de casa, solo jugaban.
Con su nuevo amigo descubrió cuan social podía llegar a ser y todas las cosas que podía hacer a parte de estudiar y jugar. Vivía cegado y centrado en lo que sus padres le habían hecho creer que era lo correcto. En algunos momentos, en situaciones en las que realmente se lo pasaba bien con su amigo, les odiaba, por haberle negado esos sentimientos, el derecho de elegir.

-Hey, Baekhyun. ¿Qué te parecen aquellas chicas de allí?- Ambos chicos se encontraban en una cafetería tomando unos batidos, unas chicas habían pasado por su lado y se rieron mientras les miraban con interés.
-¿Mmm?- El mayor alzó la vista de su bebida y las observó.-No me interesan las chicas…- Dijo simplemente para seguir con su comida.
-Oh… supongo que pasas mucho tiempo con tus estudios, es normal.-Dijo riendo.
-Si… la verdad es que no lo he pensado mucho.-
-Por cierto, me invitaron a una fiesta el sábado. ¿Te apetece ir?-
-¿Fiesta? Bueno, nunca he ido a una.-
-¿Eso es un si?-
-Si…-Sonrió.

Ese fue el día, en el que comenzó un drástico cambio en su vida. La noche del sábado, transcurrió con normalidad, aunque en ese entonces Baekhyun no sabía que el alcohol y él, no hacían buena pareja.
Aquella noche habló con mucha gente e hizo cosas que normalmente no haría, como besar a un chico que apenas había conocido y ser golpeado por este.
Seguía sin recordar que sucedió aquel día exactamente, solo recordaba a Chanyeol delante de él, protegiéndolo y llevándose a aquel chico fuera del local.
Pero lo que si recordaba con claridad, eran las carcajadas de los dos una vez fuera del local, nunca antes rió tanto y parecía que su mejor amigo también le sorprendía su actitud.
-¿No crees que sea raro?-Dijo una vez que recobró el aire.
-¿El qué?-Cuestionó el alto.
-Que haya besado a un chico…-
-No, para nada. ¿Acaso yo no soy raro? Hablándole a chicos que no me contestan…Deberías haberme denunciado.- Dijo volviendo a reír.
-Tienes razón, aun estoy a tiempo.- Le miró con  una gran sonrisa, Chanyeol infló los mofletes y apretó sus labios.
-No, ya no lo estas.-

Aquella noche había vuelto a su casa con el labio partido y un par de moretones, además de apestar a alcohol, por supuesto, sus padres no pudieron tolerar algo así, obligándole a dejar de ver a Chanyeol y todo lo que tuviera que ver con él, en ese momento Baekhyun estalló, al principio pudo tolerar el enfado de sus padres, pero ya llevaba tiempo cansado de tanta rectitud, vivía en un eterno estrés, ellos esperaban mucho de él al ser el único heredero además de superdotado, pero no podía seguir viviendo así y mucho menos después de probar una vida diferente junto a su mejor amigo, así que, finalmente, huyó de casa.

Baekhyun divisó el punto más alto de su antigua casa entre los vastos bosques que la rodeaban, el tejado de color celeste y los grisáceos ladrillos, delataban una mansión estilo europeo.-Ya estamos llegando, tras esa curva.- Señaló el camino de tierra y pequeñas piedras por el que iban, que se perdía al girar tras un montón de arboles.
Cuando llegaron a la casa, un ama de llaves les recibió con una gran sonrisa, era la señora que cuidaba de Baekhyun desde pequeño, así que estaba realmente contenta de volverlo a ver, los llevó hasta el salón y un mayordomo tomó sus maletas.
-Baekhyun.- La áspera voz de su padre resonó en las paredes, haciéndola más impresionante. El nombrado se dio la vuelta con el corazón acelerado y sonrió al verlo, un señor de pelo negro y algunas canas, lucía un frondoso bigote, bien recortado y recto, mantenía el ceño fruncido, pero con una mirada melancólica, tras él, apareció su madre, que llevaba el pelo rubio recogido en un moño alto, su piel era tersa y pálida, seguramente de todos los productos y maquillaje que utilizaba, pero para Baekhyun siempre fue una mujer guapísima.
Dio un paso, pero dudó por un momento, esperando la reacción de sus padres, aun así, seguía manteniendo su sonrisa.
-Les he echado de menos…-
-Y nosotros a ti, hijo.- Habló la madre.-Elizabeth, trae el té.- Los cuatro se sentaron alrededor de una mesa redonda y baja, en silencio.
-Sé que esto es repentino…-Comenzó a hablar.-Se que os decepcioné… y lo siento por ello.- Siguieron en silencio, pero no por que no tuvieran nada que decir, simplemente querían escuchar todo lo que su hijo les quisiera decir.
-Les quiero mucho, agradezco todo lo que hicieron por mi, me arrepiento de haberme ido así, pero no me arrepiento de todo lo que pasó, pues ello, me ha llevado a madurar… No lo hice de la mejor manera posible, solo quería vivir y experimentar…-
Una chica del servicio entró en la habitación y sirvió los tés con un plato con pastas.
-Lo sabemos…- Habló el señor.- Ninguno de nosotros lo hizo bien, tu madre y yo hablamos mucho sobre esto, creemos que te presionamos mucho y lo sentimos.- Tomó un sorbo de su té con tranquilidad, mientras que Chanyeol y Baekhyun le miraban atónitos, para después sonreír.
-Me alegra de que lo comprendas, papá.-
-Nosotros nos alegramos de que te hayas dado cuenta rápido, antes de que algo te pasara.- Dijo la madre algo disgustada, su hijo simplemente rió.
Se sintió acogido, la calidez que estaba sintiendo en ese momento, le recordaba a su infancia, antes de que sus padres se centraran en él y sus estudios, eso le hizo enormemente feliz.
Los cuatro se mantuvieron charlando durante una hora más, terminando el pequeño tentempié.
-Papá, mama, quería decir una cosa… Sé que pensáis que Chanyeol fue el causante de todo… pero no es así, él siempre estuvo ahí protegiéndome y ayudándome, gracias a él tuve donde quedarme y nunca me pidió nada a cambio…-
Los dos mayores se miraron entre ellos, la mujer sonrió con sencillez y el padre simplemente asintió.- Lo sabemos… y estamos agradecidos con él, aunque quisiéramos conocerle mejor...-
Chanyeol ensanchó su sonrisa, se levantó de asiento y con una perfecta inclinación de 90 grados agradeció el voto de confianza.-Le tengo mucho afecto a Baekhyun, es una persona muy importante para mí, espero que podáis comprender eso. Jamás le haría daño.- Baekhyun se sonrojó al ver su actitud y su madre comenzó a reír, mientras que a su padre se le escapó una suave sonrisa.
-Bien, en la cena hablaremos con calma.- Habló la madre de Baekhyun.- Por cierto. ¿Con una habitación para los dos está bien, no?- Les observó divertida.
Chanyeol asintió feliz, mientras que Baekhyun quiso que su asiento le absorbiera y le salvara de tal situación.
-Emm…-Balbuceó.- Sí estará bien.-
-¡Bien!- Exclamó la señora mientras se levantaba.- Esta noche hablaremos tranquilamente en la cena, tu padre y yo nos tenemos que ir, pero volveremos a la  noche, Elizabeth, dirígelos al cuarto.-  La sirvienta asintió e hizo que los chicos la siguieran después de despedirse de los señores. Caminaron hasta la segunda planta y al final de uno de los grandes pasillos se encontraba la habitación, la sirvienta les abrió la puerta y les dejo pasar a ellos primero. -Aquí tienen, esta es la habitación.- Ambos chicos la observaron, los muebles eran blancos y todo estaba impecable.
Baekhyun supuso que habían cambiado la decoración en su ausencia, paseó por la estancia observando junto a su compañero cuando entraron otros empleados con sus maletas, las dejaron en frente de su cama y con una reverencia se marcharon todos, cerrando la puerta. Chanyeol miró a Baekhyun y le sonrío. -Parece que todo ha ido mejor de lo que pensaba.-
-Si, todavía no me lo creo, pensaba que seria mas difícil dialogar con mis padres, supongo que la edad y el echarme de menos les ha hecho recapacitar...- Suspiró y se sentó en el borde de la cama, agotado, el alto se acercó y se puso de rodillas en frente de él, le tomó del rostro y le acarició  despacio intentando alentarlo.
-Pequeño, ya está, todo pasó y ahora estamos a salvo, deberíamos centrarnos ahora en nosotros...-
-Es verdad.- Sonrió y se acercó para darle un suave beso sobre los labios.-Te amo...- Chanyeol sonrío satisfecho, era la primera vez que se lo decía desde que habían comenzado a salir. Pegó su frente a la contraria y suspiró. -Yo también te amo, no sabes cuanto.- Baekhyun soltó una risita y negó. -Si que lo se, tanto como yo a ti.- Tomó su cara y le pellizcó los mofletes un poco, jugando con él.
-Que romántico te has vuelto.- Dijo entre risas mientras se sentaba a su lado, pasó un brazo por encima de los hombros del mas bajo y lo apegó a su cuerpo.
-Es culpa tuya, tus malos hábitos, jajajaja.- Apoyó la cabeza en el hombro del alto y cerró los ojos disfrutando del aroma que desprendía el otro. De repente notó como lo acostaba en la cama, abrió los ojos y vio a Chanyeol encima de él, sonriendole como de costumbre. -¿Que pasa?- Le miró confundido.
-Nada.- Negó suavemente y se acercó, le dio un beso en la nariz, otro en el cachete y finalmente en los labios.-Que soy un chico muy feliz…-
Baekhyun sintió que su corazón se le iba a salir, Chanyeol conseguía que se pusiera nervioso y mas en los últimos días, desde que había admitido que estaba enamorado del alto. Le encantaba verlo tan feliz, le observó sonriendo y se colgó de su cuello tirando de él para besarle con suavidad. -Chanyeol…- Susurró sobre sus labios.- Cierra la puerta con llave…- Se le escapó una risa perversa y le soltó para que fuera, el alto acató en seguida y fue corriendo a cerrarla.
-Tus padres vuelven tarde ¿No?-  Dijo mientras se acercaba y acostándose sobre él.
-Así es… y hace bastante que no tenemos un tiempo para nosotros…- Jugó con el cuello de la camisa del menor y comenzó a desabrocharla despacio, mirándole con deseo. Terminó de quitar todos los botones y abrió la prenda observando su torso, acariciando despacio.
-Pues entonces… no perdamos mas tiempo.- El alto se acercó y le besó devorando sus labios casi al instante, mordiendo y jugando con sus finos labios. Metió las manos por debajo de su camisa, arrancando algunos jadeos al mas bajo, que se estremecía ante el contacto de sus manos.
-Mmmh… Espera, Chanyeol.- Le separó de su cuerpo empujándole suavemente, se levantó poniéndose en frente de él y comenzó a quitarse la camisa, despacio. El alto le miraba sin perderse ningún movimiento y se mordió los labios cuando le vio quitarse los pantalones rápidamente, quedándose en ropa interior.
-Te noto con ganas…- Replicó el alto, al ver la prisa que tenía.
-Es que… cada día te deseo mas…- Se relame acercándose despacio.- Eso… y que llevamos mas de una semana sin nada…- Ambos rieron y el alto le tomó de la cintura cuando este se puso sobre él.
Baekhyun puso las piernas a los lados de la cadera del alto y se apoyó a los lados de su cabeza, se agachó y comenzó a besarle despacio mientras movía su trasero contra la parte baja de Chanyeol, haciéndoles suspirar entre los besos.
El alto intensificó el agarre de la cintura, pegándolo mas a su cuerpo y comenzó a mover sus propias caderas, haciendo mas fricción, empezando a excitarse y frotar su casi erecto miembro.
-Eres precioso, Baekhyun.- Susurró.
El mayor sonrió y le comenzó a desabrochar los pantalones  bajándolos hasta las rodillas, junto a la ropa interior. Tomó el miembro del menor masturbando despacio. Chanyeol gruñó entre dientes, le agarró de las caderas se giró poniéndole debajo, se terminó de quitar la ropa y le arrancó la ropa interior al mayor en un solo movimiento. Se puso entre sus piernas y frotó su pene contra el otro, haciéndoles gemir, Chanyeol siguió moviendo sus caderas haciendo mas fricción, agarró ambos miembros para que se frotaran entre ellos y comenzó a mastubarlos con fuerza. Baekhyun le observaba con los ojos entrecerrados jadeando por el placer, hundiendo sus manos en las blancas sabanas.
-Mmmh, Chanyeol…- Gimoteó y eso fue suficiente para que el menor empezará a correrse, mojando toda su mano y miembro del mayor, el cual le miró algo sorprendido.
Chanyeol se mordió el labio inferior y le miró algo algo divertido.-Lo siento... Tanto tiempo, pasa factura.- Baekhyun comenzó a reírse y negó rápidamente.
-No pasa nada.- Fue a levantarse cuando el menor lo detuvo.
-Todavía tengo ganas.- Sonrió pícaro y Baekhyun asintió.
-Claro, no me iba a ir sin mas... -Empujó al menor y lo acostó en la cama poniéndose de nuevo encima. -Aunque te hubieras quedado satisfecho, no te iba a dejar ir hasta que yo lo estuviera...- Le miró con inocencia fingida y se relamió, se sentó sobre sus caderas haciendo que el miembro del menor estuviera pegado a su trasero, apoyó las manos en su pecho y comenzó un vaivén de caderas que los hacia suspirar. El alto le tomó por la cintura, apretando los dedos contra su piel mientras le observaba con deseo.
Baekhyun se alzó un poco y tomando el miembro del menor, comenzó a metersela por su trasero, soltando un agudo gemido al sentirlo por fin. Como estaba lubricado por su corrida fue entrando fácilmente a pesar de las pequeñas punzadas que sentía en el recto.
-Mmmh ah... joder...-Jadeó bajando cada vez mas, hasta que la metió por completo, se agachó y beso a su novio con necesidad. Movió el trasero de un lado a otro mientras se acostumbraba y se dilataba, cuando creyó que ya estaba listo, se incorporó y mirando con intensidad a Chanyeol comenzó a subir y bajar con desenfreno sin tener en cuenta el ritmo de su respiración, preocupándole solo el placer que estaba sintiendo en aquel punto al que llegaba tan bien. Echó la cabeza hacia atrás, junto a su cuerpo, apoyando las manos en las piernas del menor exponiéndose totalmente a él, sin cesar los rápidos movimientos que les hacia jadear a ambos.
-Chan... Aaah, aah.- Baekhyun comenzó a gemir con fuerza, pues esa posición le volvía loco. Chanyeol, al escuchar a su novio, comenzó a mover sus caderas incitándole a que llegara sin problemas, el mayor le hizo caso y sin querer evitarlo, llegó con un profundo gemido, manchando el pecho del menor, volvió apoyar las manos en sus hombros y levantándose un poco, para quitarse encima de él, se acostó a su lado llenándole la cara de besos.
-Te amo, Chanyeol....-El nombrado se giró para encararle y sonrió completamente feliz.
-Y yo a ti...-



La temperatura de la habitación había subido, el aire se notaba más denso y todo por el calor que emanaban sus cuerpos. No sabían cuánto tiempo llevaban sobre la cama, besándose, pero el chino ya notaba sus labios hinchados. Las manos de su pareja moviéndose inquietas por su torso desnudo le inquietaban, le alteraban y más esa dureza que restregaba contra su pierna. Falto de aire, rompió el beso y abrió los ojos para mirarlo, jadeante.
-Ngh… Suho… -Susurró, notando que la piel le ardía.- No puedo esperar más… -Su mano bajó muy despacio hasta alcanzar el duro miembro y lo acarició suavemente con la punta de los dedos.
El joven sonrió de lado, le gustaba desesperarlo , que lo desease.
-Mi amor… Estás cachondo, ¿mh?- Preguntó, picándolo.
El chino chasqueó la lengua, mirándole con una ceja alzada.
-¿Tú qué crees, imbécil?- Le dio un pequeño golpe en el pecho y se alzó alcanzando su labio para atraparlo entre los dientes.
La respuesta del mayor fue una sonrisa ladina y un corto beso, tan sólo una caricia de sus labios.
-Me encantas Xingxing… -Susurró mientras se levantaba y se colocaba entre sus piernas.
-Y a mí me encanta que me llames así. –Dijo sonriendo de manera que sus hoyuelos se marcaban en sus mejillas.
Un nuevo beso selló sus labios, y se fundieron el uno con el otro entre caricias apasionadas. Hasta que un sonido los interrumpió. El molesto tono hizo que el coreano rompiese el beso con un suspiro.
-No lo cojas… -Pidió Lay, abrazándose a su cuello, mirándole con ojitos de cordero.
-Tengo que cogerlo, cariño… - Parecía mentira que su pareja fuera su jefe en esos instantes, pidiéndole que dejara de lado su trabajo por  pasar un rato de sexo con él. Se estiró hasta alcanzar el móvil en la mesilla, la pantalla que mostraba un número desconocido le hizo fruncir el ceño.- ¿Sí? –Preguntó al descolgar.
-Muy buenas, Suho.- Sonó al otro lado de la línea y el chico reconoció esa grave y juvenil voz al instante.
-¿Kai…?-
Al escuchar ese nombre, Lay se incorporó, abriendo bastante los ojos.
-El mismo, enanito.- Suho frunció el ceño ante tal mote, aunque en el fondo le enternecía, había echado de menos al negro ese, pero no lo admitiría en voz alta.
-¿A qué se debe esta llamada, Kai?- Lay le miraba, curioso, quería saber tanto como él el motivo de esa llamada.
-He vuelto.- Respondió de manera concisa.- Y vuelvo al negocio, pero no va  a ser solo, por supuesto. Sehun vuelve a trabajar para mí y te quiero en mi equipo de nuevo.
Suho abrió los ojos de par en par, estaba bastante descolocado. Kai se había perdido por casi dos años y ahora de repente volvía, cuando ya no tenía esperanza de volver a verle el pelo. Además exigiéndole que trabaje de nuevo para él. Mentiría si dijera que no le gustaba la idea, el menor se había ganado su cariño en los años que había trabajado bajo su mandato, pero ahora estaba Lay… Y ni de broma se iría del lado de su nuevo jefe y novio.
-Uhm… Kai, me encantaría, pero ahora trabajo para Lay… -
-Lo sé.- Le interrumpió el muchacho.- Sé que Kris ya no está, pero para mí sería un placer volver a hacer equipo con Black Dragon.
Suho ahora sí que se quedó sin habla y Lay, que había escuchado la conversación gracias al alto volumen del teléfono de su pareja, tomó el móvil.
-Sigues teniendo el Black Pearl, ¿no?- Preguntó nada más ponerse el teléfono en la oreja, obteniendo una respuesta afirmativa.- Pues te veo esta noche allí, cenamos y hablamos de negocios. Será un placer unir fuerzas de nuevo, Kai.
-Perfecto. Black Lotus se convertirá en la banda más poderosa de Corea.- Y así, la conversación se terminó, dando comienzo a una nueva etapa para todos aquellos chicos, menos cuatro de ellos que habían empezado otro tipo de vida años atrás.
 
Fin.

-------

Primero que todo, lo sentimos muchisimo por la tardanza, no tenemos perdón. Esperamos que les haya gustado... y sobretodo, esperamos que sigan leyendo nuestras historias y se animen a seguir dejando comentarios, nos animan a seguir, muchas gracias a todos los lectores. Besitos y felices fiestas. (?) ^^